Por mucho que responda el Gobierno del Estado y su gobernador Cuitláhuac García Jiménez que habrán de dar con los responsables, la realidad es que ya nadie les cree.
Y es que el priista, habría sido uno de los legisladores más críticos de su gobierno, bajo el entendido de que su formación e idiosincrasia lo hacían ser el hombre honesto y decente que fue en vida.
Molina Palacios, era sincero, iba de frente, hablaba sin tapujos, siempre con la verdad por delante, su criminal asesinato, es el preludio del desastre que se viene en una entidad que como el mismo afirmaba esta patas arriba, sin pies, ni cabeza.
Entrevistado por este reportero el pasado 17 de octubre https://www.facebook.com/Ventanaver/videos/455041885106930/el legislador veracruzano, líder de la Confederación Nacional Campesina (CNC), afirmaba que la campaña en contra de productores de leche encabezada por el actor Eugenio Derbez era una verdadera pendejada.
Mostraba decía el legislador, un desconocimiento total del sector y una ambición para prestarse a decir lo que expresó el actor, todo a cambio de embolsarse unos millones de pesos a la cartera.
La entrevista por si misma registraba al cierre de esta edición poco más de 10 mil reproducciones en Facebook, pues su trato franco y directo para usar el lenguaje lo hacían conectar con el auditorio.
Hoy cuando México y Veracruz enfrentan una severa crisis de gobernabilidad, en la que la violencia, es el sello distintivo de la casa, y en donde el Estado de Derecho es vulnerado constantemente por la propia autoridad, vale la pena analizar si esta tragedia no será la primera gran llamada del desastre que se avecina.
El modelo impuesto por el presidente López Obrador para atender y tratar el problema de la violencia, no está siendo bien digerido por la sociedad, y mucho menos por naciones extranjeras, que colocan a México ya, como integrante de un bloque en el que están países como Venezuela, Cuba, Nicaragua.
El criminal y artero asesinato de integrantes de la Familia LeBarón en los límites de Sonora y Chihuahua ha generado ya en los Estados Unidos una crisis fortísima en el debate interno de sus grupos políticos.
El presidente Donald Trump ha hecho el llamado para intervenir militarmente en México, ante la nula efectividad del Gobierno Mexicano, y para los norteamericanos el tema se está consensuando, les preocupa más resolver el problema que generan los Cárteles Criminales aquí en su traspatio, que lo que sucede en Afganistán o en Medio Oriente.
¡Y aguas con eso!
Si a esa ecuación le sumamos el asesinato del legislador veracruzano, podrá usted claramente apuntar que en el horizonte se avizoran tiempos muy peligrosos y serios, la sociedad, no va a tolerar más este nivel de inseguridad producto de la cerrazón y el absurdo.
La paz ofrecida a base de “abrazos y no balazos” es sinónimo de desequilibrio, una patología que por chistosa que parezca, pone en riesgo a la sociedad en su conjunto.
El orden social y el respeto al marco constitucional ha sido abiertamente violentado por la misma autoridad, que un día sí, y otro también, protege más a los delincuentes que a su pueblo.
Y nuevamente ¡aguas con eso!
El magnicidio de Juan Carlos Molina avizora el desastre que viene.
Al tiempo.
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