Seis fueron los estados en disputa, y solo dos en donde el resultado favoreció al proyecto lopezobradorista de una manera que deja claras muestras de desgaste, cansancio social y hartazgo político.
Analicemos los resultados y usted concluya si en verdad esto fue una victoria pírrica para Morena.
Como sabemos el presidente López Obrador ha puesto sumo interés en al menos dos de esas seis entidades, los casos de Baja California y Puebla son especiales.
El Partido Acción Nacional (PAN) perdió su bastión histórico: Baja California, que controlaba desde el 1 de noviembre de 1989, cuando Ernesto Ruffo Appel se convirtió en el primer gobernador de un partido de oposición en el país.
Baja California es el ejemplo más claro de que el poder desgasta, 30 años de ejercicio gubernamental del PAN produjeron una derrota por demás estrepitosa, pero a la vez anunciada.
Ahí Morena opera desde el mismo centro del país para llevarse la Gubernatura, las diputaciones locales y todas las alcaldías.
Los nexos de Jaime Bonilla con ciertos círculos non santos produjeron esta aplastante victoria, que de igual manera se da, por la coalición de otras fuerzas políticas que quizá en otra circunstancia no se alcanzaría a dar.
Es de destacar también el hecho de que Morena gana con un altísimo abstencionismo, que en el caso de Baja California llego a ser superior al 69.9 por ciento.
El caso Puebla, es la evidencia de que el presidente tenía en mente asaltar la plaza más cercana del sureste con el centro del país.
Y tras dos intentos previos, Morena -sin los Moreno Valle, de trágico final- arrasa de la mano de una coalición que, sin ella, el PAN se los hubiera tragado.
De esta forma, Luis Miguel Barbosa, este político camaleónico que primero descalificó a muerte al mismo Andrés Manuel López Obrador, para después, ungido, convertirse en el más Lópezobradorista de México.
Así con el 43.75 por ciento de los votos Morena gana el bastión poblano, tras un 34.60 por ciento del PAN y su candidato Enrique Cárdenas.
Pero hasta ahí las cosas favorables para Morena pues en el tema de los municipios 4 municipios para el PRI y un municipio para Morena.
La victoria que podría ser calificada de pírrica comienza a confirmarse al observar el comportamiento en otras plazas, a donde pareciera que el efecto encantador del presidente López Obrador no surte el efecto esperado.
En cuanto al estado de Tamaulipa hoy convertido en bastión panista, y que coloca a su gobernador Francisco Javier García Cabeza de Vaca, como fuerte aspirante para la elección presidencial del 2024.
Los resultados confirmaron que los tamaulipecos están contentos con el desempeño de su gobierno estatal que hoy arrasa el Congreso Local con 21 distritos para el PAN y tan solo un distrito para Morena.
En Aguscalientes las cosas también se alinean a favor de Acción Nacional quien gana en 5 municipios; mientras que uno es para el PRI, otro para el PRD, uno más para el PT, dos para el Partido Verde Ecologista de México (PVEM) y tan solo uno para Morena.
En Durango, la coalición PAN-PRD se alza con 17 municipios, el PRI se alza con la victoria en 14 alcaldías, dos son para el PAN, una para el Partido del Trabajo (PT), otro para Movimiento Ciudadano (MC), uno para el partido Duranguense, tres para Morena y
De igual forma en Quintana Roo, Morena gana 11 distritos el Congreso, tres el PAN y uno el PRI al que borraron literalmente del mapa electoral
Así pues si observamos el comportamiento confirma que Morena no las trae todas consigo, habrá quien piense que sí, en la realidad que dan los números, las cosas expresan otra cosa.
Al tiempo.
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