Amarillo o azul, rojo o verde, turquesa, morena y “amorenadas”, multicolor, variopinto, incluso incoloro, qué importa, sencillamente –¿cínicamente?- se ponen la camiseta, las camisetas, y a darle duro y tupido al de enfrente, los intereses son los intereses, el poder es el poder, porque en México todo es posible y no pasa nada, el paraíso terrenal por pocos conocido y el infierno por muchos padecido. Y ahí van los “precandidatos candidatos” arrojándose mierda unos a otros, que es con lo único que cuentan y conocen a la perfección. Qué importa lo que diga y piense la gente, lo primordial es ganar el voto, cueste lo que cueste.
Me recordó la canción del grupo Elefante (digo, pa’ no ponernos tan pesimista en este año que comienza con horizonte apocalíptico):
“Y que me traigan más botellas Para quitarme este sabor de su sudor Y que me apunten en la cuenta toda la desgracia que dejó. “Que no quieres nada más de mí Que te fuiste con ese infeliz Que importa (Como dice como dice) Que importa Que me va a matar la depresión Que me voy a vivir en el alcohol Que importa (Como dice como dice) Que importa Que te fuiste sin decir adiós Que no dormirás en mi colchón Que importa (Como dice como dice) Que importa Que ensuciaste mi reputación que te vale madres este amor Que importa (Como dice como dice) Que importa…”
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Bueno, creo que se la saben. Qué importa lo que diga la Encuesta Nacional de Seguridad Pública Urbana del Inegi realizada en la primera quincena de diciembre de 2017: el 75.9% de la población de 18 años y más considera que vivir en su ciudad es inseguro; y las ciudades con mayor percepción de inseguridad, fueron Reynosa, Chilpancingo, Fresnillo, Villahermosa, Coatzacoalcos y la zona norte de la Ciudad de México.
Los lugares donde más inseguros se sienten los ciudadanos, son en los cajeros automáticos, así lo manifestó el 82.3% de la población; 72.9% dijo que en el transporte público, 69.2% en el banco y 68.2% en las calles que habitualmente usa. (eluniversal.com.mx,17-01-18).
La verdad es que no pasa nada, aunque dicen que ya hay desabasto de bolsas negras para la basura, puesto que son utilizadas para… Ya no me acuerdo. En fin, que te fuiste sin decir adiós…
Los días y los temas
Les comento que cuando me complazco en conversar con alguna persona, conocida o no, los temas dolientes que surgen cual escupitajos por el hartazgo, son: violencia, corrupción, impunidad, narcotráfico, inseguridad… ¡uuff! Ta güeno, pues, pero ¿acaso no hay otros caminos, otras vivencias, otros respiros y suspiros, otras fuerzas? Es necesario dar un giro de un millón de grados, aventurarnos en la locura –de la buena-, y crear y recrear, hacer y rehacer, reflexionar, valorar y revalorar, mirar y remirar, remar hacia horizontes utópicos que no por ello irrealizables. Porque “rumiar los males en nada ayuda”, ¿verdad, Dalia?
O como expresó el escritor francés Stéphane Hessel: “No sólo hay que indignarse, hace falta también comprometerse”.
De cinismo y anexas
Para no otorgarle tanto crédito al abatimiento cruel, les comparto algunas palabras de Jorge Ibargüengoitia, quien el próximo 22 de enero cumpliría 90 años de edad. Celebremos con la lectura de sus obras.
** ¡Oh, dulce concupiscencia de la carne! Refugio de los pecadores, consuelo de los afligidos, alivio de los enfermos mentales, diversión de los pobres, esparcimiento de los intelectuales, lujo de los ancianos. ¡Gracias, Señor, por habernos concedido el uso de estos artefactos, que hacen más que palatable la estancia en este Valle de Lágrimas en que nos has colocado!
** Si no voy a cambiar al mundo, cuando menos quiero demostrar que no todo aquí es drama.
** ¿No opina usted que el uso de guardaespaldas es indicio de que hay algo podrido en el gobierno?
** Por supuesto que la paz es el respeto al derecho ajeno, en eso todos estamos de acuerdo. En lo que nadie está de acuerdo es en cuál es el derecho ajeno.
** Si la historia de México que se enseña es aburrida no es por culpa de los acontecimientos, que son variados y muy interesantes, sino porque a los que la confeccionaron no les interesaba tanto presentar el pasado, como justificar el presente.
** -¿Sabes a dónde nos conducirían unas elecciones libres? Al triunfo del señor Obispo. Nosotros, los revolucionarios verdaderos, los que sabemos lo que necesita este México tan querido, seguimos siendo una minoría. Necesitamos un gobierno revolucionario, no elecciones libres.
** La verdad es que mientras más enojado estoy con este país y más lejos viajo, más mexicano me siento.
Ahí se ven. |