AHORA QUE recientemente se llevó a cabo un nuevo acto agrario en el Estado de Veracruz, la pregunta sigue siendo la misma de hace muchos años atrás, es decir, para qué sirve traer, por lo menos a diez mil campesinos de todo el país, a una ceremonia política para celebrar la expedición de la primera ley agraria, precisamente en Veracruz, cuando residían los poderes de la unión en este puerto y era Presidente de la República, Venustiano Carranza, sino se ha hecho nada durante estos ciento tres años para reivindicarlos y darles la oportunidad de que se sientan, por lo menos una vez, verdaderos mexicanos con los mismos derechos del resto de la nación.
El sector campesino ha estado olvidado desde hace muchas décadas y por esas condiciones en que los gobiernos emanados de la revolución los han tenido, han surgido líderes agrarios que buscaron, ante todo, el reconocimiento general de todos esas mujeres y hombres que viven marginados de todo el desarrollo que ha tenido el país a lo largo de por lo menos ciento dieciocho años, tiempo en que se les ha negado su propia condición de mexicanos, pues los beneficios se han concentrado en las zonas urbanas, mientras que en el campo se siguen manteniendo la miseria y el hambre, la pobreza común y la extrema, como un indicio de que México, es verdaderamente una nación desigual.
Los campesinos de México, y especialmente los de Veracruz, han sido carne de cañón para muchos líderes agrarios que se han valido de su propia condición humilde y de constante pobreza, para utilizarlos solamente en los actos políticos, como el que recientemente tuvo lugar en las instalaciones del famoso World Trade Center, de la zona conurbada Veracruz-Boca del Río, pero sin llegar a los acuerdos necesarios para hacer un frente común a favor de todos ellos y dotarles de los beneficios que se han ganado a través de todos los movimientos nacionales que se han tenido y en los cuales, sin temor a equivocarnos, fueron los protagonistas más importantes de estas luchas.
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Solo hay que recordar que en mil ochocientos diez, con palos y machetes, se aventuraron en una guerra por la independencia, convocados por el Padre Hidalgo y todos aquellos hombres que se unieron para despojarse de la tiranía extranjera que por lo menos trescientos años se había padecido en todo el territorio nacional. La mayoría de los que se lanzaron sin ningún adiestramiento militar para enfrentar al enemigo, fueron precisamente, los hombres del campo, los campesinos maltrechos y mal alimentados que su única esperanza era lograr la independencia del país.
Y así, durante los siguientes años, los campesinos de México, siguieron siendo los que se ponían al frente de todos los movimientos revolucionarios, como fue precisamente la llamada revolución mexicana, donde también tuvieron desempeñando un papel de suma importancia para los objetivos que se tuvieron, saliendo airosos de todas las batallas, demostrando que eran más mexicanos que todos aquellos que se dijeron revolucionarios y que hasta la fecha siguen tomando a este movimiento social como referencia para calmar sus propios apetitos políticos.
Y no hay que ir muy lejos para darse cuenta de que los campesinos de México, y de Veracruz, en lo particular, siguen siendo usados, prácticamente, para llenar los espacios en los mítines y en las campañas políticas que se llevan a cabo, pues son ellos los que siempre han estados dispuestos a realizar las tareas que los mismos líderes les imponen, pero sin mover un solo dedo para apoyarlos en todos sus necesidades.
Basta ver, aquí, en esta capital veracruzana, como la sede de la CNC veracruzana, se ha quedado como un elefante blanco, al no tener la dirigencia actual ni pies ni cabeza, para buscar saldar la cuenta histórica que se tiene con todos estos seres humanos que han servido para todo, menos para hacerles sentir que como el resto de los habitantes de este país, también son mexicanos, también son veracruzanos y que tiene derecho a disfrutar de lo que el país tiene.
Cuántas veces hemos comentado en este mismo espacio que a los campesinos de México y de Veracruz, se les esta debiendo gran parte del desenvolvimiento de esta gran nación, pero que nadie se ha dignado dirigir su mirada hacia estos grupos de personas, campesinos dedicados a hacer producir la tierra, para ofrecerles, siquiera, la oportunidad de ser reivindicados.
Los campesinos, han servido en este país, solamente para traerlos a los escenarios políticos, con una torta y un refresco, pero nunca para destinar un presupuesto importante para generarles su propio desarrollo. Ellos, lamentablemente, siguen viviendo en la miseria, lo que es, sin duda alguna, una verdadera vergüenza para los gobiernos y para todos aquellos que no hemos sabido luchar por ellos, como ellos lo hicieron en todos los movimientos sociales del país.
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SI ALGUIEN, EN VERDAD, esta entusiasmado con la cuarta transformación del país, lo es el Diputado local y Presidente de la Mesa Directiva del Congreso local, José Manuel Pozos Castro, quien sin ambages, han declarado que se esta trabajando seriamente en un proceso de cambio para que a todos los mexicanos, les vaya bien.
Y es que, sin temor a nada, como lo ha demostrado siempre, ha instrumentado decisiones que ponen al Congreso local, en otra dimensión, es decir, en el debido cumplimiento de todas las tareas que se llevan a cabo, tomando en cuenta lo que verdaderamente quieren los veracruzanos.
Pozos Castro, esta abierto a todos los veracruzanos, y en ese sentido, se ha reunido con todos los representantes de los diversos sectores sociales de la entidad, donde, desterrando la soberbia que ha hecho mucho daño a los veracruzanos, en el reciente pasado, se ha dado a la tarea de atender personalmente a todos los que se acercan a él.
Originario de Tuxpan de Rodríguez Cano, Pozos Castro, es un hombre con claro pensamiento político, como puede deducirse de la siguiente frase, la cual dice que
los hombres grandes, se proponen y realizan cosas grandes, los hombres pequeños, se lamentan de lo que no son capaces de construir ni para ellos mismos.
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AUNQUE MUCHO SE HA discutido en torno a la posible renuncia del Fiscal General del Estado, Jorge Winckler Ortíz, la cual, por diversas razones, no se ha concretado desde que concluyó el gobierno yunista, que fue quien lo trajo a formar parte de la estructura del gobierno estatal, aún cuando se diga que se trata de una dependencia autónoma e independiente, lo que, para ser verdad, fue, hasta el gobierno pasado, una marioneta del propio ex mandatario estatal.
A la llegada de la nueva administración, se pensó que voluntariamente, el Fiscal, dejaría este espacio para que la Legislatura local, se hiciera cargo de un nuevo nombramiento, pero no fue así, sino al contrario, puso resistencia política más que nada, obedeciendo instrucciones de quien lo dejó en este lugar para cuidar, de alguna manera, ciertos aspectos de la pasada administración.
Pero eso, sin duda, es otro asunto, porque ya en este momento, las cosas comienzan a tomar otro rumbo y se presume que en poco tiempo, Winckler, dejará de ser Fiscal.
Pero eso no es todo, porque dice el dicho que con la vara que midas, serás medido, al Fiscal, le pondrían fincar diversas responsabilidades que lo pudieran poner en aprietos, sobre todo, de una posible detención para ponerlos tras las rejas. Estos son nuevos tiempos políticos y nuevas cosas que, seguramente, se verán dentro del nuevo escenario político que se vive en Veracruz.
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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.
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