Pero al final de cuentas, ha logrado sobrevivir, llegando a colocarse incluso como el evento cultural más importante del estado de Veracruz, después del carnaval del puerto jarocho.
En sus primeros años, el Festival Cumbre Tajín tuvo todo el apoyo, prácticamente todas las dependencias estatales tuvieron velo en el entierro, aunque no tuvieran nada que ir a hacer, se mandaban brigadas de funcionarios y empleados, a que se dieran unas vacaciones con viáticos pagados.
Como el propósito era posesionar a la Cumbre Tajín como un festival no solo nacional sino de alcance internacional, pues se vertieron todos los recursos para que no faltara nada.
Lo cierto es que se abusó.
Recuerdo todavía la última vez que nos tocó asistir como invitados de prensa en la Cumbre Tajín, hasta los helicópteros del gobierno del estado, eran utilizados por funcionarios de la Secretaría de Protección Civil para hacer vuelos entre la zona arqueológica y el parque Takilhsukut, nada más para reportar que todo estaba en orden.
Se supone que desde su creación, el gobierno del estado de Veracruz, es quien organiza y lleva a cabo el festival, por eso resulta extraño que el año pasado cuando algunos trabajadores del evento reclamaron que no les habían pagado, se dijera que el adeudo era de una empresa particular y no de la Secretaría de Turismo.
El Festival Tajín comprende prácticamente dos aspectos fundamentales, las actividades que muestran la cultura viviente de los totonacas y los conciertos nocturnos con artistas de renombre que atraen a un numeroso público.
En un principio el festival abarcaba una semana completa con numerosos eventos, pero en el transcurso de los años se ha venido reduciendo, hasta quedar en este 2020 prácticamente con un fin de semana de tres días, del 13 al 15 de marzo, bajo el ingenioso lema “Ven a Despertar”, no se sabe si el despertar se refiere a la cruda realidad o a la resaca de la fiesta.
Habrá otros eventos paralelos los fines de semana, pero en poca relación con la cultura del Totonacapan, que se supone es lo que se pretendía difundir y fortalecer.
La buena noticia, es que la entrada a los eventos culturales será libre.
Lo que sí se cobrará es en los conciertos musicales, aunque se dijo que tendrán un precio “accesible”.
En fin, que pese a todo, la llamada Cumbre Tajín, sigue sobreviviendo un año más, pese a las políticas de austeridad republicana, que ordenan economizar en todo.
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