Cuarenta y ocho horas después, en el Palacio Nacional, ayer otra periodista, esta de Sinaloa, reiteró una denuncia contra el alcalde de Los Mochis, Billy Chapman, y su esposa Marely Reyes Rodríguez, a quienes acusó de estar vendiendo contratos de seguros y de viajes en millones de pesos utilizando su nombre. Le informó que ayer la recibirían en la FGR donde interpondría una denuncia formal.
El presidente ya no evadió el tema. Comentó ante los reporteros que le tocaba estar informando constantemente que no utilizaran su nombre. “Nosotros no vamos a permitir ni la corrupción, ni la impunidad, ni el influyentismo, ni el amiguismo, ni el nepotismo, ninguna de esas lacras de la política”.
A manera de advertencia, proclamó entonces: “se informa a todos, trátese de quien se trate: no tengo en esta misión, en esta tarea que me ha encomendado el pueblo de México; no tengo, para asuntos públicos, esposa, no tengo hijos, no tengo hermanos, no tengo nueras, no tengo familia para asuntos públicos”.
Siguió de manera insistente: “No puede ningún familiar del presidente actuar con prepotencia o hacer uso de influencias, porque no aplica, estoy a punto de escribir, en especial sobre este tema, un memorándum, y si no aplica para mis familiares, no aplica para nadie”.
“Nada de que somos amigos, nada de que somos compañeros de lucha. Llevamos muchos años juntos, pero se olvida el por qué fue este movimiento y cuál es nuestra misión. No hay ninguna relación con nadie, eso debe de quedar absolutamente claro”.
Ya se había encarrerado: “lo digo porque hay vivales y quienes todavía no entienden, eso se percibe, o están tan enfermos por la ambición al dinero que les entra por un oído y les sale por otro. Pero ya saben que yo soy muy terco, soy muy perseverante, y aunque parezca disco rayado lo voy a seguir diciendo”.
Reiteró que no va a dar “ni un paso atrás” pues señaló que cada vez está más convencido de que el principal problema de México es la corrupción. “Me enoja mucho la corrupción, eso es lo que más me enoja, nada más que no se lo digan a nadie, esto que quede aquí entre nosotros”.
Gobierno estatal, hervidero de nepotismo
El pasado 6 de marzo, con el encabezado “… y Huerta tumba el primer caso abierto de nepotismo”, comenté en “Prosa aprisa” que gracias a que el hoy súper delegado del Gobierno de México (de AMLO) en el Estado, Manuel Huerta, había reprobado un caso de nepotismo de la secretaria del Trabajo, Previsión Social y Productividad, María Guadalupe Argüelles Lozano, esta había desistido de mantener a su hija Quetzalli Cárdenas Argüelles como jefa del Departamento Jurídico y de Amparos en su misma dependencia, en un claro caso de nepotismo y conflicto de interés.
El caso salió a la luz pública gracias a un video que circuló en las redes sociales el domingo 3 marzo en el que se veía y escuchaba a doña María Guadalupe tratando de justificar ante trabajadores de la Secretaría, “para evitar malos entendidos”, porqué había nombrado a su hijita.
“No va a ser un tema de esconder, porque yo como secretaria se los voy a informar, porque es mi obligación decirles a ustedes cómo están las cosas y de mi parte van a tener siempre esa información… en esta semana tomé la decisión de nombrar en el área de amparos a la licenciada Quetzalli Cárdenas Argüelles”, les dijo a los sorprendidos trabajadores, que no se lo creían.
“Es mi hija y no por ser mi hija está ahí, sino porque es parte de esta transformación y por eso se los informo, para que no se diga que esto es nepotismo, ella es una empleada más como todos ustedes y como tal va a ser tratada”, insistió.
Publiqué entonces: “La avispada reportera Claudia Montero (alcalorpolitico.com) se dio a la tarea de investigar el mismo domingo cuando se conoció el video, y obtuvo que con el nombramiento se violaba la Ley de Responsabilidades Administrativas para el Estado de Veracruz, que en el artículo 2 fracción V señala como conflicto de interés la posible afectación del desempeño imparcial y objetivo de las funciones de los servidores públicos, en razón de intereses personales, familiares o de negocios”.
También anoté: “Una definición de nepotismo (https://definición.de/nepotismo/) dice: ‘En los Estados donde rige la meritocracia (un sistema para el cual el mérito justifica el ascenso en el marco de una escala jerárquica), el nepotismo está considerado como un acto de corrupción”.
El caso casi se estaba perdiendo en la indiferencia cuando Manuel Huerta, seguramente porque sabía que se estaba haciendo mal y el hecho golpeaba al gobierno de AMLO, quien proclamaba y sigue proclamando que su lucha es contra la corrupción, en el que ha incluido el nepotismo, salió a declarar que se debía revisar y actuar pues estaba seguro que el gobernador Cuitláhuac García no estaba de acuerdo con ello, que esa no era la forma de actuar de Morena y que el presidente López Obrador había sido muy claro sobre ese tema; que se trataba de un caso de principios y de ética.
“Este no es el actuar del gobierno, en el sentido de que los familiares ocupen cargos, inclusive en algunos casos está normado en relación a los familiares; el presidente Andrés Manuel López Obrador ha sido un ejemplo de ello”.
Critiqué entonces que la secretaria Argüelles Lozano no saliera a dar la cara cuando el caso se había convertido ya en un escándalo mediático y que hubiera tenido que hacerlo el propio gobernador quien negó la especie aunque aceptó que “sí tuvo la intención”.
A raíz de ese hecho, la prensa de investigación documentó que la administración estatal era un verdadero hervidero de casos de nepotismo, que alcanzaba no solo a la Secretaría del Trabajo sino a otras como la Secretaría de Salud.
El 8 de marzo, la contralora general del Estado, Leslie Garibo Puga, que no sirve para absolutamente nada en el cargo que tiene, ofreció, como siempre lo hace, que investigaría el caso y que ya había expedientes abiertos. Como era de esperarse, nunca hizo nada ni en ese ni en los otros casos señalados.
Ante lo anunciado ayer por el presidente, ella podría ser una segura próxima candidata a ser relevada de su cargo por complicidad al hacerse de la vista gorda ante los múltiples casos denunciados por la prensa, con pelos y señales, y no actuar y, por lo mismo, no haber sancionado a nadie hasta ahora.
Queda por verse si los secretarios y otros funcionarios mantienen en la nómina a toda su parentela y a personas allegados a ellos. Queda por verse si AMLO de veras va en serio. Esperemos el memorándum y sus términos.
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