Es cierto que, como advirtió el diputado Juan Manuel de Unánue, esos cientos de millones no son nada comparados con los miles de millones señalados en el 2016 a Javier Duarte… pero aún así son muchos.
Analistas han advertido que la verdadera cloaca se destapará con el análisis de la Cuenta Pública 2018, y puede ser, cuando el titular del ORFIS quiera quedar bien con el gobernador entrante.
Para el 2019, cuanto se entregue el análisis 2018, ya no estará en funciones Yunes Linares y no hay forma que el Auditor en turno le quiera guardar las espaldas. De acuerdo a cálculos de expertos, en el 2019 podríamos estar hablando de varios cientos de millones de pesos de daño patrimonial.
Para el próximo año los desvíos seguramente no serán novedad, y se señalarán con muchas ganas de hacer escarnio del ausente. Sin embargo, hay otro aspecto que es importante considerar, y es que será el próximo año cuando veamos por primera vez si los famosos gobiernos del cambio, los incipientes ayuntamientos que son la punta de lanza de la Cuarta Transformación, habrán hecho honor a los principios de MORENA de “No mentir, no robar, no traicionar al Pueblo”.
En la cuenta Pública 2017 Coatzacoalcos se despachó con la cuchara grande y tiene 142 millones de pesos señalados como presunto daño patrimonial; Poza Rica tiene 11 millones; y Xalapa fue señalado con 7 millones; por señalar tan solo a los tres principales ayuntamientos que ahora gobierna MORENA.
¿Cuánto será aceptable para la próxima Cuenta Pública 2018 municipal, un millón, dos millones, o con que sean “menos millones que los anteriores”, será suficiente?
Si para la Cuenta Pública 2018 el presunto daño patrimonial es de CERO pesos, entonces habrán logrado cumplir los apostolados de MORENA, pero si la justificación es la estúpida frase de Layín, en el sentido de que robaron “pero poquito”, entonces serán unos hipócritas… y si los que hoy los defendemos mañana los justificamos, entonces seremos unos cínicos.
La verdadera prueba de fuego para los gobiernos emanados de MORENA comienza el próximo año. De los anteriores gobiernos ya sabemos cómo son, todos están cortados con la misma tijera.
Si los órganos fiscalizadores mantienen su autonomía habremos avanzado como país. Si son reprimidos o utilizados por los gobiernos entrantes, entonces habremos retrocedido medio siglo.
2018 será, sin duda, la verdadera prueba de fuego de MORENA, y el 2019 su confirmación.
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