Los Políticos.
Salvador Muñoz.
 

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Aplausos al Pejedente
2019-09-13

Con la alternancia, al menos en Veracruz, hemos tenido en un lapso, diferentes gobernadores y por ende estilos para gobernar. A nivel federal es lo mismo pero con más tiempo. Incluso, podemos hacer una fuerte crítica de los hombres en el poder que estuvieron por parte del PRI y del PAN recientemente pero nos va a ser difícil compararlos con los que ahora mantienen el poder, como es Morena, so protexto de que apenas van a cumplir el año en el Gobierno, pero hay algo que sí podemos decir de ellos: no recuerdo una exhibición de limitantes en tan corto tiempo.


Dándoles el beneficio de la duda, digo, si ahora resulta que Bartlett es más bueno que Duarte, los morenos por estar en el poder son los que están en la mira de la crítica, como en su momento lo estuvieron los panistas o los priístas, y por ende, sus yerros son más claros aunque… sí, cooperan demasiado para hacerlo.


Si hablamos de yerros, creo que el mayor problema que tiene un gran número de representantes populares de Morena, es la forma en que ven o entienden las Leyes… tenemos a un Eric Cisneros que quizás por ser agrónomo, piense que se puede actuar con la Ley del Monte… tenemos a un Zenyazen Escobar, que quizás por haber interpretado a Tarzan Boy, apueste por la Ley de la Selva… a la senadora Jesusa, marihuana de tiempo completo, aplicando la Ley de Ohm… por corriente; aunque en muchos prevalece la Ley del Más Fuerte, traducida a una simple Mayoría concentrada en los Congresos locales o federal, pero hay que entender algo: los mexicanos seguimos siendo víctimas de nuestras propias leyes y cuando elegimos a un representante popular, no lo hacemos porque sea experto en materia económica, tenga doctorado en Harvard o sea una lumbrera con las Leyes… simplemente votamos por él, porque nos cayó bien, está guap@ o su contrincante representa todo lo que no queremos… en eso sí cumplimos al pie de la letra nuestro derecho a votar.


Hoy, por eso, tenemos a un Mireles, a un Ramos Alor, a un Cuauhtémoc, a una Jesusa, un Cuic, y a un montón de diputados locales y federales prudentes, que mejor huyen de la prensa para evitar caer en el ridículo… aunque hay otros que creen que por ser chistosos (ayer lo comentábamos), tienen la valentía para salir y decir una pendejada. Insisto: esto no es propio de Morena, es en todos los partidos, pero en estos momentos, son más evidentes los que están en el poder.


Bien, pues ya hablamos de quienes subimos al poder, a los que impulsamos al poder, por quienes votamos… me va a decir: “Yo no voté por éstos” y es entendible, pero en el momento en que ellos asumen el poder, desentenderse de ellos, no sería lo correcto… por eso también hay que hablar de nosotros…


¿Ha ido a algún espectáculo de stand-up, de algún comediante? Disculpen que no ponga cantante, grupo musical, pero es por esto: en los primeros, quien me genera una risa o carcajada, se gana mi aplauso… Franco Escamilla podría ser un buen ejemplo y si no sabe de quién hablo, le recomiendo al “estandopero”...


He visto en varias ocasiones al Pejedente López Obrador y si quiere ganarse el aplauso del respetable, se saca de la chistera una frase ocurrente que es recibida por el público entre risas y por consiguiente, aplausos.


Recuerdo que muchos políticos en sus discursos, daban la pauta en algunas expresiones que sólo oídos conocedores, ubicados en sitios estratégicos entre el público, interpretaban como el momento justo para iniciar aplausos que empezaban a multiplicarse por inercia… pero esto sólo ocurría en los discursos políticos, aburridos o solemnes, como quiera llamarlos… el Pejedente no necesita de estos “oídos conocedores” por dos sencillas razones:


La primera: no tenemos un político, sino un comediante…


La segunda: tenemos una sociedad que brinda con aplausos, que un sujeto como el Pejedente, les saque una carcajada con sus chistoretes…


La culpa no es de López Obrador… es el presidente que escogimos los mexicanos… y mientras las focas aplaudan, él seguirá haciendo del discurso político o de la seguridad, un chiste con un “¡Fuchi! ¡Guácala!”


smcainito@gmail.com

 
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