Los aciertos de sus abogados combinados con las pifias de la PGR, hicieron que un juez lo condenara a nueve años de prisión y a pagar una multa de 58 mil 890 pesos, debido a que sólo lo juzgaron por lavado de dinero y asociación delictuosa.
Duarte pertenece a esa “nueva generación de políticos priistas” (según presumió Enrique Peña), entre los que destacan Roberto Borge, César Duarte, Tomás Yarrington y Jorge Torres, que se dedicaron a saquear a sus respectivos estados. Con la diferencia de que Javier se los lleva de calle a todos por el monto de lo robado.
A pesar de las evidencias el exgobernador veracruzano jura que es inocente; niega ser dueño de las mansiones que dicen que posee; ni por equivocación tomó un peso del erario y si su esposa es vecina de la reina Isabel de Inglaterra, es gracias a la generosa ayuda de sus amigos.
Por lo anterior, está solicitando a un juez que le reduzca la sentencia de nueve años y se la catafixie por una de cuatro y medio a fin de obtener su libertad bajo caución.
Como es de todos sabido, Duarte aceptó un juicio abreviado con lo que obtuvo una pena ridícula. Luego se inconformó y apeló a la sentencia; más tarde se volvió a inconformar y dijo que lo había pensado mejor y dejaba las cosas de ese tamaño, es decir, cumpliría con los nueve años. Pero esta semana amaneció con ganas de largarse del Reclusorio y por ello está apelando nuevamente a la sentencia condenatoria.
¿Qué sigue ahora?
Si el juez admite su reclamación la turnará a un Tribunal Unitario de la Ciudad de México. En esa instancia un magistrado estaría en posibilidad de reponer, revocar, modificar o confirmar su castigo. Pero si se da este último caso, es decir, si le confirman la pena, a Duarte le quedaría una carta bajo la manga: el amparo directo ante un Tribunal Colegiado.
¿Qué va a pasar?
Que el gordo saldrá del bote ya sea en unos meses si lo complacen dándole cuatro años y medio, o en tres años si le confirman su permanencia de nueve años.
¿Y los veracruzanos a los que esquilmó con miles de millones de pesos? Que se frieguen, quién les manda a nacer jodidos. ¿Y los familiares de los desaparecidos? Que busquen a otro tarugo a quien cargarle a sus muertos. La PGR “olvidó” agregar la acusación de desaparición forzada en la petición de extradición y es casi imposible que lo juzguen por ese delito.
Pero a ver, le decomisaron 40 inmuebles ¿esos sí se devolverán a los veracruzanos? Negativo. Dicen sus abogados que ese decomiso fue ilegal porque ninguno de los bienes está a nombre del acusado. Muy probablemente les sean devueltos a sus dueños; los prestanombres de Javier.
En eso terminará el sainete surgido alrededor de un sujeto que, se llegó a pensar, pasaría el resto de su vida en prisión.
No sé tu lector, pero como que ya comienzo a escuchar las carcajadas de burla que está soltando ese bandido.
Bendita justicia y justicia divina para aquellos que tienen un dineral para comprarla.
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