El Secretario de Seguridad y Protección Ciudadana Alfonso Durazo declaró que el movimiento no tenía razón de ser y hasta que podía estar controlado por intereses ajenos a la corporación. “Mano negra” dijo López Obrador y de inmediato voltearon a ver al ex presidente Felipe Calderón Hinojosa, ya que uno de los líderes del movimiento de los policías solicitó públicamente que Calderón fuera su representante sindical, por el simple hecho de que el ex presidente se subió al ring en defensa de la corporación que cimentó cuando gobernó el país.
Desde luego que si no estamos en los zapatos de los policías federales o en los de su familia, no podemos entenderlos, y hasta los ignoramos… ¡total, no es nuestro asunto! pero ¿a quién le gustaría perder sus derechos laborales de años, ser llamados corruptos públicamente y hasta desdeñados?
Incluso se dice que aún no se integran los policías federales y ya son considerados dentro de la Guardia Nacional como Policías de Segunda. Un tema que también puede considerarse un gran problema si consideramos que tanto ex integrantes de la marina y el ejército tienen formación militar, mientras que los federales no.
Los policías federales no son nuestros enemigos, sino los delincuentes y el crimen organizado, más cuando el pasado Junio hubo un promedio de 84.8 víctimas de homicidio doloso ¡diario!, posicionándose ya como el peor mes de lo que va de este gobierno.
El conflicto lleva tres días ya, y parece que no habrá una solución total. Esto definitivamente es un asunto grave para la seguridad nacional, pues la división no ayuda en absoluto al combate al crimen, y más cuando tenemos un Presidente que a todo problema de seguridad, economía y hasta ecológico, ve una conspiración.
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