Hipólito, alcalde de los jalapitos.
Dicen que no es lo mismo la teoría que la práctica, como no es lo mismo ser borracho que cantinero, del mismo modo que no es lo mismo huele atrás que atrás te huele, el caso es que todavía aún apenitas casi si empieza la administración municipal que preside Hipólito –que no encabeza, más bien de cabeza- y ya están con tropezones y no dan ni la mitad de una, por más que haigan caído sesudos de la capirucha, cual capiruchos dizque se vinieron acertados, porque aquí en la jodida provincia pos nomás no hay; así que como venía diciendo, que ahora resulta que el gobierno municipal es puro “error técnico” –¿error de dedo?-, pos sí (la culpa la tiene el indio y el que lo hace compadre), y la verdad, dicen que exageramos pidiendo peras al olmo; eso sí, la culpa la tienen los pinches camiones y por eso Xalapa florece de basura, como decir, cuando se tropieza uno, que la culpa la tuvo la desgraciada piedra, pero los problemas se solucionan “minimizándolos”, no aguantamos nada (¡más!).
¿Y de qué murió el individuo? De un “error técnico”. Ahí nomás, Chato.
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Según CIESAS: “Dr. Pedro Hipólito Rodríguez Herrero, entre otras maravillas profesionales, académicas y…: “Es Profesor-investigador de tiempo completo en el Ciesas-Golfo desde 1989. Su interés profesional está centrado en los temas de Desarrollo Sustentable, Medio ambiente y sociedad; Ciudades y procesos urbanos, Ordenamiento Territorial.” Ok, Míster, aún hay tiempo, demos el beneficio de la vacilación, tiempo al tiempo; total, los mexicanos somos duros de corroer, aunque viéndolo bien, a como está la situación, preciso es mejor correr… ¿Hacia a dónde?
Miyuli, gobernador de los veracruzanitos.
Palíndromo violento: SOS. Desde luego, no sólo Veracruz produce violencia. La inseguridad está más firme que ayer, ¿llegó pa’ quedarse? ¿Cuándo empezó la pestilencia y ni nos habíamos dado cuenta de que los muertos ya llevaban años? O sí, pero el miedo atornilla. ¿Dónde están los malosos?
En todo caso, dijo un tipo: “Me compré un perro guardián y me instalé una alarma.” A lo que el otro comentó: “Haces bien…Hay muchos políticos recorriendo los barrios.”
Ahí les va: “Anoche vi un estrella, luego una luciérnaga, caminaba por las calles tranquilo: era una ciudad desierta. Patrullas y ambulancias pasaron zarandeándome. Allá hubo disparos. Entonces desperté de mi mundo idílico y percibí que no había lugar donde esconderse, para nadie, mucho menos para un poeta. Pero como lo poetas también van al baño, no sé quién lo dijo, me mantuve quieto, atenazado a la taza, por aquello del Tigre de Santa Julia.” (Del relato “El abismo no tiene regreso”, de Ismael Bielma).
Enrique Peña Nieto, presidente de los mexicanitos.
Sin duda que lo bueno cuenta, pero estamos tan escasos. Además ya no vale la pena referirnos a ti. Nuestro país sigue en caída libre. Igual te daremos tu salario una vez que concluyas tu mandato. Ay, ¡cómo me gusta México! |