Para poner el ejemplo, el diputado decidió hacer faena en el parque Lomas del Seminario con el apoyo de los vecinos… creo que hasta allí, en términos cívicos, bien merece un reconocimiento Omar Miranda… aunque en términos políticos, ¡no!
Me explico:
Muy independiente de la preocupación por el entorno de la Ciudad Capital que tiene el legislador, parece que le interesa más “hacer campaña” que resolver los problemas internos que guarda el Grupo Legislativo el cual él encabeza. Conste: Párrafo anterior puse “en términos políticos”... no nos enojamos que haga faena…
Las cosas no pasan por lo que son, sino por lo que parecen, y parece que Omar Miranda ya dejó en manos del CEN del PAN la suerte de los ocho diputados de su bancada que le volvieron a jugar chueco en la pasada sesión legislativa y por eso su interés en su campaña verde.
Sí, creemos que posiblemente ya agotó todas las instancias, recursos, modos y maneras de llamar al diálogo, al consenso, al acuerdo con esos ocho diputados y posiblemente lo hayan mandado por un tubo (como AMLO… ¿recuerdan?: “¡Al diablo con sus instituciones!”... esperemos que si así fue, no hayan llegado al rancho de AMLO… eso sí sería feo entre compañeros de bancada…) y quizás por eso, porque ya no hay modo de que haya un arreglo político entre él y sus compañeros, es que se desentiende de uno de los puntos más álgidos que tiene como cabeza de bancada en el Congreso del Estado: la desunión del Grupo Legislativo del PAN.
Así, Omar Miranda manda dos mensajes en su faceta de jardinero:
El primero, el social, el cívico: El alcalde Hipólito simplemente no hace su tarea… y no es la de podar, pero sí de buscar alternativas para atender un problema y el empleo temporal es uno de ellos.
El segundo, el político: Omar Miranda no quiere saber nada de las flatulencias con los 8 diputados que le jugaron chueco… él está feliz haciendo campaña verde, porque sabe que “el que quiera azul celeste…”
Al final, no vaya a terminar Omar como “Jardinero de la calle, maleza de casa”.
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