Este año comenzó con una noticia que mucho preocupó a la sociedad veracruzana; miles de maestros decidieron hacer público que cobraban 3 o 20 pesos de sus quincenas.
¿El motivo? Los integrantes del magisterio veracruzano, refirieron a la opinión pública haber sido invitados por compañeros de sus mismas instituciones educativas a verse beneficiados con “préstamos a fondo perdido”, y después de aceptar tal ‘beneficio’ y entregar documentación confidencial, recibieron en sus cuentas de nómina sumas de dinero, de las que solo se quedaron con el 40% dado que el otro 60% era la comisión de quienes les consiguieron el ‘apoyo’.
La mala noticia y molestia les vino, cuando comenzaron a ver los descuentos en sus quincenas, por motivo de los pagos de dichos préstamos ¡que no eran a fondo perdido!
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Todo parece indicar, que con su documentación y datos proporcionados, terceras personas contrataron con diversas financieras créditos personales con cargo a su nómina, mismos que los maestros debían pagar en su totalidad, pues se acreditaba el depósito y disposición de los recursos en sus cuentas bancarias.
En otros casos, los afectados dijeron no haber recibido dinero y tampoco haber firmado documentación alguna, pero sí reconocieron haber entregado documentación personal y de sus cuentas de nómina.
En fin, que el asunto, aparentemente fraude cometido en agravio de los profesores, y en otros, robo y/o suplantación de identidad; dio lugar a que los mentores exigieran al Gobernador Miguel Ángel Yunes, que investigara los hechos y que pusiera un alto a los descuentos, pues de ello dependían sus familias, quienes eran las principales afectadas.
Y resulta que contrario a lo que todos pensaban (pensábamos, dijo el otro) no les iban a cancelar nada, al cabo de unos meses, sin una sola resolución judicial a favor de los profesores, estos cobraron nuevamente sus quincenas íntegras, indicándoles a las financieras involucradas, -al revés de cómo sucede siempre- que fueran ellas ante los tribunales a acreditar y exigir su derecho de cobro; a pesar de los posibles convenios que las mismas pudieran tener a su favor para descontar automáticamente a los trabajadores vía nómina.
Después de eso, se refirió públicamente el antecedente que dio la Condusef en otros estados en donde se presentó un problema similar, pero nadie refirió –y agradeció- la voluntad del Gobierno de Veracruz, en haberse solidarizado con la problemática social, a pesar de tratarse de un asunto entre particulares.
¿Qué era su obligación? Sí, como también lo era de quienes fueron gobernadores antes de Miguel Ángel, en casos como la Caja de Ahorros COFÍA, ¿más reciente? el descuento de nómina que hizo Sefiplan a los trabajadores, y que dejó de pagarlo a los acreedores como Intermercado, Etesa, Abaco, dejándoles un verdadero problema a los acreditados, y la quiebra de diversas empresas.
No hubo entonces la voluntad o el valor de rescatar a las familias veracruzanas, lo que si hubo con Miguel Ángel.
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