A los panistas se les olvida que al presidente lo apoyan 30 millones de mexicanos y a los escribanos 30 millones de dólares o más, desde la administración de Carlos Salinas de Gortari.
Los panistas encontraron en esta carta argumentos para adoptar como partido político de oposición, ya que nunca antes había combatido a la actual administración con ideas y piensan que el hecho de hacer creer a la gente que el país está dividido puede fortalecerlos en algún momento. No es así.
Los “abajofirmantes”, en términos reales, protestan porque la mayoría de las curules de la Cámara de Diputados y Senadores pertenecen a Morena, sin saber, a pesar de ser lo que dicen ser, que eso lo determinó la población que votó y no es mandato de nadie. Por ello aseguran que en defensa de la democracia debe haber más equilibrio en el Poder Legislativo, pero cómo hacerle si el propio PAN no convence y ahora menos que se la ha pasado cuestionando diariamente por nimiedades al gobierno federal.
Se quejaron los abajofirmantes de que haya mayoría de Morena, pero nunca se quejaron cuando hubo mayoriteo del PRI, y fraudes electorales. Eso no les indignó, al contrario, les enriqueció.
El PAN, por su parte, considera que los mexicanos deben creer que el coronavirus lo creó la Cuarta Transformación, culpan a las autoridades sanitarias de las muertes, de la indisciplina social de usar las medidas recomendadas para evitar los contagios, alteran cifras, alquilan especialistas del extranjero, inventan expertos a sueldo, etc.
Lo cierto es que el presidente esta vez sí firmó de recibida la carta porque sabía que acusando recibo de algo insustancial fortalecería una oposición insulsa, desarticulada, ocurrente, pero sin propuestas. De otra manera, la respuesta hubiera sido nula. Todavía ni los abajofirmantes ni los panistas aprenden el ejercicio de la política como deberían.
El coordinador de los diputados federales del PAN, Juan Carlos Romero Hicks, afirmó que “todavía estamos a tiempo de corregir el rumbo y recuperar el pluralismo político y el equilibrio de poderes”, ya que “como nunca antes en la historia de México se había visto el inicio de un proceso electoral enfrentando una crisis sanitaria como la que ahora agobia a todos los mexicanos, junto a la urgencia de resolver las dificultades que ya traíamos en materia económica y de seguridad pública”.
Lo que quieren los panistas es que los mexicanos voten por ellos, sólo así podría haber menos curules en manos de Morena, pero no son nada simpáticos ante los votantes, al contrario, las contradicciones se suman en sus filas y las del resto de la oposición.
La obsesiva crítica de los panistas pareciera indicar que ellos no tienen pecado de corrupción alguno y esta semana fue precisamente el líder de los panistas en la Cámara de diputados quien dio la nota discordante para el PAN.
Juan Carlos Romero Hicks, tiene una millonaria mansión en Estados Unidos, que no puede negar y que no le alcanzaría con sus salarios para obtener de manera lícita. Hicks que afirmó ser una persona sencilla, que andaba en un Volkswagen, ahora es descubierto por el reportero Julio C. Roa, como propietario de una mansión en Appleton, Wisconsin, con un valor superior a los 15 millones de pesos. La casa cuenta con 21 habitaciones, en ellas viven dos de sus hijos que asisten a una universidad que está a unas cuadras de la residencia donde paga cada uno en colegiatura el promedio de un millón de pesos al año.
Esta residencia cuenta con 9,780 pies cuadrados. Y fue adquirida en diciembre del 2012, a unos meses de la llegada del exgobernador de Guanajuato, al Senado de la República. La mansión está a nombre de su esposa, Frances Siekman.
Eso sí, el propio Hicks fustigó en los medios las residencias de opositores tales como Olga Sánchez Cordero, Secretaria de Gobernación y de Javier Jiménez Espriú, titular de Comunicaciones y Transportes; sin embargo, esto no es nada porque viene lo peor para los panistas a la hora que se dé a conocer a la justicia mexicana las grabaciones que tiene en su poder Emilio Lozoya Austin, donde implica a más de un panista que se considera más allá del bien y del mal. PEGA Y CORRE. - En Guanajuato, estado gobernador por el PAN sigue el exterminio. Entre la madrugada del sábado y la mañana del domingo, hubo 22 asesinatos. En Celaya se registraron cuatro homicidios, cuatro en Apaseo El Grande, dos en Guanajuato Capital, otros dos en Pénjamo y seis en León. Ese es el PAN gobernando… Esta columna se publica los lunes, miércoles y viernes.
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