Si hablamos de desarrollo social, la educación es un pilar en el combate a la pobreza y en un sentido contrario constituye una de las variables clave para definir las estadísticas de la población pobre y en pobreza extrema.
Dicho de otro modo: estamos ante un ejercicio pedagógico/político a partir de un control de pragmatismo ideológico.
Me explico: el artículo 3ro Constitucional obliga al Estado a garantizar la educación laica, obligatoria, gratuita y de calidad. Los municipios, las entidades federativas y el gobierno federal están obligados a garantizar la educación desde jardín de niños hasta bachillerato.
¿Se cumplen estos preceptos?
No.
¿Por qué?
Hay varios motivos: el fracaso de los modelos educativos implementados en México a partir de 1917, cuando se estableció la Constitución que incluye al referido artículo 3ro, es uno de ellos.
¿En qué consiste tal fracaso?
- No se ha podido acabar con el analfabetismo...
- No hay suficiente infraestructura física ni humana para atender al 100 % de la población demandante de educación…
- La calidad que se oferta no es la adecuada en un amplio espectro del sector educativo público…
- La participación del sector privado representa una historia aparte…
- Algunas de las escuelas privadas del país ofrecen un nivel de calidad más elevado que el sector público pero la lógica mercantil empresarial no tiene como objetivo primordial coadyuvar al desarrollo social, sino la obtención de ganancias económicas…
En Veracruz las zonas serranas como Huayacocotla, Santa Martha y San Martín, Los Tuxtlas, Otontepec, Zongolica, representan los más altos índices de subdesarrollo en materias como la salud y la educación en poblaciones indígenas.
La marginación educativa los ubica como lugares cuyas docenas de municipios sufren altos índices entre los 550 mil veracruzanos analfabetas ubicados por la Secretaría de Educación (Zenyanzen Escobar García, titular de la SEV, dixit).
Los indígenas son los más alejados de la atención del Estado.
Siguen las zonas rurales.
Luego las áreas suburbanas-
Esta historia se repite, con sus detalles particulares en otras entidades.
Datos del INEGI establecen que:
El porcentaje de la población de 15 años y más alfabeta, al 2015, es del 93.6 % en el país. (1)
Por tanto más del 6 % de la población mayor de 15 años, al 2015, era analfabeta.
La encuesta intercensal del INEGI en el 2015, refiere que de cada 100 personas de 15 y más años de edad, 93.6 sabe leer y escribir…un recado.
Esto es una referencia a la baja calidad educativa: más del 6 % de la población nacional de 15 años o más no sabían leer ni escribir en el 2015.
Y entre quienes si leían y escribían se ubicó a un sector –no especificado en cifras- que sabe leer y escribir pero no lo hace en condiciones pedagógicas óptimas, competitivas; lo que se traduce en marginación social y por ende de desarrollo.
Hay que tomar en cuenta el analfabetismo funcional: aquellos que sabiendo leer y escribir más allá de un recado, no leen y no escriben a excepción de lo esencial.
En este caso estamos ante una problemática no sólo educativa, sino sociológica, cultural.
Por entidades, el estudio del INEGI a la población de 15 años o más, en el 2015, determina que Oaxaca y Chiapas son los estados con mayor cantidad de analfabetas pues menos del 85 % de su población sabe leer y escribir…aunque sea recados.
Les siguen Guerrero con menos del 88 % de alfabetas; Veracruz con cifras que oscilan entre el 88 y 91 %; así como Michoacán, Puebla e Hidalgo, por debajo del 91 % de alfabetismo.
La ciudad de México, Baja California y Nuevo León rebasan el 97 % de alfabetismo pero ninguna de las 32 entidades del país cuenta con 0 % de analfabetismo o con 100% de alfabetización.
En pocas palabras, nuestros modelos educativos han fracaso en calidad y cantidad. Somos un país con analfabetismo en todo su territorio aunque varíen las cifras entre regiones y nuestros alfabetas presentan múltiples deficiencias.
Todo esto entra en juego en la Reforma Educativa impulsada en el gobierno de Enrique Peña Nieto y la contrarreforma Educativa prohijada por el gobierno de la 4ta Transformación.
(2)
Veracruz es una de las cinco entidades que más aportan al Producto Interno Bruto de la nación pero lo hace desde la generación de materia prima bruta o procesada y lejos del sector secundario, donde las manufacturas conducen a la generación de mayor riqueza.
Añadamos a esta realidad la falta de una justa distribución de la riqueza y por ente la ausencia de desarrollo social.
Dicha condición resulta dialéctica y se suma a la circunstancia cruda de un analfabetismo total muy elevado y otro analfabetismo relativo donde somos el cuarto estado –sólo después de Oaxaca, Chiapas y Guerrero- con más pobladores mayores de 15 años que saben leer y escribir pero muchos de ellos apenas aplican ese desarrollo cognitivo en recados.
(3)
Para entender el nudo gordiano veracruzano y mexicano hemos de plantarnos en dos perspectivas: el problema y su solución.
Como en Frigia –región de la actual Turquía- Veracruz cuenta con un nudo cuyos cabos se encuentran dentro de un universo macroeconómico, social y político sumamente complejo.
¿Por qué al ser un estado rico que entrega excelentes cuentas financieras a la República tenemos una mayoría de habitantes pobres?
