Y en el interior el enojo es más pronunciado.
Quienes aguantan la andanada de injurias son las trabajadoras encargadas de atender a los derechohabientes: “Es la tercera vez que me reprograma la cita, señorita”. “Sí señor, lo que pasa es que así nos ordenaron” contesta la trabajadora medio mosqueada. “Estas son fregaderas, es usted una inepta, deme su nombre porque la voy a reportar”.
“Y esto es de todos los días -me dijo un médico cuyo nombre me reservo- las especialidades de Traumatología, Ginecología y Medicina Interna son un caos. Sólo se cuenta con dos especialistas por turno y por falta de personal constantemente se cancelan las citas. Hay pacientes que fueron operados hace dos meses y no han sido revisados por el especialista”.
En el área de Ginecología las cosas no están mejor. Nada más hay dos ginecólogos y cuando uno se va de vacaciones esa vacante no se cubre, por lo que también se reprograman a los pacientes con el consabido enojo de éstos. Sólo se atiende a las embarazadas y a veces no a todas.
¿Y el director de la clínica Juan Carlos Quintal Martínez? “Precisamente por tantas quejas la dirección casi siempre está cerrada. El director viene un rato se pasea por ahí y luego se va. Quien aguanta las mentadas es su secretario, pero como puede usted ver, ni él está. La clínica es un desmadre” me dijo en confianza una persona del área de limpieza.
El empleado agregó que la subdirectora, Jazmín Gómez Guerrero, (que tampoco estaba cuando se necesitaba) renunció el 1 de noviembre y en su lugar pusieron provisionalmente a Elizabeth Rocha, una doctora que quitaron del área de urgencias y que sólo está en la subdirección para cubrir el expediente, porque no ejerce sus funciones como subdirectora. “Esto es un desmadre” reiteró el empleado.
A mi familiar no lo atendieron en esa ocasión por lo que regresamos al día siguiente y me enteré que en Medicina Interna son citados más de 40 pacientes los martes y jueves. ¿Qué calidad de atención se les puede brindar cuando el médico internista sólo va dos veces a la semana?
Y de los pacientes citados en domingo mejor ni hablar. Nunca son atendidos ya que el internista no se presenta. El problema es que muchos vienen de municipios como Naranjos, Tantoyuca, Cerro Azul, Tamiahua y Platón Sánchez, que no están a la vuelta de la esquina. Y lo peor es que varios cargan con padecimientos crónicos.
“Por favor di algo en tu columna –me pidió el médico que atendió a mi familiar- tenemos muchas carencias y nadie alza la mano para resolverlas, principiando por los directivos. Nos falta de todo, pero lo urgente es más personal. Desde hace años la clínica está rebasada… saturada y esto es en detrimento de los derechohabientes y de nosotros también”.
Bien, ahí está la denuncia.
Buen ejercicio periodístico
Este miércoles me chuté por el face una mesa de análisis y debate realizada por el diario Vanguardia de Veracruz, en sus estudios de televisión ubicados en Poza Rica. Debo reconocer que fue un buen ejercicio de pluralidad política, donde los representantes de los principales partidos se dijeron sus verdades y defendieron a cal y canto sus ideas.
En la mesa estuvieron presentes César Ulises García Vázquez, exdirigente estatal del PRD; Marlon Ramírez Marín, presidente del CDE del PRI; Héctor Quintanar García, consejero estatal de Morena y René Meseguer Elizondo, secretario general adjunto del CDE del PAN.
La mesa rebasó las expectativas porque hubo análisis y debate, pero además polémica. Los invitados hablaron con entera libertad, expusieron sus puntos de vista, propusieron soluciones y fueron muy puntillosos cuando se trató de criticar yerros.
Bien por los invitados, bien por Vanguardia Veracruz y bien por la sociedad veracruzana sobre todo de la zona norte, que se está nutriendo e informando con un periodismo de primera.
bernardogup@hotmail.com
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