En este país todo mundo tiene derecho a denunciar, pero una denuncia no hace culpable a nadie, a menos que ante un juzgado se pruebe la culpabilidad de esa persona. En este país hasta Duarte, quien está preso en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, denunciado por ocasionar un gran desfalco en Veracruz, tiene derecho a denunciar; y lo hace. Desde su prisión, asesorado por sus abogados, Javier Duarte denunció al gobernador Miguel Ángel Yunes Linares de enriquecimiento ilícito y lavado de dinero. ¿Sus pruebas? Pues reportes periodísticos, particularmente el reportaje de ONEA, organización de Carlos e Iván Gidi que en algún momento también denunciaron a Javier Duarte como un modo de presión para que les pagara los millones que les quedó a deber, cosa que nunca funcionó. Y ya aprovechando el viaje Javier Duarte, el recluso, también acusó a Jorge Winckler de ser el abogado particular del gobernador a quien, dice Duarte, protege de las acusaciones en su contra. ¿Cuál es el propósito de esta demanda? Por supuesto sabemos que no prosperará. Sin embargo, algo se trae el exgobernador, quien tiene muchos ratos de ocio en prisión, maquinando vaya usted a saber cuántas locuras.
Sánchez Macías, se aprovechó de la supuesta parentela con Karime Macías, ahora se aprovecha de la parentela política con Yunes Márquez
Bastante retorcida la situación de Eduardo Sánchez Macías con la Legislatura actual. Sánchez Macías buscará la diputación federal de Martínez de la Torre por la coalición formada por el PAN-PRD-MC, pero al mismo tiempo el señor exige al Congreso, cuya mayoría es panista, que le paguen un millón de pesos de publicidad concertada con la Legislatura pasada para sus periódicos impresos. Sánchez Macías, lo hemos reportado en LBP, se quedaba durante la época de Juan Nicolás Callejas, con la cuarta parte de los recursos para publicidad del Congreso; y todavía quieren más. Pero eso no es todo, Sánchez Macías, quién acompañara a Yunes Márquez durante sus recorridos como candidato a la gubernatura por la zona de Martínez de la Torre, quiere que le devuelvan un terreno que el gobierno de Javier Duarte le donara a una fundación espuria de la que su familia forma parte. En serio, Sánchez Macías se aprovechó de supuesta parentela con Karime Macías y ahora se quiere aprovechar de la parentela política con Miguel Ángel Yunes Márquez.
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Xalapa y el fenómeno de Morena
En algún momento Xalapa se hartó de PRI, se hartó de los políticos; Xalapa que en algún momento se hacía llamar la “Atenas veracruzana” tenía un voto diferenciado. Sin embargo, el hartazgo fue tanto que obnubilados por la corrupción los xalapeños empezaron repudiar todo lo que para ellos parecía corrupto y anquilosado. Xalapa en algún momento le dio el triunfo a un Atanasio García, y lo hizo diputado, aunque el profe sólo puso una lona colgada cerca de Humanidades; Xalapa le dio el triunfo a Uriel Flores y mostró su repudio a Reynaldo Escobar. En las dos elecciones, la de 2006 y 2012, los xalapeños dieron su voto a López Obrador, y de ahí surgió una inercia que se consolidó con la llegada de Morena, el partido de López Obrador, el partido puro, el partido que no conocía la corrupción, “la esperanza de México”. Pero Morena ha sido una decepción. En los últimos años nos hemos dado cuenta que la receta para hacer un partido político es la misma en cualquier orbe; en todos los partidos políticos hay esa miasma hedionda de corrupción, de intereses de grupo e intereses personales que hace a un lado los intereses comunes. Morena ha demostrado, al menos en Veracruz, que es un partido ineficiente, lleno de improvisados, de diputados “tómbola” que han dejado ver que tienen un precio; el poder los llenó de soberbia, sí, de esa misma soberbia que hizo perder a López Obrador en 2006; entonces ellos tendrán que correr la misma suerte.
Armando Ortiz
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