No tardamos mucho tiempo en comenzar a sentir el desapego absoluto del gobernante en turno, el desinterés por nuestros graves problemas.
Quizá el recuerdo incrustado en el cerebro y ánimo del gobernador que duraría dos años- y prometió resarcirnos de los daños- se hizo presente en él y retornó a cumplir con su bien ganada fama de déspota, irascible y caprichoso.
Hábil como ha sido siempre, manipuló todo lo que pudo para hacerse él amo y señor de todas las instancias de gobierno, convirtiéndolo en el gobierno de un solo hombre.
Nos mantuvo entretenidos, esperanzados y finalmente aprovechando hábilmente el coraje de los veracruzanos por el saqueo de que fuimos objeto con el gobernador Duarte de Ochoa; hizo de Veracruz en estado en el que la violencia fue en aumento hasta llegar a sembrar el terror entre los ciudadanos.
A pocas semanas de que entregue la estafeta al gobernador electo de extraña manera la violencia se ha recrudecido. Y los veracruzanos reconocemos una vez más que cometimos un gran error al votar lamentablemente, con la víscera.
Y, en el recuento de los daños, sufrimos uno que al parecer puede ser un error o equivocación. Más que inmersos en la desesperación
Y pávidos de escuchar algo diferente, nos dejamos llevar por el canto de las sirenas y, optó la gran mayoría ciudadana por el candidato sempiterno, hoy Presidente electo. Andrés Manuel López Obrador.
Presidente electo que el uno de diciembre del año por fenecer tomará las riendas del país.
Muchos mexicanos vieron con gran ilusión a este personaje que militó varios años en el sempiterno PRI, pasó por otro partido y finalmente es el creador de MORENA.
El pueblo de México absolutamente cansado de un sistema de gobierno que no fue capaz de entender a tiempo que los ciudadanos comenzábamos a cansarnos de los atropellos e imposiciones de que fuimos objeto durante casi cien años de priismo. Tenía las puertas de par en par para que casi sin esfuerzo llegará cualesquier otro equipo de gobierno.
Sucedió, y este cambio fue recibido con gran y casi unánime alga-rabia. Misma que no nos permitió reparar en que casi casi es sólo un cambio de nombre, ya que los integrantes tanto del gabinete como de gubernaturas, senado y Cámara de diputados, está copado por los ex militantes del partido que ha colocado al país en la situación que por hoy vive.
Amén de que los nombramientos que hasta hoy han sido públicos, tienen un estrato difícil de comprender para los ciudadanos. En un alto porcentaje son ex priistas, o sea vienen del partido que el pueblo de México rechazó.
Por su parte el Presidente Electo, ha roto con todos o casi los protocolos que deben observarse cuando se es aún Presidente Electo, y funciona cual si ya fuera Presidente en funciones.
Y entre otras cosas que hoy para el grueso de la nación mexicana han pasado inadvertidas, está llevando a los cargos principales de los Estados ( gubernaturas) a reales desconocidos para el Estado al que los designa. Ha echado marcha atrás en varios ofrecimientos y promesas de campaña que al calor del resentimiento ciudadano para con el PRI, los mexicanos en su gran mayoría creyeron.
Este tema, por demás serio lo comentaré en una próxima entrega. |