Pero cometió una estafa de 50 mil millones de dólares que llevó a la ruina a miles de inversionistas y por eso fue condenado a 150 años de prisión. En un acto de infinita justicia el juez castigó la estafa, pero además, castigó al estafador por el daño colateral que infringió a quienes confiaron en él. De ahí lo abultado de la condena.
Javier Duarte de Ochoa dispuso de miles de millones de pesos que estaban destinados a paliar el hambre y las enfermedades de los más pobres. Es decir, lucró con las necesidades de los veracruzanos. Muchos murieron de inanición y por falta de medicinas. Sin embargo, pasará nueve años en prisión, pagará una ridícula multa y saldrá a disfrutar los miles de millones de pesos que quitó a los más fregados.
El lujo con el que vive su esposa Karime Macías en uno de los barrios más exclusivos de Londres (es vecina de la reina Isabel), la ropa que la viste, los zapatos que calza, el bolso que usa, el spa, el gym y la escuela de sus hijos, han salido de la miseria de cientos de miles de jodidos a los que esta señora robó sin el menor recato.
Sin embargo, es casi seguro que corra la misma suerte de su marido. Es decir, será traída a México, la encerrarán una temporadita y meses después la veremos paseando su cinismo por las calles de Veracruz.
El daño moral, físico, social y económico que ambos causaron no será castigado porque ni siquiera está contemplado en las acusaciones. Y esto no deja de ser frustrante, vergonzoso y lamentable.
Mientras no existan castigos más severos para los políticos ladrones de nada servirá que los extraditen y los juzguen en suelo mexicano.
Durante la administración de Javier Duarte hubo más de 3 mil desapariciones forzadas. Una y otra vez he dicho desde este espacio que al menos por omisión, pero el ex gobernador debe responder por varias de esas desapariciones. Sin embargo, esa acusación ni siquiera está contemplada en las carpetas de investigación.
Cuando el juez sentenció a Bernard Madoff, dijo que la elevadísima pena era un mensaje para los estafadores que andaban en la calle: “Les esperan 150 años de prisión si siguen estafando”. Y el mensaje dio resultado porque las estafas bajaron en aquel país.
La condena a Javier Duarte lleva implícito el mensaje de que en México se puede robar hasta la saciedad a cambio de una pena de risa. Como la que recibirá Karime Macías apenas pise nuestro suelo y sea juzgada por las laxas leyes nacionales.
bernardogup@hotmail.com |