Por muchas razones yo prefiero comprar y hasta desayunar en el tianguis que en el súper. A veces no lo veo muy limpio pero aún así lo prefiero. Disfruto la diversidad de productos, saludo amigos, aprovecho ventajas de precios o calidades diferentes y, desde luego, la calidez de la atención personal.Para un tiempo tan difícil como el actual, no hay mejor opción que comprar en los tianguis ya sean verduras, fruta, cereales, herramientas o productos de uso.
Tianguis como el que por años estuvo instalado en la avenida Orizaba y muchos otros qué hay en Xalapa o en cualquier municipio, como toda actividad llamada “informal” , tienen sus raíces históricas y, en las últimas décadas se ha incrementado su numero como resultado de un modelo económico que ha sido incapaz de brindar oportunidades de vida a crecientes núcleos de la población.
En este contexto debemos reconocer el valor del esfuerzo de esas familias. Podrían ser delincuentes y optan por una actividad digna. Podrían ser un problema mayor para la sociedad y son una solución porque si venden es porque sus servicios son necesarios. El problema derivado es el de su ubicación. En el caso de la Avenida Orizaba, el Ayuntamiento que encabezó el Ex alcalde Américo Zúñiga toleró esa ubicación durante casi 4 años y unos meses antes de concluir su Cabildo tomó el Acuerdo de no permitir más esa ubicación . Los líderes tianguistas en este Como en todos los casos de tianguis deberían aprovechar la buena disposición y apertura al diálogo de las nuevas autoridades para aceptar reubicarse con las ventajas que representa tratar con un ayuntamiento dispuesto a respetar y defender su legítimo derecho a tener un medio de vida. Por ejemplo, la afluencia de clientes puede ser mayor si los tianguis contaran con espacios suficientes para personas y vehículos, con sanitarios móviles y un buen servicio de limpia publica, legalidad y transparencia en el cobro de derechos de piso, etc. Son aspectos que se deberían poner sobre la mesa en lugar de posturas de confrontación que no tienen sentido cuando la autoridad, lejos de desatender su compromiso Social está convencida y decidida a sumarse para preservar una forma de trabajo y de vida. De la confrontación todos perderíamos. Del diálogo y el acuerdo todos saldríamos beneficiados. |