Le gana el hígado.
Le jala los huevos a tigre pensando que tiene el poder, el dinero y la influencia suficientes como para cimbrar a México. No entiende aquello de que el poder es prestado y que las traiciones y los excesos se pagan.
A cuatro semanas del II Informe de Gobierno, el mandatario Yunes Linares se ha dado a la tarea de recorrer el estado inaugurando obras inconclusas, hospitales carentes de equipo y medicamente y carreteras que al primer chubasco se vienen abajo.
Presume logros en materia educativa, de salud y seguridad pública que resultan insostenibles de cara a la realidad, a esa brutal realidad que nos habla de presuntos actos de corrupción y complicidades criminales inocultables.
Afortunadamente de ello está consciente el nuevo Congreso del estado conformado por una abrumadora mayoría Morena que tiene listo el escenario del II Informe con dos que tres sorpresitas entre las que se incluyen testimonios documentados de actos de corrupción y juicio político para los responsables de la procuración de la justicia.
Miguel Angel es buen tribuno. Es rápido para la respuesta en corto. Es un buen fajador en la lucha cuerpo a cuerpo y tiene previstos dos informes, uno ante el Congreso y el otro más ante el “publico… para que la población conozca más de la situación actual que guarda el Estado”, pero…
¡Le van a echar montón!
La bancada Morena ha estado trabajando en la estrategia de denuncia-ataque. Emitirá al mismo tiempo un aviso a la autoridad correspondiente para que el saliente no abandone Veracruz una vez concluida su gestión.
Se trata de estrechar su maniobra de acción y de ruido mediático.
De hecho los leales de los medios de comunicación afines a su causa por razones financieras ya empezaron a mirar para otro lado, excepción hecha de una radiodifusora de Xalapa y de su periódico favorito ¡leal a morir! con el amigo.
Se trata de acotarle el camino para evitar que detone la dinamita que le tiene puesta a Cuitláhuac para que tropiece desde el arranque, como sucedió proporción guardada, cuando el presidente Salinas dejó en 1994 prendido el gobierno con alfileres a su sucesor Ernesto Zedillo.
Cuitláhuac -al que le critican no hasta el modito de andar sino de bailar- trae todo el apoyo político y financiero de la Federación, así como el afecto de Andrés Manuel López Obrador.
Por tanto la aplanadora legislativa está lista para declararle la guerra al señor Yunes Linares hoy, en el ocaso de su vida política.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |