Eso me reflejó la polvareda de comentarios que desató una iniciativa del PRI en el Congreso local que los malquerientes del titular del Ejecutivo, sin haberla leído y entendido, interpretaron como que ya le estaba “tendiendo la cama” el secretario de Gobierno Eric Patrocinio Cisneros Burgos.
Y que le llueve a Patrocinio, villano favorito de las críticas en las redes sociales y periodísticas.
Lo único que se busca –eso interpreto– es evitar que se vuelva a repetir una crisis como la que se vivió cuando Flavino Ríos Alvarado sustituyó constitucionalmente a Javier Duarte de Ochoa.
Si se recuerda, tomada ya la decisión a favor del notario de Minatitlán, por poco y no logra brincar la cerca porque surgió otra candidatura que le disputó el cargo hasta el último minuto: la del entonces diputado local Francisco “Paco” Garrido Sánchez.
Porque ante la ausencia ya de Duarte, quien había abandonado el cargo y supuestamente estaba escondido y andaba huyendo (él mismo acaba de confesar que en realidad todo fue un montaje en acuerdo con el entonces presidente Enrique Peña Nieto), se perdió el control político lo que aprovechó Paco Garrido, quien presidía la Comisión de Vigilancia, para cabildear con sus compañeros diputados a quienes les dijo que votaran por él para ocupar la gubernatura en forma interina ¡y casi logra la mayoría a su favor!
Hubo una rebelión, pues, y no fue sino hasta cuando ya se enfilaba hacia la media noche que se logró una negociación para que Flavino pudiera rendir protesta en una atropellada sesión y solo así se superó una crisis que pudo dejar a Veracruz sin gobierno legalmente constituido porque el término legal para suplir a Duarte estaba por vencerse.
Así, ahora, lo que se plantea es que si, por ejemplo, Cuitláhuac dejara el cargo antes de cumplir dos años de su mandato, de inmediato lo supliría Cisneros pero en tanto el Congreso local convocara a nuevas elecciones y eligiera al gobernador que terminaría el periodo constitucional.
O bien, si García Jiménez se fuera de la gubernatura luego de más de dos años de estar en el cargo, igual, subiría Cisneros pero en tanto el Congreso designaría al interino o sustituto, en un plazo no mayor a dos meses.
Pero para nada plantea la reforma que el secretario de Gobierno se quedaría a suplir al gobernador elegido por el resto del periodo constitucional.
Disposición similar para el gobierno federal y de algunos estados ya está vigente.
Y, claro, Cuitláhuac aprovechó para decir que no va a renunciar y que se les va a “cebar” a quienes lo quieren ver fuera del cargo. Y todo indica que así es y será. Anoche me dijeron de adentro que a Eric todavía le ardían las orejas.
En el caso Winckler, están entrampados
Más de un año después, Jorge Winckler volvió a escena ayer.
El mismo gobernador dijo que se podría realizar de nuevo un juicio político al abogado oaxaqueño, ahora en algún escondite, para separarlo en forma definitiva del cargo de Fiscal General.
Porque resulta que legalmente todavía sigue ostentando esa representación ya que los intentos que hicieron el año pasado para someterlo a juicio político y echarlo fracasaron por la inexperiencia de los operadores políticos del nuevo gobierno.
La única forma en que pudieron deshacerse de él fue mediante un albazo que no cumplía con las formalidades de ley y lo único que les quedó a los diputados locales fue declarar que lo separaban temporalmente.
Así, desde el 3 de septiembre del año pasado hay también solo una encargada de la Fiscalía, por lo que, de hecho, Veracruz tiene dos fiscales, y el nuevo juicio político y la resolución contra Winckler les urge, aunque no se ve nada fácil que prospere pues el propio gobernador no está respetando la presunción de inocencia, violándose así el debido proceso.
Me parece muy grave que, una vez más Cuitláhuac García haya hecho otra aseveración que lo puede dejar muy mal si no la logra sustentar y que contamina de antemano el juicio político que están pensando.
Porque en una declaración a Radio Televisión de Veracruz (RTV) declaró que “existe certidumbre de que el fiscal general separado del cargo protegió a grupo criminales durante su encargo”, y como prueba dijo que porque a partir de su salida “ha habido una disminución significativa en el número de delitos” (?).
Así, por lo que ya se advierte, ese será el argumento que intenten utilizar los diputados, y más les vale que tengan las pruebas fehacientes porque si no volverán a hacer el ridículo de nuevo.
Me pregunto qué necesidad tenía el gobernador de abordar el asunto en una declaración abierta, violando, además, la presunción de inocencia del señalado.
Además, no debe olvidarse que Winckler se defiende en tribunales federales y que no ha habido una sentencia en su contra. Legalmente, pues, su cargo está vivo.
Lo cierto es que nunca en la historia de Veracruz la entonces Procuraduría General de Justicia del Estado, convertida luego en Fiscalía, había tenido un encargado por tanto tiempo, como ahora hace cuatro meses ya. |