El del Auditor General del Órgano de Fiscalización Superior del Estado, Lorenzo Antonio Portilla, es un caso especial que llama la atención y hace suponer una disposición “voluntaria” para denunciar lo que no pudo hacer en los primeros cinco años del gobierno de Javier Duarte de Ochoa, para quien trabajó, y ahora sí observa y denuncia daños patrimoniales provocados por los funcionarios de la administración duartista, lo que lo convierte en omiso y cómplice.
Los antecedentes del “trabajo” del Auditor aquí están:
Durante 2011, el ORFIS denunció apenas un daño patrimonial por 39 millones de pesos, en una sola denuncia, pero en contra del municipio de Fortín.
En 2014, cuando Javier Duarte ya había saqueado las arcas del Estado, no hubo, según el ORFIS, una sola denuncia ni daño patrimonial al erario público.
En los años 2012 y 2013, el ORFIS solo denunció a alcaldes y a los integrantes de los ayuntamientos, pero ningún ente estatal ni funcionario de la administración duartista fue observado, y menos denunciado.
Total complicidad y omisión, no hay mejores pruebas de esto que los propios informes que emitió el ORFIS.
Durante los años 2011, 2012, 2013 y 2014 hubo cero denuncias en contra del Gobierno del Estado, y es hasta 2016, cuando inicia el gobierno panista de Miguel Ángel Yunes Linares, cuando el ORFIS denuncia 26 dependencias gubernamentales.
Las 26 denuncias que ha presentado el ORFIS suman un total de 22 mil 53 millones 449 mil 177 pesos con 33 centavos, que es el importe del daño patrimonial que el Órgano de Fiscalización Superior ha denunciado en la era Yunes Linares de la administración anterior, en la que Lorenzo Antonio Portilla fungía en el mismo cargo.
¿Qué pasó con el excolaborador de Javier Duarte y hoy de Miguel Ángel Yunes Linares?, ¿por qué hoy sí detecta irregularidades millonarias cuando en el momento en que se requerían, en tiempo, no lo hizo?, ¿a qué se debe su permanencia al frente del ORFIS de tan distinguido duartista?
Todas esas interrogantes las debería explicar el titular del órgano ante los diputados del Congreso Local.
Pero Lorenzo Antonio no tiene salida. La única explicación a esta situación que le encuentran directores de despachos de auditores y políticos es que al igual que otros corruptos del gobierno de Duarte, éste decidió denunciar a cambio de impunidad, de no ir al penal a acompañar a Mauricio Audirac Murillo.
El problema para Lorenzo Antonio Portilla es que como no ha documentado adecuadamente las denuncias, con amparos se le caen, y lo peor, ya falta poco tiempo para que concluya la actual administración panista y vendrán las denuncias de los señalados por el ORFIS, por el daño moral –aunque ni la conozcan– y los gastos en despachos de abogados que les han causado las denuncias del multimencionado órgano. No le va a alcanzar a Portilla todo lo que logró acumular de riqueza para pagar lo que se le viene por haber hecho alianzas con quien no lo va a proteger, al contrario.
Rodrigo García, otro extraño caso
En los corrillos del Palacio de Gobierno se comenta que el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares debería aprovechar la situación, encarcelar a Ricardo García Guzmán e iniciar un juicio de procedencia en contra de su hijo Rodrigo, y de esa manera demostrar a los veracruzanos que en su gobierno la ley es pareja, y de paso, aprovechar para congraciarse con el panismo puro del estado, que odia a la familia García-Escalante por lo que han abusado del poder con la bandera del PAN.
¿Por qué esta acción?, por el caso de la Fiscal asesinada en Pánuco, Yendi Guadalupe Torres Castellanos, identificada plenamente con la familia de “Los Porkys” y “El Ñoño”, con quienes colaboró en la comuna de Pánuco y con quienes sostenía una relación muy cercana.
