La proliferación de las llamadas benditas redes sociales como son el WhatsApp, Facebook, Twitter y hasta el Instagram, que se han convertido en el principal medio de información y comunicación para millones de usuarios en todo el mundo, pero ha traído también como consecuencia la existencia de las noticias falsas.
Todos los días recibimos docenas y hasta cientos de mensajes de todo tipo, que en un momento dado se convierten en medios de desinformación, con distintos propósitos, desde la simple burla de un hecho o personaje, hasta temas de actualidad política.
Por ello resulta interesante el analizar lo que podemos hacer frene a esa urgente amenaza de desinformación y la manera en que podemos tratar de protegernos.
Para muestra, basta un botón, el caso del nuevo presidente de Brasil que hace ver a Trump como un santo: ¡elogia a dictadores, quiere destruir la Amazonía y dice que los hijos gay deben ser golpeados!
Y como Trump, las encuestas indicaban que no tenía chance de ganar y aun así, ¡ganó! ¿Su arma secreta?: La desinformación.
Los simpatizantes de Bolsonaro han usado cuentas falsas para inundar las redes sociales con mentiras tóxicas diseñadas para confundir a votantes y sembrar desconfianza. ¡Y funcionó! Las encuestas muestran que una gran mayoría de sus votantes creyeron estas mentiras, como por ejemplo, que su contrincante era un pedófilo.
Y no sucede sólo en Brasil. Todos estamos siendo apuntados, dondequiera que vivamos y cualesquiera que sean nuestras creencias políticas. Hoy en día, esta es la amenaza más seria que nuestras democracias están enfrentando. Y para detenerla, debemos entenderla.
En un análisis respecto al tema, se dice que hay 5 cosas que todos debemos saber acerca de la desinformación:
1. Alimenta nuestro miedo y se propaga rápido. Los humanos estamos programados para recordar la información negativa por encima de la positiva, así es como aprendemos. Pues los mercenarios de la desinformación saben esto, y juegan con emociones profundas, aumentando la probabilidad de que el contenido sea compartido en redes sociales. ¡Así logran que se propague hasta seis veces más rápido que las noticias reales!
2. Prospera en redes sociales y llega a miles de millones. Entre más tiempo pasamos en redes sociales, más dinero ganan las empresas que las manejan. Ellas saben que el contenido extremo y escandaloso llama nuestra atención, entonces programan sus sitios para promoverlo. Y así llega a miles de millones. Los periódicos más grandes venden unas cuantas millones de copias, mientras que las noticias en Facebook alcanzan a llegar a MIL MILLONES de personas por día.
3. Está siendo utilizada como un arma en contra de nosotros. Líderes autoritarios, desde Brasil hasta China, están usando la desinformación como arma y como una nueva movida dentro del manual de la política de “divide y reinarás”. Pero es Rusia quien está liderando la manada, sus ‘granjas de trolls’ emplean legiones de personas para crear millones de cuentas falsas y así propagar desinformación. Y RT, el canal de propaganda estatal rusa, ¡es uno de los más vistos por YouTube con un estimado de dos mil millones de visitas!
4. Mata personas y está envenenando la democracia. La desinformación está impulsando violencia justiciera en India y Brasil, y está alimentando una brutal limpieza étnica en Myanmar. También está envenenando la política. Las noticias falsas ayudaron a darnos el Brexit, Bolsonaro, y a Trump. Y están destruyendo la confianza en los medios de comunicación tradicionales, en nuestras instituciones democráticas y en líderes políticos, proporcionando el perfecto caldo de cultivo para que candidatos ‘anti-establecimiento’ lleguen al poder. Con tanta desinformación, las redes sociales ahora son una amenaza para la democracia.
5. Nadie es inmune. Personas a través de todo el espectro político están siendo blanco como parte de una estrategia para polarizar y erosionar nuestras sociedades. En EE.UU, los ‘trolls’ rusos crearon una página falsa para activistas afroamericanos que alcanzó más seguidores que las páginas oficiales del movimiento Black Lives Matter (BLM) ("Las Vidas Negras Importan"). Creemos que nunca caeremos en estas mentiras, pero hay estudios que demuestran que hasta las personas más educadas tienden a creer en noticias falsas, y que los mayores de 65 años son más propensos a compartirlas.
Así las cosas, un hecho real es que la desinformación difunde desconfianza, miedo y mentiras.
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