Déjeme decirle que en México ya se puede remover al Presidente, Gobernadores y alcaldes mediante un juicio a cargo del Congreso, sin embargo ahora se le agrega la parte popular: “El pueblo pone y el pueblo quita”.
Durante la campaña presidencial, López Obrador y Ricardo Anaya se pronunciaron a favor de esta figura.
En América Latina la revocación ya ha sido utilizada por Hugo Chávez, en Venezuela, y Evo Morales, en Bolivia, y contrario a dejar el cargo antes de concluir su periodo, les sirvió para reelegirse.
Esta es la razón por la que la oposición en la Cámara de Diputados y sus aliados, consideran que esta reforma es una estrategia para que, en las elecciones para la renovación de Diputados federales del 6 de junio de 2021, cuando se vote igual por la revocación de mandato, los electores vuelvan a votar por Morena en cascada y con esto, el partido del Peje asegure nuevamente una mayoría legislativa. Esto sin duda, generaría una inequidad en la contienda electoral.
Por otra parte, los aliados de AMLO han dicho que nada de esto pasará, que la revocación de mandato es solamente que el pueblo pueda decidir si ratifica al Presidente a la mitad de su periodo de gobierno. Algo así como una reelección, pero dentro de su mismo mandato.
Pero ¿Qué pasaría si AMLO pierde? Siempre se puede recurrir a los Tribunales y a la Corte y hasta se habla de perpetuarse en el poder como lo hizo Evo Morales.
En mi opinión, la revocación de mandato por consulta popular sin duda es un excelente mecanismo democrático para nuestro país, si se lleva a cabo considerando los siguientes aspectos:
-Que se realice en fecha diferente al de las elecciones del 2021.
-Que sea solamente una única vez durante su mandato.
-Que el dictamen no tenga efectos retroactivos.
-Que los legisladores afines al Presidente se comprometan a no modificar más la Constitución en este aspecto.
Y sobre todo que verdaderamente el Pueblo ponga o quite, pero con conocimiento de causa.
@NumerosRojos_BC
Email: caballero_brenda@hotmail.com
|