El recorte al presupuesto de los partidos políticos, resulta ser una estrategia más para restarle competencia a la oposición.
El intento por generar ahorros dentro de los órganos electorales –Instituto Nacional Electoral (INE) y Organismos Públicos Locales Electorales (Oples)- busca centralizar decisiones, que permitan un posible control de la democracia.
Todos los argumentos ceñidos al tema como el despilfarro, el saqueo, el robo, el costo del proceso electoral, se mantienen soportados por el discurso de la austeridad republicana.
A su vez, el Gobierno Federal, emprende una cruzada para debilitar a los partidos políticos de oposición, ofreciendo canonjías y prebendas, a cambio de interlocución.
El acceso a recursos públicos desde los partidos políticos, así como el que ofrece el gobierno federal, estatal y municipal es el medio para construir una oposición dócil.
El intento de circo de tres pistas que construye el presidente López Obrador es claro.
Ya en lo nacional, controla al priismo, el cual, en su pasado proceso electoral interno, terminó por vender su alma al Ejecutivo con la llegada de Alejandro Moreno “Alito” el cual se sabía trae toda la línea de Palacio Nacional.
En el PAN la oposición más poderosa, la jugada va por dividirlos en lo local, a razón de que lleguen fraccionados a las urnas.
Esto provocará que la fuerza e impacto de la oferta panista se vea mermada, todo en el afán de conservar cotos de poder y espacios a modo.
El caso Veracruz es evidente, provocan un cisma al interior del panismo y crean dos frentes bajo el argumento de divide y vencerás.
Por un lado, Joaquín Rosendo Guzmán Avilés –enarbolando la bandera de la recuperación del partido a favor de la militancia- por el otro, José de Jesús Mancha Alarcón –bajo el argumento de ser una oposición critica y contestataria-.
En la realidad, dividir al más fuerte es la misión.
La más recientes de las intentonas se vio en el frente del Partido de la Revolución Democrática (PRD).
El argumento, buscar que cedan el registro para dar paso a un nuevo instituto político con el nombre de Futuro 21.
En la cruzada se busca integrar a ex priistas, ex panistas, ex candidatos presidenciales, perredistas identificados con el grupo de Los Chuchos y de otros partidos.
El argumento lo encabeza la Dirigencia Nacional Extraordinaria del PRD, compuesta por Ángel Ávila, Karen Quiroga, Fernando Belaunzarán, Camerino Márquez, Estephany Santiago, Adriana Díaz y Arturo Prida, quienes cuentan con el impulso de perredistas históricos y cuadros disidentes del PRI.
Sumados al intento están los expresidentes del Sol Azteca Jesús Ortega, Jesús Zambrano y Guadalupe Acosta; los expriistas José Narro y Beatriz Pagés, y algunos exligados al PAN, como Rubén Aguilar, quien fue vocero de Vicente Fox en la Presidencia.
Se sabe que también, militantes de izquierda entre los que destacan Cecilia Soto, Tere Vale y el ex coordinador del desaparecido partido mexiquense Vía Radical, Edgar Irak Vargas Ramírez, así como a los ex integrantes del PANAL, Gabriel Quadri y Purificación Carpinteyro, ex candidata al Gobierno de la CDMX.
Al momento se sabe que son al menos seis los Comités Estatales del PRD que rechazan ceder sus registros para crear este nuevo partido.
Así Guerrero, Tabasco, Oaxaca, Tlaxcala, Veracruz y Michoacán han dicho no a la propuesta.
El intento por destruir a la oposición, se convierte en el principal reto de la 4T para el 2021, sabedores que la sociedad castigará con firmeza a los integrantes de Morena en el próximo proceso electoral.
Al tiempo.
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