Lamentablemente ese intento resultó infructuoso, al ver que uno de los suyos, simplemente no atina a revertir el escenario de hechos y cosas de su competencia, ya sea por ineptitud, desconocimiento, soberbia, cerrazón o simplemente porque no le place resolverlas.
Xalapa enfrenta la peor crisis como ciudad en décadas a consecuencia de la actitud por demás ramplona de una autoridad que se niega a ver los errores y hierros cometidos desde el arranque de su administración.
El desorden respecto al manejo de la basura en la capital, ha llegado al límite, simplemente por asumirse como expertos conocedores de todo y a la vez pésimos ejecutantes de nada.
La justificación de la autoridad municipal desde su llegada ha sido acusar de todo a las pasadas administraciones, sin mirar que los ciudadanos les contrataron –a través del sufragio universal- para responder y resolver la infinidad de problemáticas que una metrópoli genera.
Hoy mientras se lanzan arengas y acusaciones entre Tirios y Troyanos, los xalapeños enfrentamos el menoscabo a nuestra calidad de vida, por tener pésimas vías de comunicación en condiciones por demás deplorables.
La capital del Bache es ahora la identidad de la ciudad, mientras todo intento por mejorar resulta en un fracaso rotundo.
Los ciudadanos expresan su malestar y arrepentimiento ante la decisión de colocar en la silla de Palacio Municipal a un hombre que por muy de ciencia que se diga, simplemente no termina por resolver uno solo de los conflictos que va abriendo cada que da un paso.
Lo grave del asunto es que mientras las autoridades municipales hacen el esfuerzo por terminar de destrozar la confianza ciudadana, sus representantes, siguen empecinados en buscar culpas ajenas donde no las deberían de buscar.
Las reacciones –incluso- de los mismos militantes de Morena en voz del senador Ricardo Ahued Bardahuil llaman seriamente la atención ante el hecho de recriminarle a él y a su familia culpa en asuntos que no son de su incumbencia, simplemente por el hecho de compartir el mismo proyecto político.
Entrevistado por este reportero, el propio ex alcalde de Xalapa, afirmó que no va a permitir que su familia sea amenazada en redes sociales o públicamente por asuntos donde no tuvo intervención, pues no es justo que estas pulgas se las carguen directamente a él.
La respuesta de todos los sectores de la sociedad es de inminente hartazgo y reclamo, ya no se tolerará más un solo error en esta cadena de hierros penosos y trágicos para la Ciudad de Las Flores, que, en lugar de florecer, simplemente le nace mugre y polución.
Urgen respuestas, soluciones concretas y directas, pues el siguiente camino será la protesta pública masiva y ante el reclamo popular la renuncia inminente del alcalde Hipólito Rodríguez Herrero se comienza a divisar en el horizonte.
Xalapa no merece autoridades indiferentes, que solo saben descomponer lo que si servía, cuando no había necesidad de meterle mano.
Al tiempo.
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