Este riñón permite que la sangre fluya a través de un filtro especial que elimina los desechos y los líquidos innecesarios. La eliminación de éstos, ayuda a controlar la presión arterial y a mantener el equilibrio adecuado de sustancias químicas en el cuerpo, como el potasio y el sodio.
¿Qué pasa si una enfermedad renal no es bien atendida? Pueden venir complicaciones que deriven incluso en tragedias, dicen los médicos.
Pero el secretario de Salud Roberto Ramos Alor opina lo contrario: “No pasa nada. El paciente con hemodiálisis no depende del procedimiento técnico de la hemodiálisis como tal, porque la diálisis peritoneal que se instala a través de un catéter le funciona mejor. Yo, en lo personal, siento que es más natural y más sano que conectarse a un aparato”.
Esa es su excusa ante la falta de hemodiálisis en los hospitales regionales.
Hace más de quince días comenzó el calvario para los aproximadamente 400 pacientes repartidos en nosocomios de Xalapa, Tierra Blanca, Veracruz, Poza Rica y Yanga que padecen por la carencia de esos riñones artificiales.
Tranquilos, dijo Ramos Alor, si no han llegado es por “procesos meramente administrativos. No hay nada perverso, nada que impida el acceso a nuestros enfermitos... Ya está por resolverse el problema, no pasa nada”.
Pero si pasa, y mucho.
De no recibir el tratamiento varios de los pacientes están en riesgo de no ver la maravilla en que se convertirá el país gracias a la 4T. Y es que una enfermedad renal no sabe de licitaciones, precios en farmacéuticas, corrupción en los servicios de Salud, austeridades republicanas y otras jaladas.
Un riñón enfermo requiere de tratamiento profesional con prontitud y no de remedios que “en lo personal” recomiende el médico pediatra Roberto Ramos Alor.
¿Cuál fue el problema con las hemodiálisis? ¿Por qué se dejaron de abastecer?
Según el funcionario, la empresa Reactivos y Químicos que era la proveedora nomás no dio el ancho: “Fui testigo de un sistema de hemodiálisis que dejaba mucho que desear; los equipos eran improvisados, adaptaban lugares que no eran correctos y no cumplían con todos los lineamientos”.
Pero llegó la súper 4T y todo cambió porque la Secretaría de Salud signó un contrato por 109 millones de pesos con la empresa Gifyt SA de CV, a la que el IMSS le retiró una millonaria inversión por irregularidades en sus servicios.
Es decir, la 4T veracruzana mandó al diablo a una empresa que “dejaba mucho qué desear” pero que atendió con oportunidad y prontitud a los pacientes. Y contrató a otra con marcadas sospechas de hacer transas, que no les brinda el servicio.
¿Cuándo llegará el suministro?
Ya mero, es cuestión de tiempo, no pasa nada, aseguró don Roberto.
Mientras tanto, que se jodan los 400 enfermos de los riñones.
En servicios de Salud y seguridad los veracruzanos están en una lastimosa disyuntiva porque se les acabaron las tres propuestas en quien confiar. Creyeron en el PRI y les mintió; creyeron en el PAN y también; creyeron en Morena y los morenos están en el mismo tenor. O quizá peor.
Contra las carencias, Ramos Alor abruma con sus pretextos, evasivas, subterfugios, sueños de opio y acusaciones a los que se fueron. Pero nada aporta en concreto para mejorar el sistema de Salud bajo su responsabilidad.
Si continúan el desabasto y los desatinos en ese sector, que nadie se sorprenda si un día lo escuchan recomendar tecitos de limón con miel para combatir la influenza y chiqueadores de albahaca en lugar de analgésicos para inhibir la migraña.
bernardogup@hotmail.com
|