Aunque recién iniciado su régimen, en una reunión con columnistas políticos y líderes de opinión el entonces gobernador Javier Duarte de Ochoa había negado rotundamente que en Veracruz, como en sexenios anteriores, él pretendiera alentar el surgimiento de un nuevo “ismo” en la entidad, en el puerto de Tuxpan, al rendir en diciembre de 2011 su primer informe de resultados y agradecer públicamente el extraordinario apoyo que en ese año había recibido del mandatario estatal, el alcalde en funciones Alberto Silva Ramos definió que “esta es la esencia del duartismo: una nueva generación de gobernantes, jóvenes políticos, con orden en las finanzas, con transparencia, con eficacia, con firmeza, con sentido social, con obra pública, con responsabilidad, cercanos a la gente, creando un mejor ambiente de felicidad, dedicados a construir la confianza que nos da fe en el futuro”.
En aquella ocasión, “El Cisne” Silva puntualizó que “el duartismo es la unión de orden, responsabilidad financiera, obra pública y transparencia”. Que, “el duartismo, es gobernabilidad, civilidad y diálogo, de mano firme y manos limpias”. Que, “el duartismo, es construir nuestros sueños, sin odios y sin rencores”. Y que, “el duartismo, es entreverar generaciones y aprovechar la experiencias de otros”.
Realizar esa definición no debió resultarle fácil al entonces munícipe tuxpeño, pues significaba un claro deslinde del exgobernador Fidel Herrera Beltrán, a cuyo lado se había desempeñado como coordinador de asesores en el Senado de la República, secretario técnico de la Comisión de Estudios Legislativos en la Cámara de Diputados, así como vocal ejecutivo del Centro Estatal de Desarrollo Municipal, director general del Instituto Veracruzano de Desarrollo Municipal y subsecretario de Infraestructura Regional de la Secretaría de Desarrollo Social y Medio Ambiente (Sedesma) en el gobierno estatal.
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Sin embargo, por esos conceptos vertidos y su incondicionalidad a Duarte de Ochoa, es que en la sucesión estatal de 2016 Silva era considerado el verdadero “delfín” del exdiputado federal cordobés para relevarlo en el poder. Y es que aparte de otras complicidades, entre ambos había un fuerte vínculo de amistad desde que estudiaron juntos en la Universidad Complutense de Madrid.
Ahora, después de haber sido diputado federal de 2015 a 2018, el popular “Cisne” está por reaparecer políticamente en el estado. Este lunes, el dirigente nacional del PVEM, Carlos Puente Salas, anunció que el exfuncionario duartista y exdirigente estatal del PRI será el Delegado Especial del CEN del partido del tucán en el norte de Veracruz.
Pero, en esta ocasión, Silva ya no contará con el apoyo político ni financiero de dos personajes que en su momento lo impulsaron a la alcaldía y diputación, pues el exgobernador Duarte actualmente está internado en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México por asociación delictuosa, y el polémico empresario Francisco “Pancho” Colorado Cessa falleció en marzo de 2018 en una prisión federal de Virginia Occidental, en Estados Unidos, donde purgaba una sentencia de 20 años por “lavar” dinero para Los Zetas.
Sin embargo, el duartista viene con el respaldo del exgobernador de Chiapas, Manuel Velasco Coello, actual senador del PVEM, partido que en el proceso electoral de 2021 irá aliado con MORENA... igual que anteriormente lo fue del PAN y del PRI, cuando ambos institutos políticos gobernaban desde la Presidencia de la República. |