Pensando que todos los viejitos de la colonia al grito de ¡¡allí están repartiendo dinero!!, como lo ordenó el Presidente López Obrador, se me adelantarían y ya habría filas kilométricas, me apresuré a llegar.
Pero no, solo había dos o tres personas el lunes, incluso regresé al mediodía del martes, igual, todo en asombrosa calma.
¡Pero qué pasa?, pues ¿que la gente, los adultos mayores, los jóvenes, las familias en general no requieren esos apoyos?, ¡¡pues claro que siiií, lo que falta es que no hay difusión de a dónde acudir, no se da a conocer por los cauces adecuados en los tiempos de la magia de las comunicaciones!!
Las personas que en forma comedida y gentil atienden a la población en la calle Saltillo comentaron precisamente que no se veía mucha gente porque “la gente no sabe, y tuvimos hoy que ir a repartir volantes, para informarles que vengan a registrarse”.
Eso no puede ser, ¿qué el gobierno del joven Cuitláhuac no puede recurrir a la radio, a la prensa, a su partido para que el pueblo se entere que el gobierno federal le quiere dar una lanita oficialmente y qué hacer?
El asunto me recordó mis tiempos de voceador en Acayucan donde a Don Jesús, “Don Chucho Alegría”, un muy esforzado y muy creyente trabajador amigo de la familia, agarraba su bicicleta con bocina y recorría todas las calles de la ciudad y al rato todo mundo sabía lo que él anunciaba.
¿A poco aquí se tendrá que recurrir al sistema del muy querido Don Chucho?
Ya lo decía en anterior colaboración, será más práctico que el joven gobernador Cuitláhuac García Jiménez o Don Manuel Huerta Ladrón de Guevara instruyeran proporcionar un número telefónico, de correo o wasap, donde la gente pudiera reportarse y así avanzarían. Si me dicen aquí lo proporcionaremos, insisto.
Por cierto, aún no cumplo los requisitos de ruco mayor.
Tenga el lector mucha paz, armonía y mucho amor en su entorno.
gustavocadenamathey@hotmail.com
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