“Somos y seremos siempre quienes encabezamos la lucha del pueblo de Veracruz por lograr sacar de Palacio de Gobierno la imposición y la corrupción y restablecer el Estado de derecho.
“Somos y seremos siempre quienes logramos sacar a Veracruz de la crisis más grave de su historia.
“Somos y seremos siempre, quienes trajimos a Veracruz la vida democrática, misma que se expresa en todos los ámbitos, pero particularmente en este Congreso.
“Reivindico también para este gobierno y para todos los veracruzanos que luchamos por un cambio, el que somos y seremos siempre, los que desterramos la corrupción de Palacio de Gobierno.
“Somos y seremos siempre, quienes logramos sacar de Palacio de Gobierno a la pandilla de corruptos más brutal que haya gobernado Veracruz. Ese es este gobierno.
“El juicio histórico corresponde al pueblo; la consideración inmediata a este Congreso”.
Ni media palabra sobre reguero de ejecutados que deja, sobre los feminicidios, sobre los huérfanos y viudas, sobre los secuestros, sobre los policías caídos en cumplimiento de su deber, sobre el incremento de asaltos.
Nada dijo tampoco sobre los millones de pesos desviados a la campaña de su hijo Miguel Ángel. Ni media palabra sobre las transas entre el líder estatal del PAN, José de Jesús Mancha y titulares de dependencias estatales que le dejaron al primero más de 70 millones de pesos en ganancias. Ni media palabra sobre los casos de corrupción de funcionarios de su administración, que ya empiezan a aflorar.
Nada dijo tampoco sobre las extorsiones de funcionarios de la Fiscalía General del Estado a ex duartistas (evidentemente peces chicos), a los que les bajaron hasta 250 mil pesos y autos de modelo reciente, a cambio dar carpetazo a procesos administrativos en su contra.
Ni media palabra sobre los peces gordos del duartismo a los que prometió encarcelar pero que tiene meses que se le pelaron. Nada sobre el pésimo, patético y hasta obsceno desempeño de su Fiscal, Jorge Winckler, al que le quedan semanas en el cargo y no siete años como anda pregonando.
Nada sobre el desempleo, sobre la multiplicación de los pobres y miserables, sobre la casi nula inversión en la entidad, nada sobre los empresarios a los que simplemente no les pagó. No, nada de eso, todo se fue al cajón de los trebejos.
Yunes Linares se va creyendo que fue un buen gobernador, el mejor de Veracruz. Igual que pensaron Fidel, Echeverría, López Portillo y Carlos Salinas a los que la soberbia les obnubiló el cerebro.
Se va con la idea de que hizo tan buen papel que merece repetir en 2024 mediante su hijo mayor al que apoyará con todo.
Por lo pronto, le faltan catorce días para dejar la gubernatura; dos semanas justas o una quincena burocrática.
Después, a preparar el terreno para el retorno en seis años.
Pero allá Veracruz y los veracruzanos si le vuelven a creer.
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