Así que Pinete no sería una candidata “mostrenca”, como solía advertir en los procesos electorales a sus dirigentes priistas Fidel Herrera en la plenitud del poder. Ella sí debe tener dueño que le financie su campaña. Porque la legisladora huasteca, a pesar de ser miembro de una próspera familia de ganaderos del norte de Veracruz, de haber desempeñado cargos en los gobiernos estatal y federal, de haber sido presidenta municipal de su tierra y de ocupar actualmente por segunda ocasión una diputación federal, se habría negado el año pasado a dar parte de su dieta mensual para financiar al PRI en la entidad, partido que desde que perdió la gubernatura en 2016 su dirigencia estatal tiene serios problemas económicos hasta para pagar puntualmente su nómina.
Y es que en septiembre de 2017 trascendió que durante una reunión con la senadora Diva Hadamira Gastelum Bajo, secretaria de Atención de Estados en Oposición del Comité Ejecutivo Nacional del PRI, una representante de una agrupación estatal del Revolucionario Institucional habría propuesto que los diputados federales aportaran parte de sus ingresos para sostener a su partido, a lo que Pinete habría respondido que en su caso a duras penas le alcanzaba su dieta legislativa para cubrir sus gastos personales.
Tres meses después se supo que los 500 diputados federales se aprobaron una “Gratificación de fin de año” por más de 140 mil 500 pesos para cada uno, y que decidieron darse un aumento de 200 millones de pesos.
A finales de 2017, los diputados no solo cobraron su sueldo y el respectivo aguinaldo, sino que habrían recibido, como en años anteriores, recursos para pagar a los empleados de honorarios y con el plus de cobrar su caja de ahorros, acumulada durante los tres años de ejercicio.
PEPE YUNES, CUMPLIDOR
Este jueves, el diario capitalino Excélsior publicó que al cierre de las precampañas, de 50 precandidatos a gobernador en nueve estados, sólo cuatro cumplieron con algunos datos los cuatro rubros de su ficha de fiscalización electoral. Es decir, únicamente 8% de estos aspirantes cumplió con informar al INE, al menos en parte, sus aportaciones de simpatizantes y militantes, lista de proveedores, avisos de contratación y agenda de eventos. De Veracruz, sólo José Francisco Yunes Zorrilla, de la alianza PRI-PVEM, reportó la mayor parte de esa información. Los otros tres que también cumplieron fueron el jalisciense Enrique Alfaro, de Movimiento Ciudadano; la panista Martha Erika Alonso, de Puebla; y el perredista Gerardo Gaudiano Rovirosa, de Tabasco.
En el caso de los aspirantes a la gubernatura de Veracruz, MORENA solamente informó de ingreso y gasto por 1.3 millones de pesos, mientras que su precandidato, Cuitláhuac García, tiene aportaciones por 52 mil 200 pesos y realizó 82 eventos.
El PAN notificó 3.3 millones de ingreso y gastos. Su precandidato Miguel Ángel Yunes Márquez reportó seis proveedores y 73 eventos.
El PANAL informó de solo un evento realizado y aportaciones por 13 mil 960 pesos a la precampaña de Miriam Judith González.
En cambio, el PRI registró ingresos y gastos por 898 mil 90 pesos para la precampaña de Yunes Zorrilla, quien informó aportaciones que suman 975 mil 964 pesos, cuatro proveedores y 60 eventos realizados.
Una muestra más de que el priista peroteño es un político congruente, que su discurso de transparencia y honestidad no sólo se basa en palabras sino en su actitud y en los hechos.
Ahora que inicien formalmente las campañas ya se verá si Pepe Yunes logra posicionarse como la mejor opción electoral, sobreponiéndose al descrédito en que sumieron a su partido los últimos pésimos gobernantes.
HASTA EL MARTES
Debido a un compromiso familiar de su autor que le obligará a permanecer un par de días fuera de la entidad, esta columna volverá a publicarse hasta el próximo martes 20.
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