Línea Política
Agustin Contreras Stein
 

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La presión del exterior
2019-06-05

AUN CUANDO el Presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, ha recibido el apoyo de varios sectores de la población, entre ellos el empresarial y político, frente a las agresiones del exterior, particularmente de los Estados Unidos de Norteamérica, muchos analistas políticos consideran que el mandatario nacional, se encuentra, prácticamente, en un brete, del cual será muy difícil salir airoso, sobre todo, porque ya hubo respuestas serias a las declaraciones del mandatario estadounidense y eso, de alguna manera, endurece, de momento, las relaciones entre los dos países, pero sobre todo, porque el Presidente Donald Trump, se da cuenta, por primera vez, que con este gobierno del Presidente López Obrador, las cosas han cambiado y que sobre las múltiples consecuencias políticas que pudiera padecer nuestro país en el inmediato futuro, hay una decisión tomada respecto de las amenazas vertidas por el mandatario del país del norte, de no dejarse espantar por el petate del muerto o bien por las ocurrencias norteamericanas.


Sin embargo, ante esta crisis de la política internacional, no hay que perder de vista que Estados Unidos, está acostumbrado a conseguir lo que quiere, ya sea por la vía del diálogo, como lo apuesta el Presidente de México, o tal vez con una inminente intervención militar, pues no hay que descartar que en la Presidencia norteamericana, hay un hombre que no ha pulido, a pesar del tiempo, su carácter agresivo y que sus ímpetus pueden llevarlo a cometer  estos errores que seguramente, podrían ser avalados por varios políticos de aquél país que todavía están pensando en que el mundo les pertenece solo a ellos. La situación es grave, porque además se atraviesan otros elementos que estarían contribuyendo a que las medidas anunciadas puedan concretarse, luego de agotadas las reuniones que ya están programadas para tratar el tema, pues todo indica que está de por medio la posibilidad de una reelección en aquél país y el Presidente Trump, necesita adeptos para sus propósitos políticos.


La guerra comercial, podría ser el principio de una intervención militar, pues hay que considerar lo que la historia de nuestro país registra, donde se han dado motivos intrascendentes para poder venir a tierras mexicanas y reclamar lo que se les antoje con la única finalidad de mantener su fuerza sobre los demás países. Por ahora, el motivo principal, está enmarcado con el problema de la migración de otros países, pero que tienen que pasar por el territorio mexicano y eso ha sido suficiente para que Estados Unidos, obligue a tomar decisiones en su favor por parte de las autoridades mexicanas, lo que no es, de ninguna manera, compromiso nacional, pues lo mismo puede ser a través de otras estrategias que utilicen los migrantes para poder llegar a los Estados Unidos y no por eso, México, tendría la culpa y por lo tanto el compromiso de defender a los Estados Unidos, de estas tormentas que se dirigen al país del norte. Nuestro país y su gobierno, tienen que vigilar sus fronteras para no dejar pasar a migrantes para quedarse en estas tierras, por lo que Estados Unidos, tiene que poner en practica sus propias estrategias para evitar que sigan llegando miles de personas de todo el mundo a su propio territorio.


Presionar a México, a través de medidas en contra del comercio internacional, principalmente, aplicando fuertes aranceles a los productos mexicanos, es un error y a todas luces un procedimiento ilegal, más cuando hay acuerdos de por medio que regulan el ingreso de productos y los precios que ya están establecidos, pero de ninguna manera, tratar de alterar estas condiciones por el solo hecho de poseer un poder económico y militar y que han usado a su antojo y a sus propios intereses, según cuenta la historia de hechos pasados y que ahora, en tiempos más modernos, tratan de aplicar. La determinación unilateral de los Estados Unidos, para imponer aranceles a los productos mexicanos, por el solo hecho de no ceder a sus demandas es una especie de agresión política y comercial que está encendiendo todas las luces de alarma ante posibles reacciones más severas de aquél país.


