No había dedicado espacio en los recientes días para poder tener al menos elementos para poder estudiar un poco más y con elementos poder señalar lo que se tenga que señalar.
Tampoco se trata de criticar por criticar, el ejercicio periodístico conlleva una altísima carga de análisis, pero sobre todo de humildad, pues el actuar de los profesionales de esta bendita profesión se debe circunscribir a hechos y acciones lo más a pegados a la realidad, quizá por ello, importante era entregar una tregua al tema de la observancia y llegada del nuevo Gobierno Federal.
Aclarando que no existe cosa que más deseemos que le vaya bien a México y a su Gobierno, sin dejar aun lado, la critica respecto a las cosas que simplemente no están bien.
Es así como tras cuatro días de actividad presidencial, existen ya, suficientes elementos para poder avizorar una forma de gobierno no muy distinta de las ya conocidas, con la única diferencia de que, si en los pasados 30 años abonamos a la democratización de este país, en cosa no menor a 4 horas, todo eso, quedo atrás, para dar paso nuevamente a una concentración máxima del poder en un solo hombre.
Es por ello que se afirma que en política casi no existe nada nuevo bajo el sol. Y mientras personajes como el indeseable Donald Trump -presidente de Estados Unidos- se congratula de la llegada de López Obrador, otros nos lamentamos del retroceso de la política mexicana, tres décadas.
El servilismo y la sumisión mostrada por los legisladores de Morena durante el acto de toma de posesión fue el “Déjà vu” que faltaba para confirmar que el retorno del todo poderoso a la presidencia de México.
De lado se dejaron las reformas con las que se buscó ciudadanizar el proceso electoral a través de órganos conformados por ciudadanos; de lado quedo también, las criticas de parte de esa izquierda intransigente al ejecutivo en momentos que era necesario acudiera a expresar el estado que guardaba la nación ante el Congreso, pues simplemente se le increpaba o de plano se encadenaban las puertas del Congreso para no dejar ingresar al mismo, como paso con Vicente Fox.
Hoy, en el arranque de la Transformación de México, el presidente de la Mesa Directiva, Porfirio Muñoz Ledo, aseguró que vio transmutar al presidente de México, Andrés Manuel López Obrador, cual mesías cruzaba entre lo terreno y lo celestial.
Faltó quizá decir, que, en su andar, López Obrador camino entre las aguas de los canales de Xochimilco porque es tal su poder, que, con una palabra suya, bastará para sanar todo lo malo existente en esta nación.
Más aun, cuando ahora cientos de sus seguidores afirman en las benditas redes sociales, que todo cuanto ocurre en el país, es y será responsabilidad de los mexicanos, que sin un cambio de actitud, nada habrá de avanzar, como diciendo, no esperen nada, porque son ustedes los que deben de cambiar y nada más, o sea, que contratar al personaje no es la solución al problema, mucho menos entendemos se harán realidad sus infinitas promesas de campaña enlistadas en poco más de 100 puntos en su mitin en el Zócalo de la Ciudad de México.
La cancelación del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México (NAICM), la colocación de bonos por el mismo; la amenaza a los funcionarios públicos federales de irse a la iniciativa privada de no gustarles la baja en el salario; los exabruptos de su responsable del Fondo de Cultura Económica (FCE) Paco Ignacio Taibo II quien primero ofende, luego simula disculparse y termina pretendiendo engañar a la autoridad en el proceso de entrega recepción al presentarse sin un solo documento oficial, son la muestra viviente de lo que nos espera en estos próximos seis años de gobierno.
Los ofrecimientos de servicios universales de salud para los mexicanos son otra de las apuestas vertidas, con el único inconveniente que, para ejecutarlo, el IMSS el ISSSTE y las otras instancias federales del sector no cuentan con capacidad instalada para ello, propiciando el posible colapso del mismo sistema.
Más grave, el ataque soterrado a todo lo que huele a sistema económico capitalista queda de manifiesto con los constantes anuncios, comentarios u observaciones que algunos de sus subalternos realizan generando con ello pánico entre inversionistas y capitales, que ven con sumo recelo su llegada al poder.
Por último, su actitud simulada contra la critica periodística, a la que primero intenta sobar diciéndoles que el no perseguirá y permitirá, pero que ataca al mandar acallar impidiendo el ejercicio de personajes como Carlos Loret en un espacio radiofónico dibuja de cuerpo entero que el moderado y evolucionado López Obrador, solo fue una simulación.
El verdadero Andrés Manuel apenas comenzará aflorar y aguas ahora si con lo que se vendrá.
Sextante.
Mientras que en Xalapa comienzan las deserciones y abandonos por parte de los cadetes reclutados para conformar la Policía de Proximidad por falta de sueldo y equipamiento.
El director de Seguridad Ciudadana y Tránsito Municipal, Julio César Sánchez Amaya andaba feliz de la vida disfrutando del maravilloso mundo de Walt Disney.
Aun cuando no se tiene aun lista la Policía de Proximidad, y que el reto de alcanzar 400 policías en 2018 no se podrá lograr su responsable viene retornando de los Estados Unidos.
Si, así como lo lee, el hombre encargado de conformar a este cuerpo de seguridad habría regresado de disfrutar un descanso no se sabe bien a bien si de Anaheim, California u Orlando, Florida sedes del maravilloso mundo de Mickey Mouse.
Quizá no piensen mal, fue a ver como operan la policías dentro de los parques, ya sabe usted que el proyecto es aplicarla por cuadrantes, y pues ahí dentro del centro de diversiones seguramente se mantiene sectorizada la vigilancia.
Esperemos que el modelo visto por allá funcione rápido, y no le hace que, con Goofy, el Pato Donald, Pluto o el mismo Mickey patrullen las calles de Xalapa con tal de que se acabe la incidencia delictiva.
Al tiempo.
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