“La vida no perdona la debilidad… cuando, más gruesa es la armadura, más frágil es el ser que la habita”.
Un nuevo tiempo alumbraría a nuestra sociedad si fuésemos capaces, todos indudablemente, de culminar los sueños que nuestros antepasados lo venían deseando con sus espíritus más nobles, pero los antagonismos que imperan con terquedad estancan y dividen criterios, actitudes y maldades. Si tomamos temas que involucran a la sociedad, es precisamente para el análisis sereno y firme sin la mínima intención de la ofensa y la diatriba en contra de quienes se consideran personajes de la vida social, cultural, deportiva y política de nuestro alrededor…
Cuando el que ejerce el periodismo acepta que somos los latidos del tiempo histórico, identificados con la humanidad, es cuando entiende la enorme responsabilidad, hablo de periodistas, no mamarrachos de la pluma. Porque el periodismo es investigación plena, no rumor ni dictado del poderoso.
Es así como el comentario sale a flote con la obra del arquitecto Armando Bravo Ramírez, nacido en Teocelo, el 30 de agosto de 1907, formado en Coatepec y alumno de la Prepa Juárez de la ciudad de Xalapa, en donde un servidor también tuvo la fortuna de culminar en ese plantel de Librado Basilio y Aristeo Rivas Andrade, en 1966…arquitecto de sublimes utopías y realidades firmes y humanas, dejó la huella de la humildad legando parte de sus bienes a los pueblos de Cosautlán, Teocelo y Coatepec, como ejemplo, la casona en donde actualmente se ubica la secundaria y preparatoria Joaquín Ramírez Cabañas, de trabajadores, en la esquina de Jiménez del Campillo y Zaragoza.
En la labor del tundeteclas debe existir para quienes aportan sus enseñanzas, conocimientos y propiedades materiales para el interés educativo y social, deportivo, incluso religioso, el reconocimiento y el mérito y los aplausos con entusiasmo y si existiera la inconformidad dentro de la prensa, sencillamente que se investiguen ellos mismos…y que justifiquen sus apreciaciones, honesta y cabalmente. Acepto y reconozco que estoy en contra de los halagos, de las palabras de hipocresías y gastadas cuando el personaje se muere y es colmada de virtudes y cualidades. Se debe manifestar de ellos, la imagen fiel, el retrato y la palabra exacta que revelará el color del alma del personaje fallecido, con el lenguaje sencillo y preciso que combine los conceptos de la verdad
Dentro del quehacer periodístico se puede pensar y sentir pero no tendría la validez ni el pensamiento sino llegara a expresarse. En el caso del arquitecto Armando Bravo Ramírez, honor a quien honor merece, ostentando nuestro trabajo con dignidad y satisfechos de lo que estamos difundiendo. No inventamos, son los hechos. Don Armando Bravo fue una excelente persona, comentan quienes lo trataron en sus últimos años, antes de su muerte en Coatepec en 1969, sabiendo de sus estudios realizados en la Escuela de Artes Plásticas de San Carlos de la UNAM, titulándose en 1935 con el tema “Problemas hospitalarios del puerto de Veracruz”, con mención honorífica…se le deben grandes aportaciones de sus conocimientos, sobre urbanismo, como la avenida Avila Camacho de la ciudad de Xalapa , el proyecto de escuelas que reunieran las necesidades de higiene y comodidad, el proyecto de ampliación de Palacio de Gobierno…infinidad de obras suyas.
De Teocelo, formado en Coatepec, Armando Bravo Ramírez, remodeló el asilo Sayago, reconstruyó la Finca de las Animas, la capilla de arte colonial y fue colaborador de la “Revista Jarocha” de Leonardo Pasquel. Es parte de su historia pero desgraciadamente, pocos hablan de su legado y su labor social y educativa, no tiene glorieta, menos el discurso y la reunión política para aplaudirle, que bueno. Es otro rollo y en esto de la comunicación nadie debe ni puede hablar de lo que no sabe, aceptando que esta noble tarea es un apostolado, por lo tanto expuesta a los riesgos no solamente ante la acción del alcalde o poderoso tirano o cargado de ignorancia, sino a la crítica de la misma sociedad con sus equivocados conceptos de las obras de los hombres y sus hazañas, acciones de altruismo.
Estamos acostumbrados al olvido ciudadano, sin embargo, llevaremos de manera interrumpida las relaciones sociales y políticas que nos lleve a la veracidad como siempre, con la misma inquietud y la dinámica incesante y es por ello que es necesario comentar que es notorio el mandato de palacio municipal de Coatepec, en donde lleva las riendas nada menos que la señora tesorera, dejando la imagen del alcalde Enrique dañada y en riña con los mismos ediles que, de plano, solamente le hacen a la Chimultrufia, cantando pero nada del cumplimiento en sus comisiones…no es lo mismo señores ediles, cumplir un horario, de ocho de la mañana a tres de la tarde, que tener resultados. Ustedes no son burócratas, entiendan. Apenas marca el reloj las 15:00 horas y salen de sus oficinas en chinga loca, claro, los que asisten, otros de plano…le hacen a la mamada no asistiendo y quienes lo hacen, acaso un par de horas…que chulo señores de la comuna. Lo de la señora tesorera, si se analiza y es realidad, es asunto delicado. Ya ampliaremos este sonado comentario. |