Otros países ya empiezan a hacer planes de recuperación económica y por ese lado se empieza a vislumbrar acaso el final del túnel y una claridad esperanzadora.
Pero acá en el estado sigue sin verse el apoyo en dinero constante y sonante a toda la gente que lo está necesitando. Sí hay, se reconoce, el programa emergente que dispuso el gobierno estatal para taxistas, pero no se ha visto que lo agradezcan públicamente. Sólo que no lo hayan recibido aún. Incluso no se tuvo la prudencia de evitar esas largas filas que se ven en fotos y que resultan de peligro de contagio.
Pero hay muchísima gente como los meseros, los vendedores de comida, antojitos; los boleros, músicos, tanta gente que vive al día que no recibe otro ingreso.
A esas personas que ya se les acabó su gas, que ya no tiene para su agua, para comer, a esas personas se les debe dar lo que se le quita a los delincuentes y a los ex funcionarios deshonestos o de presupuesto para obra material de relumbrón porque eso puede esperar aunque ya vengan las elecciones.
Igual se debe obligar a los partidos políticos a destinar parte de sus ingresos del gobierno para la gente más amolada. Todo en completo orden y supervisión.
Otro detalle, muchas, muchísimas personas se quejan de que por ningún lado en sus televisores encuentran las clases del curso escolar en suspenso; que sus hijos no las están recibiendo, ¿qué pasa ahí?, es necesario una intensa, intensísima campaña similar a la de quédate en casa que sí se ve, para que se diga exactamente donde se ven y nadie se las pierda.
No estaría mal, si es que en verdad estamos en una crisis nacional, obligar a las empresas de televisión y de cable a transmitir la enseñanza en el horario habitual y dejar para otras horas toda la basura que difunden.
Así las cosas, apreciado lector, que haya paz y armonía en el hogar. Con más razón ahora que podemos estar ahí totalmente. Cuide el agua, siembre plantas en el jardín, lea, ahora que tiene tiempo.
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