Por un lado el caso exhibió la negligencia y la irresponsabilidad oficial de un gobierno insensible, ajeno al dolor y al sufrimiento de enfermos cuya vida depende en grado sumo de la atención médica que reciban, así como ajeno a la angustia de sus familiares.
Sería grave que las autoridades estatales hayan reaccionado lo más pronto que pudieron, que no de inmediato, solo acicateadas porque el enemigo político reaccionó, ese sí, enseguida y ofreció resolver el problema y no porque consideraran la urgencia de salvar vidas de niños y adolescentes veracruzanos.
Finalmente, ante su inoperancia para resolver la situación que se presentaba desde meses atrás, tuvieron que acudir a otra institución médica oficial para que los auxilie, con lo que salieron por lo pronto del atolladero pero no resolvieron en forma definitiva la carencia de equipo que tienen.
Si tenían ese recurso a la mano para atender a los pacientes, ¿por qué no lo habían utilizado antes? Da escalofrío pensar qué tanto más pudo haberse deteriorado la salud de los menores durante los meses en que sufrieron muy mala atención o de plano la falta de esta.
Porque el martes la presidente de la Comisión Estatal de los Derechos Humanos, Namiko Matzumoto, declaró que desde hace más de tres meses el órgano a su cargo recibió diez denuncias de los padres afectados, por la vulneración del derecho a la salud de sus seres queridos por la falta de tratamientos oncológicos.
El problema, pues, viene de bastante atrás, a lo que hay que sumar la declaración del propio secretario de Salud estatal, quien dijo el martes que la llegada de una nueva campana oncológica para preparar medicamentos esenciales para las quimioterapias iba a demorar entre cien y ciento cincuenta días, o sea entre tres y cinco meses.
La famosa campana tiene un costo de doscientos cincuenta mil pesos, que el alcalde del puerto de Veracruz ofreció pagar con tal de que llegue lo más pronto posible el nuevo equipo, aunque se quejó de que el director del Hospital no respondía a sus llamadas para que le diera las especificaciones.
Se necesitaban, pues, o se necesitan, doscientos cincuenta mil pesos para resolver el problema y asegurar el tratamiento y posiblemente la vida de muchos niños y adolescentes, pero al parecer el gobierno del Estado, que gastó seis millones de pesos en un grupo musical para que se presentara la noche del Grito, no los tiene ahora.
Por lo pronto, el ISSSTE les está prestando su equipo en el puerto de Veracruz, pero ¿y cuándo se sature porque tenga que dar atención y tratamiento a sus propios pacientes?
¿Será que después de lo que pasó se hará necesario buscar al alcalde del puerto jarocho para pedirle que él resuelva los problemas, porque ya se vio que solo si él ofrece que lo hará entonces sí actúan las autoridades del gobierno del Estado?
El problema está resuelto en parte, pero ahora uno de los padres afectados, Rosendo Serrano Ortiz, dijo que todavía enfrentan la falta de medicamentos aunque reconoció que en el hospital les aseguraron que ellos los van a comprar. Como no lo creen, expresó que están listos para continuar protestando.
Ahued, en Grandes Ligas
En sus cuentas de redes sociales informó ayer el senador con licencia y actual titular de la Administración General de Aduanas, Ricardo Ahued Bardahuil:
“Hoy firmamos el Convenio Bilateral de Alto Nivel entre la Administración General de Aduanas y la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza de Estados Unidos? (CBP) con mi Homólogo de Aduanas en EUA Mark A. Morgan.
El cual nos ayudará a fortalecer la cooperación bilateral de ambos países en beneficio de la legalidad y facilitación comercial”.
El político y administrador xalapeño por adopción está entregado de lleno a la tarea que le encomendó el presidente López Obrador, quien le otorgó su confianza precisamente porque le reconoce que es un hombre de resultados.
Sorprende hasta dónde ha escalado en la pirámide política y administrativa del país, de un sencillo y exitoso comerciante de la capital de Veracruz a alcalde de Xalapa, luego a diputado local y federal, más tarde a senador y seguramente va a llegar, como dicen, hasta donde Dios diga.
Tiene que reconocerse que su ascenso no ha sido gratuito: lo ha fincado en su trabajo, en su responsabilidad, en su sentido de servicio y político, en su honestidad y porque ha aprendido cerca de los veracruzanos de los que no se aleja. Al menos él honra a Xalapa y a Veracruz.
Y sí, le meten el hombro a Cuitláhuac
La versión de que el Gobierno de México (antes Gobierno Federal) le meterá el hombro al gobernador Cuitláhuac García Jiménez para ayudarlo a sacar adelante a Veracruz parece confirmarse.
El propio mandatario estatal anuncio ayer que el Estado contará con la participación del Banco Nacional de Obras y Servicios Públicos (Banobras) para el proceso de refinanciamiento y apoyo en proyectos de infraestructura.
Su anuncio lo hizo después de reunirse con el titular del banco de desarrollo, Jorge Mendoza Sánchez, con quien, dijo, se lograron compromisos mutuos para el desarrollo económico de Veracruz.
Como pocos gobernadores, Cuitláhuac ha recibido y está recibiendo apoyo federal, que ya hubieran querido muchos. Ojalá y ahora sus colaboradores estén a la altura de las circunstancias y sepan aprovechar y traducir en beneficios para la población el apoyo que les brindan.
Creo que todos los veracruzanos quisieran que le fuera bien para que le vaya bien al Estado, pero los resultados no se ven hasta ahora, o son muy pocos en comparación con la magnitud de un Estado que, como lo ha reconocido el propio presidente, tiene todo para ser una república independiente.
Confiemos en que vengan cosas mejores y mayores. Urge que creen empleos antes de que cualquier día explote un estallido social. |