La revista FORBES –según cifras dadas a conocer el 30 de diciembre del 2017- ubica a Veracruz entre las diez entidades más pobres de México.
Ocupamos la sexta posición al respecto:
He aquí algunos datos:
“6. Veracruz
Porcentaje de su población en pobreza: 58%
Personas en situación de pobreza: 4.6 millones
Personas en situación de pobreza extrema: 1.3 millones” (2)
Padecemos:
- Analfabetismo, infraestructura carretera desbaratada o ausente, carencias hospitalarias, de seguridad…
- Violencia, en cuyas variables importantes -como asesinatos dolosos, feminicidios, secuestros- ocupamos los primeros lugares del país…
- Falta de industrias, de manufacturas, de impulso a la construcción, ausencia de solución de fondo en educación, salud, el fenómeno de la corrupción…
- En Veracruz se ha desarrollado históricamente una clase política podrida.
- Pero reconocer esa realidad resulta insuficiente.
Echemos otro vistazo a cifras del INEGI, correspondientes al 2017:
“En términos nominales, la Ciudad de México, el Estado de México, Nuevo León, Jalisco, Veracruz de Ignacio de la Llave, Guanajuato, Coahuila de Zaragoza, Puebla, Sonora, Chihuahua y Baja California, aportaron de manera conjunta el 66.4% del PIB nacional a precios básicos” (3)
He aquí la aportación al PIB nacional, donde ocupamos orgullosamente el quinto lugar.
Ahora veamos el PIB desde la perspectiva del crecimiento interno de las entidades federativas:
“En el año de referencia, los estados que reportaron el mayor crecimiento anual en su PIB en términos reales fueron Baja California Sur con una tasa de 11.4%, Puebla con 6.2%, Morelos y Coahuila de Zaragoza con 5%, cada uno, Guanajuato 4.9%, Estado de México 4.6%, Colima 4.5%, Quintana Roo y San Luis Potosí 4.4%, individualmente, todas las tasas con relación al 2016.”
Observamos una lista de las nueve entidades que produjeron mayor riqueza interna en el mismo período y Veracruz no aparece allí.
Otra contradicción: somos la quinta entidad que aporta más al PIB nacional y no aparecemos entre los nueve estados que producen mayor riqueza interna.
Por ello, como lo hemos planteado en Claroscuros previos, la historia de la industria pública –lo mismo que la educación pública y privada- en Veracruz han sido un fracaso desde la expropiación de 1938 a la fecha.
Y ello ocurrió desde la implementación de los modelos “Sustitución de Importaciones”, “Desarrollo con Estabilidad”, “Populismo” y ”Neoliberalismo”…
Resulta obligado añadir que tampoco hay justicia en la repartición de la riqueza del país porque nuestra entidad no recibe la parte que le corresponde en proporción a lo que aporta.
Veracruz es, como México en general, dueño de una gran resiliencia.
Lo resistimos todo, hasta a nosotros mismos…
(4)
Una de las claves del fracaso -al que resistimos pero no cesa- ha pasado por la cultura del latrocinio y éste se desarrolló en parte a partir de un sindicalismo ligado al corporativismo; incluyendo al magisterial que en la contrarreforma educativa influye y retiene privilegios…
Hasta el año 2 mil pudimos echar la culpa de tal fracaso al PRI.
Luego nos gobernó el PAN al que tachamos de torpe durante sus doce años en el poder.
Volvió el PRI vía Enrique Peña Nieto y con él los capítulos de los estudiantes violentados en Ayotzinapa; el escándalo de la casa blanca, la novela de la gaviota y el convenio para su actuación; las reformas estructurales mal planificadas, mal difundidas, mal entendidas en términos político/electorales, de ahí el final del priismo…
Por si fuera poco Peña Nieto en particular no entiende y tras su sexenio trágico ha llevado el símbolo del partido tricolor al extremo del disfraz hippie en Nueva York…
(5)
¿Hacia dónde vamos ahora?
Siguen las dudas sobre el puerto a que nos conduce la Cuarta Transformación.
Poco a poco, entre las sombras, aparecen respuestas:
- El grito de Independencia deja claro que la meta no cambia: un Presidente empeñado en pasar a la historia como el defensor discursivo de los pobres y por ende de la justicia social: hasta ahora, un qué sin un cómo…
- Una contrarreforma educativa que regresa al pacto con el sindicalismo privilegiado.
Control proletario desde un híper intelectualismo orgánico, de manejo contrarrevolucionario y corporativista…
- Un guiño al neoliberalismo que no se ha ido y no se irá.
Para ello está la apertura a la inversión privada en el sector energético…
(6)
Cuando Alejandro Magno se dirigía a la conquista del imperio Persa, poco más de tres siglos antes de Cristo, pasó por Frigia y le impusieron el reto de desatar el nudo gordiano.
Alejandro -padre de Occidente- tomó su espada, partió en dos el nudo y expresó: “Es lo mismo partir que desatar”.
Tal historia ligada a las leyendas griegas, devino lección de pragmatismo político.
A unos meses del inicio de la 4ta Transformación la contrarreforma educativa y su contradicción: la apertura a la inversión privada en el sector energético -vestidos ambos hechos con un discurso sin precedente en las ceremonias del Grito de Independencia- dejan claro que México y Veracruz a su vez enfrentan su propio reto ante Gordio, creador del célebre nudo que sólo Alejandro pudo superar: de un espadazo… |