No es broma.
En Estados Unidos, entre la población de origen mexicano, corre la versión de que los sismos que sacudieron al país este mes fueron provocados… por Enrique Peña Nieto.
Según esa historia, que se repite de café en café, de boca en boca, el Presidente de México habría recurrido a esa estratagema para elevar su nivel de aceptación y poder competir el próximo año y heredar el cargo a alguien postulado por su partido, el PRI.
Si, suena absurdo, pero pinta un panorama que pocos han observado o comentado hasta el momento: Hay una censura general contra los políticos (partidos y personajes) que pretendan sacar algún beneficio con las labores de auxilio a los damnificados.
(El gobernador de Veracruz es testigo de ello, pues una pifia de su hijo, el mayor, puso en serio peligro su proyecto sucesorio, al ordenar que se distribuyera ayuda a zonas del sur de la entidad con logotipos y emblemas de la “yunicidad”).
Los únicos autorizados para encabezar las tareas de auxilio y de recaudación de apoyo, son los organismos internacionales (como la Cruz Roja) o las instituciones federales, como la Marina, el Ejército, Protección Civil, la Policía Federal o la Secretaría de Salud.
A nivel nacional, poco a poco se va generando una percepción positiva de la actuación del Presidente en estas circunstancias tan dramáticas.
El portal La Razón, en su columna “Rozones”, lo plasmó así:
“En los últimos 12 días el Presidente Enrique Peña no ha parado. Cerca de la medianoche del jueves 7 de septiembre estuvo al timón de la emergencia por el sismo que devastó Oaxaca y Chiapas. Ayer, mientras volaba a esa región para supervisar la ayuda humanitaria, cambió el destino del viaje para volver a la CDMX. Reunió a su gabinete para evaluar los estragos del temblor, recorrió zonas afectadas y ordenó habilitar servicios médicos, así como el despliegue de fuerzas federales, y de frente a la nación hizo el reporte de daños”.
La actitud de Enrique Peña Nieto es de destacar; más aún si recordamos el marasmo en el que cayó, hace 32 años, el entonces Presidente Miguel de la Madrid. Mientras la población se organizaba para participar en el rescate de miles de seres humanos, el Presidente se escondió y apareció tres días después del suceso.
Peña Nieto, por el contrario, ha estado en cada punto crítico. No hay sitio devastado que no haya visitado. Ha recorrido los centros de acopio de ayuda, ha supervisado los envíos, ha hablado y dado consuelo a familiares de las víctimas y puntualmente ha salido a los medios de comunicación a rendir informes de lo que se ha avanzado de los datos nuevos y de las estrategias de ayuda.
No le queda de otra, han sugerido algunos analistas políticos. Es un clavo ardiente, pero a final de cuentas es un punto de apoyo, que puede mejorar en forma considerable sus calificaciones.
Si a eso se le agregan un par de medidas francamente populistas (el recorte de los recursos para partidos políticos, con el fin de destinar esos fondos a la reconstrucción de las zonas dañadas, por ejemplo) la calificación del presidente para el mes de octubre, con toda seguridad, alcanzará un brinco histórico.
Y es que cualquier político con dos dedos de frente entiende que coyunturas como las que han brindado los dos sismos y los huracanes que han azotado al país este año, son “oro molido” (dixit Salvador Manzur) en rentabilidad política.
Es ocioso (y hasta contraproducente, como ya se demostró) ponerle colores a las bolsas de despensas, o camisetas alusivas a los brigadistas. Si eres gobierno, tus colaboradores deben llevar los emblemas oficiales y eso será suficiente para que los ciudadanos hablen de la “invaluable ayuda” que recibieron y su origen.
Ya hay quien dice que el panorama electoral hacia el 2018 habrá de cambiar una vez superada la crisis provocada por el sismo.
Ya lo veremos.
* * *
Epílogo.
Y la paz sigue sin llegar. Y los delitos “del fuero común”, esos que son los únicos de los que se hace responsable el gobernador, siguen sin freno, aunque las cifras que repite domingo a domingo el mandatario estatal, digan lo contrario. Este miércoles dos sujetos armados atracaron una tienda de autoservicio ubicada en la avenida Miguel Alemán, en la colonia Federal, en Xalapa. Eran las 3 y media de la tarde (en horas en las que Seguridad Pública sí trabaja, según el gobernador) cuando los delincuentes entraron al establecimiento. Uno de ellos sacó un arma de fuego con la que amagó a las empleadas. Se llevaron 2 mil pesos, en efectivo, cigarros, y equipos de telefonía celular. *** Y no habían pasado 24 horas en Coatzacoalcos desde las ejecuciones en un bar de Coatzacoalcos, cuando se reportaron otros dos homicidios. En la colonia Benito Juárez, la madrugada del jueves fue asesinado un hombre de varios balazos. Varios sujetos armados se acercaron a su víctima desde una camioneta y dispararon contra el joven que fue identificado como Alberto Fernández Vega de 24 años. *** Horas más tarde se reportó el homicidio del comerciante Felipe Gallegos, en la colonia Las Gaviotas, también de Coatzacoalcos. La víctima tenía una tienda de abarrotes, a la que llegaron varios sujetos y lo sometieron, pero al oponer resistencia fue agredido a puñaladas. *** La noche del jueves, en el sur de la entidad, fue acribillado un taxista que circulaba en el fraccionamiento Santa Cruz Soconusco. La unidad que tripulaba era la número 980, de Acayucan. ***¿Hasta cuándo, señor gobernador?
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