Ya se ha dicho hasta la saciedad, que cuando el Estado deja de cumplir con las atribuciones que la sociedad le ha conferido (entre ellas la del uso de la fuerza en el combate a la delincuencia) la población comienza a adoptar acciones en defensa propia.
Algo ha conseguido –¡por fin!- el gobierno de Miguel Ángel Yunes Linares. Ha llevado a los veracruzanos a severos niveles de hartazgo por la impunidad, y los ha orillado a organizarse y actuar por su cuenta, hacer la tarea que no son capaces de hacer nuestros gobernantes.
El pasado sábado, cerca de la media noche, un importante número de conductores de taxis se dedicaron a capturar a sujetos que se dedicaban a asaltarlos. En sus primeras acciones lograron la aprehensión de cuatro personas, señaladas de haber asaltado a una mujer taxista.
Enardecidos, los taxistas golpearon con saña a los detenidos, quienes salvaron la vida gracias a que llegaron elementos de la policía estatal a rescatarlos.
Hoy estas cuatro personas están detenidas, pero gracias al sentido garantista del nuevo sistema penal, es muy probable que muy pronto queden en libertad. La frustración, la ira, el hartazgo de los veracruzanos se hará cada día más evidente y, de no tomarse las medidas adecuadas y oportunas, muy pronto podríamos estar frente a un linchamiento fatal.
Mientras tanto, pobladores de la sierra de Zongolica bloquearon la autopista Puebla-Veracruz y quemaron un par de patrullas policiacas. Acusan a la policía estatal del robo de dos camionetas y la irregular detención de una persona.
Es evidente la incapacidad de los nuevos mandos policiacos. En un principio se asumía que les habían encomendado esas tareas a personas sin la formación ni la experiencia necesarias, pero ha sido tal su desempeño, que ya se sugiere más que una demostración de ineficiencia, un papel de complicidad.
Con la certeza de que difícilmente serán capturados y que, de ser detenidos, tendrán muchas probabilidades de salir en libertad, los criminales actúan cada día con mayor desparpajo. Sólo uno de cada cien delitos en México es castigado, según el Índice Nacional de Impunidad. El hartazgo social ha ocasionado que en diversos sectores decidan actuar contra los delincuentes.
Esa, por supuesto, no es la solución. México debe transitar como un país que se apega a la legalidad y en el que gobernantes e impartidores de justicia hagan su tarea, para que aquellos que hayan cometido algún delito paguen por él.
Alguna vez escribió Carlos Monsiváis respecto a la concurrencia de casos en los que la población hace justicia por propia mano:
“El problema es de estructura moral, y ahí lo evidente es la dificultad para distinguir controles en la acción comunitaria. Las masas cobran el poder que les da la pérdida del rostro individualizado. Son nadie y son todo. Son la piedra lanzada contra el individuo amarrado y son la ira ante la injusticia. Son el deseo de infligir daño y son la memoria de la niña violada. Y el punto a debate, en México y en América Latina, se detiene en lo obvio: ¿cómo lograr que se crea en la justicia?”.
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Epílogo.
Desde la lógica de nuestro gobernador, la pequeña Andrea, de cuatro años de edad “andaba en malos pasos”. Este domingo falleció producto de dos impactos de bala, calibre .9 milímetros, que recibió en el rostro, lo mismo que sus padres, quienes siguen luchando por su vida. La noche del viernes, en la confluencia de las calles Bellavista y Cuauhtémoc, en Coatzacoalcos (sí, allá donde cada semana se anuncian “nuevas medidas para reforzar la seguridad”) varios sujetos que viajaban en una Journey blanca y un Jetta del mismo color, dispararon contra una familia que se encontraba en su domicilio. *** Causó revuelo en Veracruz el video que difundió el conductor de radio y televisión Facundo, en el que recorre una de las residencias del fraccionamiento Woodlands, en Texas que presuntamente pertenece al exgobernador Javier Duarte de Ochoa. Sucede que este reconocido animador posee una residencia en la misma zona y aprovechó la escasa vigilancia para introducirse en una vivienda a la que le fueron colocados cordones amarillos para prohibir el paso. *** La tarde del pasado sábado, en Cosoleacaque, fue asesinado el carnicero Roberto López Ayala. Dos sicarios llegaron hasta la carnicería “Sarita” y dispararon contra el propietario, de 34 años de edad. Los autores del ataque huyeron en una motocicleta. *** En la colonia Colorines de Córdoba un repartidor de tortillas fue asesinado a balazos. El ataque ocurrió la tarde del sábado, en la avenida 1 esquina con la calle 2. La víctima, identificada como Heriberto Domínguez Vargas de 41 años de edad, recibió varios disparos a corta distancia. *** En Coatzacoalcos, un solitario sujeto asaltó una sucursal de Scotianbank. Amagó a los empleados con un arma de fuego y se apoderó del efectivo de las cajas, para enseguida darse a la fuga. Los hechos ocurrieron el sábado en la sucursal que se ubica en la avenida Ignacio Zaragoza número 620, entre Vicente Guerrero e Ignacio Allende de Coatzacoalcos. *** En la carretera a Camino Verde, en la colonia Murillo Vidal de Jaltipan, fue encontrado sin vida un taxista la noche del viernes. El cuerpo mostraba huellas de violencia. Al momento de levantar el cadáver, las autoridades aseguraron una cartulina con un mensaje. *** En Alvarado, el cuerpo sin vida de un hombre fue hallado en un potrero cercano a la desviación al poblado La Palma del municipio de Alvarado. Al llegar las autoridades confirmaron que se trataba de un hombre de complexión robusta, que tenía las manos atadas y la cabeza cubierta con una playera. *** El cadáver de un hombre fue encontrado la madrugada del domingo en la zona rural de Coatzacoalcos. La víctima fue encontrada prácticamente desnuda, boca abajo, con las manos atadas y los ojos cubiertos. El hallazgo ocurrió a la altura del kilómetro cuatro de la carretera que va hacia los ejidos Francisco Villa y Guillermo Prieto. *** Como se ve, la violencia no tiene freno en la entidad.
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