Hoy me alejare de esta maravillosa gente y de sus hermosas vistas, del trabajo por servir con cabalidad, lo que nos han encomendado. Es tanto lo que deseo agradecer muchos hombres y mujeres de valor y de valores, de principios y convicciones que podría extenderme más de lo que quisiera.
Adiós y Gracias totales a mis compañeros Delegados Federales, equipo de trabajo, A mis amigos, que en este tiempo logramos estrechar lazos, que hicieron que hoy los llame así.
Me voy satisfecho de la sinergia alcanzada con tantos y tantos de ustedes, que también un dejo de nostalgia guardaré.
A todos, mi gratitud y sincera estima por todo lo que logramos en bien de México.
Nos veremos, siempre!!!”.
El anterior es el texto del wasap (este sustantivo escrito así es una adaptación adecuado en español de la palabra del inglés WhatsApp, según FundéuBBVA, la Fundación del Español Urgente de la agencia EFE) que en los primeros minutos de ayer martes envió el delegado de la Secretaría de Gobernación, Ángel Isaac Ochoa Pérez, al resto de los delegados federales en el Estado para avisarles que le acababan de dar piso… político.
Fue inusual la hora (eran las 00:27 horas ya del martes) e inusual la forma de hacerlo.
Normalmente, cuando un delegado ha renunciado o lo han renunciado le han dado tiempo para que el resto de sus colegas le hagan una comida o una cena de despedida y en un acto formal entregue la oficina a su sucesor.
A Ochoa Pérez casi lo agarraron con los calzones en la mano o quién sabe si hasta como El Tigre de Santa Julia, pero el hacha le cayó al pescuezo cuando ya estaba empiyamado, con las pantuflas felpudas al pie de su cama y con un gorrito sobre la cabeza del que colgaba una borla como la de los personajes de los cuentos de hada. Y con el frío que hacía, de casi 1 grado centígrado.
¿Por qué no le dieron tiempo de montar en su caballo? ¿Qué urgencia había de descabezarlo?
Me atrevo a especular sobre tres posibles causas:
Porque es un anticipo ya del destape formal del senador José Francisco Yunes Zorrilla como el aspirante único a la precandidatura del PRI al Gobierno del Estado.
Es decir, lo hicieron a un lado porque durante meses estuvo operando para la causa del senador Héctor Yunes Landa, cuando que debió haber permanecido neutral.
En varias ocasiones, algunos políticos locales me platicaron que los citaba en algún café no tan público y ahí les pedía apoyar a Héctor, diciéndoles que era su candidato y que era el “bueno”.
El comentario era que seguramente había negociado ya una posición para su esposa en el gobierno hectorista, si se daba, pues era fama lo dominante y ambiciosa que es su mujer, al grado que se decía que era ella quién realmente mandaba en la Delegación (hacía además ostentación de sus viajes al extranjero y de su riqueza).
Su salida sería la señal de que es inminente el lanzamiento de la convocatoria del tricolor para encumbrar a Pepe.
Otra causa pudo ser que no operó o no supo operar bien, o no previó la salida del PRI de Ricardo Ahued y su incorporación a Morena, y no supo ni pudo evitarla, que le faltó capacidad política siendo el operador político por excelencia –se supone– como delegado de Gobernación que era, en ausencia de un gobernador priista, o que no supo apretar teniendo todo el poder político federal.
Y la tercera, que se iniciará el cambio de los delegados federales, que estaban bajo el control del Secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, control que pasará al candidato presidencial José Antonio Meade para colocar a sus afines y de confianza que ayuden a su causa.
Hay un grave antecedente que gravita en contra de los actuales delegados federales: no pudieron evitar con su trabajo que el PRI perdiera la gubernatura el año pasado.
Habrá que esperar la confirmación oficial del nuevo delegado para saber qué fierro trae y de qué establo viene. A Miguel Ángel Osorio Chong le han quitado el control político de Veracruz. Deja varios huérfanos.