Mientras tanto, en poco tiempo, el Gobierno de López Obrador, está entendiendo muchas cosas que hasta hace seis meses, no había experimentado, es decir, que solo estaba contemplándose asimismo con decisiones nacionales, donde también, el poder alcanzado le estaba sirviendo para someter al pueblo mexicano. Ya se ha dado cuenta que gobernar no es, solamente, imponer su propia voluntad ante el pueblo gobernado, sino que hay otras esferas del poder, como las de los Estados Unidos, que le están exigiendo el cumplimiento de otros compromisos, donde de verdad se necesita toda la fuerza y voluntad para poder encontrar la solución adecuada. Es ahí donde se gana o se pierde y donde la popularidad no tiene nada qué hacer, salvo por el apoyo que emana, precisamente, de ese pueblo sabio, que a pesar de los errores, lo sigue respaldando, porque no se trata de un partido, sino de un país por el que hay que dar la cara.


Se espera que esta crisis política entre México y los Estados Unidos, tenga un final feliz, en estos cinco días previos a la amenaza de la aplicación de los aranceles, porque si no es así, habrá caos internacional, y consecuentemente caos nacional, donde otras fuerzas políticas del exterior podrían entrar en el asunto y ponerse al lado de cualquiera de los dos países, principalmente de México, pues la mayoría de las naciones no concuerda con las practicas amenazantes de los Estados Unidos.


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YA ES TIEMPO DE PENSAR en la desaparición de los programas sociales que han puesto de cabeza al país.


El ofrecimiento de tantos beneficios pagados con dinero de unos cuantos contribuyentes, porque bien se sabe que no todos están dispuestos a participar, al negarse a contribuir con sus impuestos, han dañado seriamente las finanzas públicas y están paralizando las actividades del propio desarrollo nacional, luego de que el gobierno de la actualidad, prácticamente, está regalando lo que no es suyo.


Esto es también una forma de corrupción, porque los apoyos que se hacen llegar y que suman demasiados millones de pesos, son programa clientelares que buscan sostener una base importante de votos a costa de los pocos mexicanos que pagan sus impuestos y que trabajan todos los días para superar sus propios problemas económicos y ayudar a que el país cumpla con sus compromisos materiales, pero no políticos que redunden en beneficio de unos cuantos, principalmente de aquellos que hoy se encuentran dentro del poder.


Si se quiere imponer una verdadera justicia social y poner en practica una buena democracia, se debería de comenzar por llevar los beneficios a todos los mexicanos, por igual, así como en sana igualdad buscar la participación ciudadana y el voto popular para que pueda continuar al frente de las administraciones públicas.


El gobierno de este momento, no debería de utilizar estos programas sociales para apoyarse en las próximas elecciones, pues regalar dinero a diestra y siniestra, es comprar, desde ahora, el voto de las próximas elecciones.


De ser así, los gobiernos actuales, son también corruptos, aunque su bandera sea precisamente, combatir este problema nacional.


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LE PARAN LAS OBRAS AL supuesto aeropuerto de Santa Lucía. El gobierno de la República, no ha presentado los dictámenes que avalen los estudios de impacto ambiental, sencillamente, porque son difíciles de documentar.


El problema se viene encima, porque día que pasa, la saturación del aeropuerto internacional Benito Juárez, está complicando seriamente la operación de miles de aviones y consecuentemente, de millones de pasajeros que se mueven anualmente.


Hay preocupación en el gobierno federal, sobre todo, porque se han impuesto los caprichos y esto puede salir demasiado caro para un país que se encuentra en desarrollo y que requiere de una terminal aérea de grandes dimensiones, además de contar con modernas instalaciones que se encuentren a la altura de los demás aeropuertos del mundo.


Además, para el resto del mundo, el aeropuerto de Santa Lucía, no será más que una estrategia militar para la imposición de un gobierno dictatorial, por donde se comience a limitar las libertados de los mexicanos.


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Y MAÑANA, aquí nos encontraremos, si otra cosa no sucede.


NUESTRO CORREO: ac_stein58@yahoo.com.mx   

 
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