A cual más se pregunta por qué el diputado local Rodrigo García Escalante, tras la tragedia en la que murió su amiga, se apuró a declarar a los medios que el homicidio de Yendi Guadalupe Torres Castellanos, Fiscal Especializada en Delitos Sexuales y contra la Familia, estaría relacionado con “maleantes” que tenían tratos con familiares directos de la hoy difunta.
“Un familiar cercano y directo a la Fiscal tenía tratos con personas de dudosa reputación. Ahora se sabe que estas personas eran maleantes, y tuvieron un problema por negocios”, comentó sin titubear García Escalante durante la entrevista con Ciro Gómez Leyva en cadena nacional. Se sabe ahora que la fiscal Yendi Guadalupe Torres Castellanos fue en 2008 parte del gobierno municipal priista, que en ese entonces encabezaba Ricardo García Guzmán, padre del ahora diputado Rodrigo García Escalante.
Y como para lavarse la manos, “El Porky” (apodo que se ganó cuando pertenecía a una criminal banda de jóvenes xalapeños que asesinaron a patadas a Manlio Humberto Palomeque, en plena calle frente al edificio Hakim, homicidio por el que nunca fue detenido pues su padre era poderoso Contralor General del Estado en el gobierno de Miguel Alemán Velasco) afirmó categórico: “Ella (Yendi) siguió su camino, nosotros también, y es lamentable la muerte de cualquiera; más tarde, que avance la investigación, me comunicaré con el Fiscal para que nos dé una explicación, y podamos comunicarnos con la familia”.
Cabe señalar que Yendi Torres Castellanos fue asesora jurídica e inspectora de alcoholes en el municipio de Pánuco, durante el gobierno municipal de Ricardo García Guzmán en los años 2007-2010.
El PAN recicla cascajo
Morena, el partido político que fundó e hizo crecer Andrés Manuel López Obrador, que suma a los que menos tienen, el mayor número de mexicanos, creció de manera exponencial, tanto que para sus líderes fue imposible tener control sobre el ingreso a sus filas de oportunistas. En Veracruz, hubo candidatos a diputados locales que gracias a Morena se treparon al Congreso, pero tras “negociar” con los adversarios de Morena cambiaron la chaqueta. El primero fue Sebastián Reyes Arellano, un cínico oportunista quien a las primeras de cambio brincó de Morena al PAN, el partido en el poder; luego vino el pasaje vergonzoso de corrupción que protagonizó Eva Cadena Sandoval, la diputada local que se prestó a que le hicieran un video recibiendo dinero, para incriminar a López Obrador, y la última chaquetera es la diputada local morenista (aún) por el distrito de Minatitlán, Miriam Judith González Sheridan, quien vive una auténtica luna de miel con el gobierno panista.
Puro cascajo que el PAN se ha llevado para mantener la hegemonía, el poder y el manejo de los recursos en el Congreso Local, dando sus cacheritas a quienes se pasan de su lado. Los tres diputados mencionados no volverán a figurar en la vida política de Veracruz, pasarán a la historia como lo más oscuro de la actividad política, la traición, la deslealtad y el cinismo. Contra esto hay personajes dignos en la bancada morenista del Congreso veracruzano, políticos comprometidos con sus representados y su partido. Todos los que sobreviven en la bancada morenista.
REFLEXIÓN
A ver, a ver. Ya no queremos que nos repitan cuánto se robaron y quiénes; no, eso ya suena a pitorreo, porque ni los encarcelan ni les quitan lo que se robaron. Lo que quisiéramos saber los veracruzanos es qué madres hicieron en este año de ejercicio gubernamental… ¡Nada! Puros crímenes y delincuencia, por eso no sueltan el chicle de “fueron los duartistas”. Si salen preñados también le echarán la culpa al ponzoñoso gordo. Escríbanos a mrossete@yahoo.com.mx formatosiete@gmail.com www.formato7.com/columnistas |