La UNAM declaró, textualmente, a través de su Comisión especializada en éste y otros virus:
“Un estudio realizado por el Biomedicine Discovery Institute (BDI) de la Universidad de Monash en Melbourne (Australia), junto al Peter Doherty Institute of Infection and Immunity (Doherty Institute), ha evidenciado en cultivos celulares que un medicamento antiparasitario, denominado ivermectina y disponible en todo el mundo, es capaz de matar al nuevo coronavirus en 48 horas.”
Cuestionado hace unos minutos, una eminencia médica de la que me reservaré el nombre nos dijo textualmente: “Es -el hallazgo- de hace unas semanas. Ya van avanzando en los estudios. Es esperanzador el resultado, pero hay que verlo en seres humanos”.
La información dada por el organismo internacional, a través de la UNAM, continúa: “se descubrió que incluso una sola dosis podría eliminar todo el ARN viral a las 48 horas y que, además, a las 24 horas se produce una reducción realmente significativa.”
“Según datos de la Organización Mundial de la Salud (OMS), la ivermectina es un derivado semisintético de la avermectina, producto de fermentación de Streptomyces avermitilis. La ivermectina posee actividad microfilaricida contra Onchocerca volvulus. Los recuentos de microfilarias se reducen hasta niveles bajos en pocas semanas y permanecen fuertemente inhibidos hasta 12 meses. Se absorbe bien, con una semivida en el plasma de 12 horas, y se elimina con las heces, en gran parte en forma de metabolitos, durante unas dos semanas.”
“Se trata de un medicamento antiparasitario aprobado por la Agencia Americana del Medicamento (FDA, por sus siglas en inglés) que también ha demostró ser eficaz ‘in vitro’ contra una amplia gama de virus, incluidos el VIH, el dengue, la gripe y el Zika. No obstante, los expertos han avisado de que los ensayos se tienen que realizar todavía en personas.”
“La ivermectina se usa ampliamente y se considera un medicamento seguro. Necesitamos determinar si la dosis que se puede usar en humanos será efectiva, ese es el siguiente paso”
Así pues, la solución definitiva podría estar en manos de las farmacéuticas y no de los imbéciles que recomiendan, mintiendo, no mentir; engañando, no engañar para, así, sobrevivir al virus.
AMLO será responsable, cuando realmente se cuenten los cadáveres, de su gigantesca, increíble, atorrante estupidez y junto a López Gatell, la historia los ubicará en los drenajes podridos de la demagogia.
De momento, todos en casa y a guardar las medidas de seguridad. |