Hoy, tras su intempestiva reaparición física en compañía de algunos de sus colaboradores en conocido restaurante, luego de la señal enviada desde el centro de que sería investigado por presunta malversación en el tema de las luminarias, una primera lectura política arroja que los morenos ya sienten que, de nuevo, los enanos le crecen y los muertos se levantan.
Tanto en el Congreso nacional, como el de Veracruz y más de la tercera parte de las alcaldías, así como la Fiscalía General, Yunes Linares tiene amacizados a sus enclaves, amén de sus valiosos halcones dentro del aparato de gobierno y poco menos de un millar de orejas en bares y restaurantes.
Al fin animal político Miguel Angel, se mueve con destreza; es hábil. No se ve, pero se siente su presencia.
Bien sabe que el trompicado arranque de Cuitláhuac García suma en favor de su causa y que va a aprovechar el desencanto ciudadano para llevar agua al molino azul.
La idea, es medir fuerzas.
Su intención es transitar a las intermedias socavando, desacreditando; mostrando a los más, que la ciudadanía se equivocó al votar por quien no ha podido, tras varios meses de intento, arrancar el aparato de poder.
Exhibir ante la opinión pública que luego de cuatro meses apenas, el incipiente gobierno apenas se ocupa de entregar al Congreso su Plan Veracruzano de Desarrollo y no se ve para cuando empiece a ejercer el presupuesto 2019 que tiene a la entidad parada.
Su malicia está en hacer ver a los más que 2.5 millones de veracruzanos que votaron el primero de julio del año pasado por el PAN que necesitan corregir sus errores.
Y que esa sumatoria de votos, de cara al desánimo ciudadano, podría resarcirse para las elecciones intermedias y ganar la mayoría del Congreso Local y buena parte de las 212 alcaldías.
Ya solo quedan dos años y cacho.
El PAN y Yunes/Yunes y el PAN le están apostando a que Cuitláhuac se vaya en dos años y que el traspié moreno permita el repunte azul en el 2021 mismo que sentaría las bases para posicionar, en el 2024, de nueva cuenta, como el candidato al hijo de Miguel Angel, del mismo nombre y primer apellido.
Habría, sin embargo, que observar que Morena en Veracruz no está sólo y que Andrés Manuel López Obrador trae un pendientito contra el ex gobernador que se la pasó insultándolo los dos años que fue gobernador y de manera recrudecida durante las campañas presidencial y estatal.
En ese contexto si el tema de las videocámaras no camina, la “Carpeta Azul”, podría ser revivida por la Fiscalía General de la Federación.
De cualquier modo la primera llamada tanto para Yunes Linares como para Cuitláhuac García ya se dio y ya empezaron los primeros rounds de sombra.
Mientras del lado tricolor sigue la lucha por los despojos de parte de los carroñeros. De seguir así, los pocos activos que guarda aun el PRI –digamos el bueno- habrán de transitar por caminos independientes.
Tiempo al tiempo.
*Premio Nacional de Periodismo |