Ahora ya en Puebla, la tendencia de las encuestas es persistente en cuanto a la intención del voto. A menos de un mes de que se realicen las elecciones extraordinarias, las encuestan dan un promedio de 44 puntos para Miguel Barbosa, de Morena, mientras su seguidor más cercano, la coalición entre PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, cuenta con el 22 por ciento y el PRI, con sólo 8.5 por ciento.
Esta situación obliga al PAN a mantener una guerra sucia permanente, pareciera que no se dan cuenta de que el enemigo lo tienen dentro de sus filas, y, lo que es más grave, en su propia cúpula.
El senador panista Santiago Creel Miranda, es señalado como el genio operador de las llamadas telefónicas que se hacen desde un "call center" para desprestigiar al candidato a gobernador del estado por la coalición Juntos Haremos Historia, Miguel Barbosa Huerta, según afirmó David Méndez, vocero del candidato morenista.
La cantidad de denuestos y descalificaciones contra Barbosa es tan grande como la imaginación de los panistas que no es mucha; sin embargo, se sabe que mediante llamadas telefónicas programadas por computadora se difunden calumnias en contra del candidato a gobernador y sostiene su vocero que tienen detectado que se hacen desde la misma empresa de la que se hicieron el año pasado, la cual ha sido utilizada por las campañas panistas en ocasiones pasadas.
A pesar de que se le exige al candidato panista, Enrique Cárdenas Sánchez, que se deslinde de las acciones que está emprendiendo su partido, persiste en mantener este tipo de competencia innecesaria.
Pero los panistas desde que tienen coalición con el PRD retoman estrategias que rayan en la vulgaridad y muchas veces en el delito, reduciendo a cero el nivel de competencia que deben tener dentro de la democracia. Ante este panorama de desesperación y odio, otro caso de grave de guerra sucia, por decir lo menos, fue el que protagonizó la presidenta del Comité Directivo Estatal del PAN en Puebla, Genoveva Huerta, quien llamó “sapo” al candidato de Morena, por su negativa a asistir a los debates que se realizarán.
Los debates son cada vez menos adecuados para dar a conocer los proyectos de los candidatos y han dejado su lugar a una especie de boxeo partidista, donde sólo lucen los insultos, las acusaciones, la mayoría de las veces sin sustento, y hasta los golpes.
Por su parte, los medios de información han forzado a ver los debates como un partido de futbol, donde debe haber un ganador y un perdedor. Pero lo más lamentable de esta decisión de los réferis improvisados en los medios radica en que el triunfador del debate es aquel que grita más, el que insulta más, el más burlón, el menos inteligente y el que esconde entre tanto alarde, sus propuestas inexistentes o llenas de intereses oscuros.
Los medios quieren atraer rating, cuando en realidad deben mostrar las propuestas de los candidatos, quienes son azuzados por los mediadores en busca del escándalo que les otorgue legitimidad como estrellas del debate.
Es decir, esa copia de los programas de televisión del vecino país que son los debates, en México no representa ninguna garantía democrática ante los pleitos que se provocan en busca de espectacularidad. De ahí que no asistir a un debate es más sano que llevarlo a cabo.
La escena política de Puebla es muy lamentable, el ambiente de democracia lo enrarecen el PAN y el PRD, que, acostumbrados a prácticas desleales y poco serias, quieren hacer de la elección un circo y de la democracia un negocio.
PEGA Y CORRE. - Tan difícil resulta la elección en el PRI que su lideresa nacional, Claudia Ruiz Massieu, renunció a su senaduría para realizar dicho proceso interno. A menos que esto pueda también interpretarse como el inicio de su salida del tricolor.... Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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