Los próximos tres meses, aproximadamente, serán de mayores consecuencias en el ámbito nacional, debido a que se percibe un cierto vacío de poder, pues los que todavía se encuentran al frente de la administración federal, o bien, como en algunos casos de estados de la república, entre ellos Veracruz, ya no hacen nada por enfrentar este problema de la inseguridad, pues bien se entiende que si durante el tiempo que estuvieron responsabilizados de la garantía de la seguridad, no lo hicieron, menos en lo que les resta de su gobierno constitucional.
Así están las cosas, no ahora, sino desde hace tiempo, en que los mexicanos y los veracruzanos, en lo especial, viven en un constante temor de ser agredidos, de ser asaltados, secuestrados, violados, y lo que es peor, de perder la vida por encontrarse, muchas veces, en el lugar y el momento de hechos violentos y por lo tanto ser también, desgraciadamente, víctimas de los hechos.
La violencia ha estado presente en todo momento, pero con escasos índices, los cuales se incrementaron sorpresivamente, cuando el Ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, decidió hacer su guerrita contra la delincuencia, despertando, más que nada, al monstruo que permanecía dormido y que a partir de su gobierno, ha sido de terror constante para todos los mexicanos.
Esa fue la herencia que dejó aquella presidencia, donde no se tuvo conciencia de lo que se hacía y menos una estrategia o plan definido para enfrentar los hechos violentos de su tiempo, considerando fácil la tarea desde el bunker de su propio círculo de poder, lo que, al final de este episodio, solo dejó como prueba de sus más caros errores, una cifra de más de cien mil muertos por todos los rincones de la patria, además de los miles de desaparecidos que a la fecha no han noticias de ellos. Como consecuencia de estos errores de gobierno, las posteriores administraciones tuvieron que aceptar, como ahora lo hace el Presidente Peña Nieto, que no han sido capaces de solucionar este problema, el cual crece día a día y que será, de alguna forma, también el coco de la próxima administración.
Se espera, sin embargo, que sea en este periodo constitucional del gobierno federal y estatal, donde comience la recuperación de la paz y la tranquilidad, con menos muertos en las calles, con menos secuestrados y con menos desaparecidos, pues la esperanza muere al último, es decir, hasta que se hayan agotado todos los recursos y se inicie una etapa, todavía más difícil, en la cual, como ya se ha estado viendo en los recientes meses, de que sea la propia ciudadanía, la que intente tomar la justicia por sus propias manos, convirtiendo a nuestro país en una verdadera guerra civil. Ese, quizá, sea por ahora, el peor temor del próximo gobierno, que cuando ya no se pueda con la fuerza del Estado, atacar este problema, sean los propios mexicanos, los que decidan ponerle un alto a este serio problema nacional.
No es lo deseable, de ninguna manera, pero es el riesgo que se corre si no se logran los objetivos de terminar con la violencia y consecuentemente, con la inseguridad, pues primero tiene que establecerse, antes que nada, el verdadero estado de derecho y que sea éste el que se encargue de estos quehaceres públicos.
Pero es justo señalar que el pueblo ya esta cansado y algunas manifestaciones de todo esto, son los actos, a veces injustos, que se han venido cometiendo en contra de personas que no resultar ser, precisamente delincuentes, por lo que en lugar de hacer justicia, se generan más delitos, mucho más graves y delicados que ponen a la sociedad, en peor estado.
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HCE POCO, EN ESTE mismo espacios, advertíamos de los ajustes tarifarios que viene haciendo la Comisión Federal de Electricidad, sobre todo, al inicio de este mes de septiembre, en que la paraestatal viene aplicando incrementos a los costos de la energía eléctrica, los cuales están siendo denunciados ante el llamado elefante blanco de la Procuraduría Federal del Consumidor.
Pues bien, se ha definido que es la propia CFE, la que más denuncias acumula en la dependencia llamada profeco, encargada de regular estos asuntos derivados de la voracidad de las propias dependencias e instituciones del gobierno federal, en propicios momentos de la despedida sexenal, por lo que todos los aumentos que se vienen experimentando en los recibos de la luz, son atribuibles, dice una gran mayoría de consumidores, al famoso año de Hidalgo, donde los que se encuentran al frente de estas dependencias, buscan la manera de hacerse de recursos económicos que les permitan retirarse sin mayores problemas económicos.
La Comisión Federal de Electricidad, es la única, en el Estado de Veracruz, que proporciona este servicio, cobrándolo bajo tarifas impuestas por ellos mismos y no consensadas por organismo alguno que regule verdaderamente el costo aplicable a este servicio, pues al no haber competencia en este caso, la única dependencia hace lo que quiere y aplica los costos de la luz bajo su propio criterio sin basarse, exactamente, en el consumo que supuestamente se refleja en los medidores, los cuales, también, se encuentran manipulados unilateralmente por los propios trabajadores de la dependencia.
El colmo se ha dado cuando desde el mismo escritorio de quien aplica las tarifas, se hacen los recibos, sin que haya una lectura previa, honesta y sin afán de perjudicar al consumidor.
Y aunque existe módulos para atender las quejas, quienes las reciben ya tienen grabada la respuesta, de tal manera, que es la misma cantaleta que se les recita a todos aquellos que buscan una respuesta positiva y de atención, de tal manera, que como dice el dicho, para la comisión federal de electricidad, solo sus chicharrones truenan.
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PARA QUIENES PENSABAN que el alcalde de Xalapa, Hipólito Rodríguez Herrero, no tenía la voluntad de atender los problemas viales de la capital del Estado, se han equivocado, porque ya busca, como lo hizo público en días pasados, una solución que pueda ser definitiva para agilizar el tráfico de la ciudad.
Hay, todavía, espacios donde construir nuevas vías de comunicación terrestre, sin que se tenga que afectar mucho a la población, de tal manera, que siendo una prioridad, el asunto de la vialidad en Xalapa, seguramente, que pronto, el Presidente Municipal, que no tiene ninguna experiencia en materia administrativa, nos tenga la sorpresa de que ha encontrado, por fin, una solución aplicable y viable, desde luego, para este asunto que ya comienza a preocupar a la población de la ciudad, ya que hay momentos en que difícilmente se puede circular por las calles sin encontrarse un embotellamiento vehicular.
Ni modo, al actual alcalde le ha tocado resolver este problema y en tanto sea lo más pronto posible, mejor, porque muchas veces, el crecimiento de la población va impidiendo que se haga más fácil la solución de este problema por la ocupación, regular o no, de los espacios que puedan servir para utilizarlos en las nuevas vías para el tráfico vehicular.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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