Los ofrecimientos de AMLO
Se registro ayer Andrés Manuel López Obrador como precandidato de Morena a la Presidencia de la República, en realidad un mero formulismo político porque la candidatura se la autoasignó ya. En su caso, su “dedito” lo favoreció. Hará su tercer –y según él último– intento y está arrancando en punta aunque eso no necesariamente implica que va a ganar la elección, pues en las dos ocasiones anteriores inició igual y finalmente perdió.
Se simpatice con él, se esté de acuerdo o no con él, no dejan de llamar la atención algunos ofrecimientos que hizo a los mexicanos de obtener el triunfo.
Insistió en su idea de descentralizar la mayoría de las dependencias federales, y, gacho –dijeran en el barrio–, para Veracruz sólo tiene contemplada la Comisión Nacional del Agua (Conagua).
Para la clientela electoral sin duda resulta atractiva su oferta de que desde el primer día de su gobierno los jóvenes tendrán garantizado el derecho al estudio y al trabajo. “Todos los jóvenes que estén cursando el nivel medio superior tendrán una beca mensual (no dijo de cuánto) y 300 mil universitarios de familias de escasos recursos económicos recibirán un apoyo de 2 mil 400 pesos mensuales”.
Fue más allá. Dijo que se contratará a 2 millones 300 mil jóvenes, “a los que despectivamente algunos llaman ‘ninis’, y se les otorgará un sueldo como aprendices de 3 mil 600 pesos mensuales. Estos jóvenes recibirán capacitación para el trabajo en talleres, empresas, comercios y en otras actividades productivas del campo y de la ciudad. El Estado no se olvidará de los jóvenes nunca más. Becarios sí, sicarios no”.
Hubiera estado mejor si hubiera explicado de dónde saldrán los recursos para cumplir ese ofrecimiento y si los apoyos o becas se entregarán por el sólo hecho de estar estudiando o ser “ninis”.
Otra promesa fue que si gana habrá acceso a internet en todo el territorio nacional en forma gratuita en caminos, hospitales, escuelas, plazas públicas, y edificios e instalaciones gubernamentales.
Pero no paró ahí. Ofreció que se aumentará al doble la pensión a los adultos mayores del país, o sea, a mil 200 pesos mensuales, el equivalente, dijo, a la mitad de un salario mínimo, como está establecido por ley en la Ciudad de México. “Este apoyo será universal, es decir, también lo recibirán jubilados del ISSSTE y del Seguro Social. Asimismo, todas las personas pobres con discapacidad tendrán derecho a una pensión”.
Garantiza que la educación será gratuita en todos los niveles escolares (hubiera sido interesante que explicara el tema con más detalles) y que se dará marcha atrás en la Reforma Educativa, un ofrecimiento polémico y que le puede arrojar muchos negativos en las urnas.
Con lo siguiente: que se hará valer el derecho constitucional a la salud, “lo que implica garantizar atención médica y medicamentos gratuitos a toda la población”. Igual, no dijo con qué y cómo lo va a hacer.
No dejó de abordar el tema que más preocupa ahora a los mexicanos: el de la violencia e inseguridad.
Anunció que para enfrentarlo se dará atención a las causas económicas y sociales que han incidido en la gestación de ese flagelo, “pero también pondremos orden para asegurar la tranquilidad de todos los mexicanos”.
Comentó que la seguridad pública será un asunto prioritario y de atención personalizada. Anunció que se creará la Secretaría de Seguridad Pública y que habrá mando único.
Y su sello personal: “Desde el primer día del nuevo gobierno democrático asumiré la coordinación del gabinete de seguridad pública, como en el tiempo en que fui jefe del gobierno capitalino. Desde las 7 de la mañana, todos los días, me reuniré con los secretarios de Gobernación, Seguridad Pública, Marina y Defensa, así como con el procurador, y se invitará a algunas de esas reuniones a gobernadores, autoridades municipales, así como a representantes de los poderes Legislativo y Judicial, con pleno respeto a sus competencias, para escuchar juntos el informe o parte de los delitos cometidos en la república y tomar las medidas necesarias”.
Ahí está, pues, el polémico virtual seguro candidato de Morena que, a mi juicio, tendrá en José Antonio Meade el más fuerte candidato, porque será una contienda de dos. |