La justicia de México no ha variado mucho en 500 años, cuando se quería un poderoso deshacer de un enemigo, o le querían arrebatar la hacienda, o condicionar el amor de sus hijas, los acusaban de herejes. La Santa Inquisición, fundada en 1579 se encargaba del resto.
La estructura de justicia a la medida es la misma desde esa época en nuestro país y la cárcel sirve sobre todo, para que los políticos se deshagan de sus enemigos y así puedan salvar a sus amigos de la prisión. En la justicia mexicana hay muchos puntos negros, porque nadie está convencido de que Luis Donaldo Colosio haya sido asesinado por los consignados, ni José Francisco Ruiz Massieu, ni el
cardenal Posadas Ocampo. Hay huecos graves como la desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa, o la impunidad en Tlatlaya, Palmarito y Nochistlán.
También al revés, como ahora sucede con Javier Duarte, aunque sea culpable la Inquisición del Siglo XXI, sigue las órdenes del rey, más allá de la razón, la justicia o la legalidad.
La Inquisición perdonaba a los arrepentidos, a menos que el Gran Inquisidor, tuviera ciertas simpatías, cercanía, familiaridad, amistad o complicidad con el acusado, como ahora ocurre.
Así, de los 82 datos de prueba que presentó la PGR contra Javier Duarte, sólo dos se acreditan, afirmó su abogado Marco Antonio del Toro.
Del Toro aseguró que las pruebas de la Procuraduría "son testigos que adquirieron un inmueble, que se convirtieron en ejidatarios, pero ninguno relacionado directamente con cualquier conducta de Javier Duarte. No hay una sola prueba, ni siquiera de los dos testigos, que acrediten la salida de recursos públicos concretos del gobierno de Veracruz".
Por su parte, el fiscal general de Veracruz, Jorge Winckler Ortiz reprochó a la PGR el que no se hayan sumado todas las carpetas de investigación por desvío de fondos federales, simulación de reintegros a la Auditoría Superior de la Federación y la compra de medicamentos falsos para exámenes de VIH.
Winckler Ortiz lamentó que en el proceso penal que se sigue a Duarte, y a otros ex funcionarios de su primer círculo de gobierno, la PGR dejó fuera dichas pruebas contra el político.
El fiscal citó a rueda de prensa para hacer un llamado y un extrañamiento a la PGR, debido a que hay varios delitos de los cuales quedó exento Duarte.
El juez del caso, Moreno García, además, rechazó que Duarte fuera trasladado al Centro Federal de Rehabilitación Psicosocial de Ayala, Morelos, una prisión VIP, de lujo, y sólo para ex funcionarios acusados de corrupción, como pedía la PGR. Seguirá en prisión preventiva en el Reclusorio Norte.
Jorge Winckler aseguró que aunque la defensa jurídica de Javier Duarte ya obtuvo un amparo, esto no significa que el ex gobernador ya evadió o libró todos los agravios y desvío de recursos que le señala el gobierno de Miguel Ángel Yunes y la propia Fiscalía General del Estado. De ahí que el gobernador panista quiera aportar pruebas de
los delitos cometidos por Duarte, pero el juez no lo permite y la PGR menosprecia esas aportaciones.
A Miguel Ángel Yunes Linares no le permiten cumplir su promesa de campaña de encerrar de por vida a Duarte, precisamente por la proximidad de las elecciones del año que viene y quieren dejarlo en ridículo, junto con su partido político, el PAN.
Gabriel Regino García, abogado penalista entrevistado por Sin embargo, señala que si todo el peso de la Ley cayera sobre el ex Gobernador Javier Duarte de Ochoa, debería de pasar entre 31 y 89 años en prisión.
Delincuencia organizada y lavado de dinero son los delitos por los cuales Javier Duarte es acusado. PEGA Y CORRE.- Cuando se supo que el ex gobernador tenía una amante todos pensaron que se trataba de algún fornido galán de televisión o cine, pero sorprendió nuevamente a todos al saber que se trataba de Dominga Xóchitl Tress Rodríguez, a quien Duarte le compró un departamento y una camioneta Range. Ex candidata panista y ex funcionaria de Veracruz fue pareja sentimental del ex mandatario y también se benefició de los desvíos millonarios, asegura la Procuraduría. "La viuda alegre", la llaman en Veracruz, por difundir en sus redes sociales fotos suyas en eventos sociales, con grupos musicales, haciendo ejercicio y hasta con el pecho descubierto. Su esposo fue el panista Gregorio Barradas, ejecutado en noviembre de 2010, unas semanas antes de tomar posesión como Alcalde de Juan Rodríguez Clara, en Veracruz…Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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