Quién sabe si quiso amarrarse el dedo antes de cortárselo, es decir, si prefirió ella misma dar la mala noticia antes de que la cuestionen los diputados durante su comparecencia con motivo del Informe, y su panorama color de rosa se lo despinten con pruebas como la de los cierres de hoteles.
Colateralmente confirmó lo que todos los veracruzanos (con excepción de los funcionarios) saben porque lo viven a diario: que hay una crisis económica que afecta no únicamente al sector hotelero sino a prácticamente a todos los demás, lo que a su vez ha aumentado el desempleo y tiene paralizada la economía estatal.
Su declaración, pues, pone en entredicho el panorama que se nos pintó en el mensaje del sábado con motivo del Informe y ahora habrá que esperar su comparecencia en el Congreso local para ver qué más información posee y qué medidas anuncia para atacar el problema.
Por lo menos esta vez sí ha sido sincera esta funcionaria que todo el año se la ha pasado hablando de millones de turistas visitantes, que al parecer solo los ha habido pero en su imaginación.
Otro funcionario que ha salido otra vez a los reflectores, post Informe, es el titular de la Sedesol estatal, Guillermo Fernández Sánchez, para asegurar que “definitivamente no habrá subejercicio”.
A estas alturas, cuando está por terminar el presente ejercicio fiscal, es reprobable que el señor todavía esté hablando de ese tema cuando lo que debiera estar anunciando es la entrega de las obras ya concluidas, pero resulta que apenas licitan o acaban de hacerlo, cuando eso debió haber ocurrido entre marzo y abril pasados. Salvo verdaderas excepciones, legalmente todas las obras debieran ser entregadas en diciembre.
Incluso debiera informar, ya que se la pasaron el año sin hacer nada, cuánto de intereses ha dejado y a qué se ha destinado el dinero que han tenido “sudando”. Ahí está otra pregunta que deben hacerle los diputados también cuando comparezca.
Un informe de en-sueño
Las agencias informativas y los diarios de todo el mundo informaron el 13 de mayo de 2015 que el líder de Corea del Norte, Kim Jong-un había ordenado ejecutar a su ministro de Defensa, Hyon Yong-chol ¡con un cañón antiaéreo! acusado del delito de traición por haberse quedado dormido en un desfile frente al joven dictador.
Para el efecto, Kim montó todo un espectáculo: la ejecución del vicemariscal se llevó a cabo ante cientos de oficiales en una academia militar del norte de Pyongyang, según los servicios secretos surcoreanos. Qué duda cabe, lo redujo a polvo.
De este regordete chamaco norcoreano me acordé el sábado pasado cuando vi las fotografías (que circularon profusamente en las “benditas” –López Obrador dixit– redes sociales) de colaboradores del gobernador Cuitláhuac García Jiménez dormitándose o bien dormidos mientras él pronunciaba un mensaje con motivo de su Primer Informe de Gobierno. Una de las fotos mostraba a la mismísima representante presidencial, la secretaria de Gobernación Olga Sánchez Cordero, bostezando.
Qué forma de descalificar la verdadera perorata de su jefe, pues si ni sus subalternos fueron capaces de aguantar tanto bla bla, ¿alguien cree que Veracruz se paralizó porque sus habitantes estuvieron muy pendientes e interesados en lo que dijo el mandamás del Palacio de Gobierno?
(El inolvidable Yayo Gutiérrez –periodista, político, orador, notario público, alguna vez magistrado, para quienes no lo conocieron– siendo dirigente estatal del PRI ordenaba a alguien que tenía que hablar en un acto que les “tirara” la “aburridora” a los oyentes, un bla bla bla largo y sin sentido para que se aburrieran, se durmieran o se fueran ante el riesgo de un reclamo.)
Recordando, pues, a Jong-un y viendo las fotos de los dormilones de Morena en el Teatro del Estado (hasta en eso regresamos a los viejos tiempos, cuando mucha mapachada del PRI se arrullaba con los soporíferos rollos de los gobernadores tricolores, pero, eso sí, nunca un funcionario porque lo cesaban ipso facto), me dije que Cuitláhuac pertenece al “pueblo bueno” del que habla López Obrador.
Porque no obstante que le robaron cámara (sus fotos fueron las que inundaron las redes, no las suyas dando su mensaje), ¡todavía les hizo un reconocimiento!, uno a uno mencionándolos por su nombre e incluso implícitamente ratificándolos en los cargos pues no descalificó a ninguno, e incluso a uno de los lirones, el secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, ¡lo declaró veracruzano! cuando es nativo del estado de Nuevo León.
El gobernador, pues, tiene a los colaboradores que se merece y nosotros también tenemos el gobierno que nos merecemos, qué duda cabe.
De todos modos me pregunté si, por ejemplo, el secretario de Seguridad Pública, Hugo Gutiérrez Maldonado, o el de Salud, Roberto Ramos Alor, estaban durmiéndose en sus laureles (según la Real Academia Española, dormirse en los laureles es “descuidarse o abandonarse en la actividad emprendida, confiando en los éxitos que ha logrado”) ante tantos y sonados éxitos que han tenido en su desempeño.
A algunos secretarios, pues, el informe les produjo somnolencia, sueño, letargo (a la representante presidencial bostezos). Pero saliendo de ahí se han de haber ido a sus casas a continuar en la cama sabiendo que don Cuitláhuac no los iba a fusilar ni siquiera con un rifle de corchos.
Si se duermen ante su propio jefe, si ni siquiera están pendientes de lo que dice, ¿algún veracruzano creerá que de veras están o van a estar pendientes de sus anhelos, de sus preocupaciones, de sus problemas, de sus reclamos? Si se duermen así en horas de trabajo cómo van a ver a la delincuencia, a las víctimas del dengue, la falta e medicamentos, a…
¿Más caro el caldo que las albóndigas?
¡Vaya! Delia Cobos, la titular del ORFIS Veracruz, nos salió ayer con que necesita 25 millones de pesos extra para hacer una nueva revisión de la Cuenta Pública 2018. Se supone que su intención es porque desconfía del trabajo de su antecesor Lorenzo Antonio Portilla. ¿Y si al final resulta que las cuentas sí fueron bien hechas?
El diputado José Manuel Pozos Castro salió a atajarla. Le recordó que no se trata de una nueva auditoría sino de una revisión de la solventación que hicieron presuntos infractores. 25 milloncejos más cuando hablan de austeridad y de que no hay recursos. |