Durante campaña, se jactó de afirmar que en un lapso de medio año la inseguridad que exponencialmente se vivía en el peor gobierno de la historia (el de Javier Duarte), se exterminaría en la entidad veracruzana si él (Yunes Linares) se convertía en gobernador.
La primera premisa se cumplió, y Yunes llegó al Ejecutivo el primer día de diciembre pasado, pero la promesa quedó en el aire, esperando ser remolcada por el tiempo y el olvido público.
Desde su toma de protesta, el gobernador no ha dado indicios de gobernabilidad, sino al contrario sensu se ha dedico a la contienda política electoral y pedestre que no da beneficio al pueblo Veracruzano que, engañado e iluso, optó por su propuesta política.
Dóciles funcionarios
Dice un sabio amigo que hay dos tipos de gobernantes: Uno. Quien se rodea de los mejores e impulsa para lograr políticas públicas de altura y miras; y Dos. Quien se rodea con serviles y sumisos, que sabe no podrán superarlo ni trascender en ningún ámbito, un soberbio político.
Miguel, sin duda, encaja en el segundo arquetipo, mostrando un gabinete negligente a la realidad social y política por la cual atraviesa Veracruz, y que hasta lo actual no se ha puesto el empeño para salir del bache.
Falacias
Al fariseo Miguel Ángel se le cayó de las manos su discurso.
Muy poco bastó para que en el sentir popular se reflejara la incapacidad política y de gobierno demostrada durante estos 8 meses de administración Yunista, que ha traído consigo, por mencionar, más de una decena de ejecutados tan sólo durante un fin de semana y 136 victimas en el mes de julio.
Yunes, y su discurso, no son más que una falacia.
CONCLUSIÓN
La seguridad no se implora ni se declara, como en los tiempos actuales (el de Yunes), sino se garantiza como autoridad, gobierno y Estado.
@yairademar |