Agregó que además existen 337 mil 072 niñas, niños y adolescentes de 3 a 17 años, que no asisten a la escuela. El equivalente a la población total de Coatzacoalcos que es de 319 mil 187 habitantes.
Dijo que la exclusión educativa que existe en todos los niveles se acentúa en el grupo de 3 a 5 y en el de 15 a 17 años.
Si para hacer el comparativo sobre los niños sin escuela, Xóchitl utilizó a Coatzacoalcos, para hacer el de los niños en pobreza extrema es necesario recurrir a más poblaciones.
Veracruz, Xalapa, Tuxpan y Poza Rica cuatro de las ciudades más grandes del estado, tienen en total un millón 631 mil 428 habitantes, mientras que los niños paupérrimos suman un millón 680 mil. Sobrarían casi 49 mil niños.
Muy aparte de los datos de ODISEA, en el norte de Veracruz se multiplican los casos de alcoholismo entre los menores, problema que no sólo existe en las zonas urbanas sino en las rurales y afecta a niños de diez a trece años en promedio.
Aunque de momento no se llevan estadísticas, la voz de alerta la están dando los profesores de aquella zona.
Ambos problemas son gravísimos y deberían existir programas de apoyo, pero no los hay.
La señora Karime Macías de Duarte que fue directora del DIF estatal y cuyo trabajo era meramente honorífico, se llevó el dinero de esos apoyos.
Y es que en efecto no cobraba ni un quinto, pero manejó y dispuso a su antojo de cientos de millones de pesos que eran para esos niños que hoy deambulan por ahí.
Esta presunta hipótesis (que de hipótesis no tiene nada), le ha venido como anillo al dedo al gobierno del señor Yunes Linares que en eso se escuda para no brindar ayuda a esos niños y adolescentes que literalmente se están muriendo de hambre. Con la pena pero no hay dinero, se lo llevó aquella señora.
Es decir, jódanse criaturas.
Todos esos niños y adolescentes son las presas más fáciles de los tratantes y las bandas de delincuentes.
Pero el gobierno estatal no ve el problema, o lo que es peor, no lo quiere ver.
Hace poco un mando policiaco se quejaba de la manera en que se multiplican los delincuentes juveniles, pero la respuesta está en esos menores abandonados a su suerte que son la semilla que abona la delincuencia.
Jesús Reyes Heroles decía que cuesta mucho educar a un individuo, pero cuesta más, mucho más no educarlo.
La solución para que Veracruz salga del mal fario de violencia en el que se debate es educar y darles de comer a esos niños y no multiplicar el número de policías.
Pero decírselo al gobierno estatal y hablar con la pared son la misma fregadera.
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