El concepto criminal en México como lo conocemos actualmente es producto de una evolución en todos los sentidos.
El primer cártel mexicano –neologismo anglosajón para referirse a una organización delincuencial cuya operación es semejante a la estructura organizativa de una empresa, generalmente en México y Latinoamérica dado que en otros países reciben el nombre de mafias- fue el de Guadalajara.
Estudiar académicamente dicha organización coadyuva a entender el surgimiento de cárteles por doquiera en el territorio nacional.
Quedarse en tal observación nos vuelve reduccionistas.
En términos holísticos la aparición del primer cártel mexicano implica una intervención metódica del Estado, cuyo poder político/policiaco y político/militar está ligado a la delincuencia organizada desde la primera mitad del siglo XX.
Ambas partes –delincuentes y gobierno- sólo cambiaron de modus operandi, de estrategias, pero ya eran socios desde mucho atrás y nunca han dejado de serlo.
¿Por qué surgen cárteles en unas entidades federativas y en otras no?
¿Cuál es el papel de los estados donde no hay un cártel como tal pero se posee y aportan infraestructura de comunicación, mano de obra, complicidad política para la operación nacional e internacional de todo tipo de delitos y tráfico de drogas y personas?
Estudiar este fenómeno es asomarse a un departamento cuya matriz es el infierno…
Valga la analogía religiosa ante una cultura repleta de subculturas antisociales y profundamente inhumanas.
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“Las organizaciones mexicanas dedicadas al tráfico de drogas llevan existiendo más de un siglo en el que han operado como productores y distribuidores a escala nacional e internacional. Los grupos criminales sufren modificaciones constantes dependiendo de diversos factores, que impactan en su estructura y forma de operar; tal puede ser el caso de la captura o la muerte de algún líder o persona clave en el cártel”. (3)
Eleyde María Loreto Navarro; Universidad de Las Américas Puebla
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¿Por qué no existe un cártel de Veracruz?
¿Por qué es importante la pregunta?
En la metodología de investigación de las ciencias sociales se requiere el planteamiento de un problema, así como un objetivo u objetivos: general (es) y específico (s).
Definido el problema el investigador abre su trabajo a la creación de una o más hipótesis surgidas a su vez de variables cualitativas o cuantitativas.
Cito:
“El proceso de investigación: Problema, objetivos e hipótesis • La primera tarea que debe afrontarse en el desarrollo de una investigación es el planteamiento del problema, que sería el ámbito que daría origen a la hipótesis que se pretenderá validar o refutar. • Tras la elección del tema que enmarca el problema, el proceso continúa con una revisión de las publicaciones y referencias al respecto. • Nótese que en estas primeras fases, todavía no se ha iniciado un proceso investigador en sentido estricto, sin embargo se realiza un paso fundamental, la definición del objetivo de la investigación.” (4)
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La problemática del crimen organizado en México corre paralela a otras fallas estructurales del Estado Mexicano durante las últimas cuatro décadas: desde fines de los años 70s, los 80s a la fecha.
a) La lucha democrática per se
b) La antítesis de lucha social surgida a partir de la desigual repartición de la riqueza o injusticia social:
Política y cultura
versión impresa ISSN 0188-7742
Polít. cult. no.37 México ene. 2012
Matemáticas y ciencias sociales
Desigualdad y polarización del ingreso en México: 1980-2008*
Resumen
“El estudio de la desigualdad y polarización del ingreso es un tema de gran controversia y debate en las ciencias sociales; al respecto, el presente trabajo aporta elementos teóricos y desarrollo de métodos matemáticos con el afán de mostrar los métodos disponibles para su medición. Del trabajo se derivan las siguientes reflexiones: a) el enfoque tradicional de la desigualdad resulta limitado para caracterizar el grado en que una sociedad podría estarse polarizando en grupos de ingreso; b) el país tiende hacia una mayor polarización del ingreso, situación que favorece la naturalización y legitimación del conflicto en masa.” (5)
c) El crecimiento poblacional desordenado: en 1980 éramos 67.76 millones de mexicanos; para el 2015 fuimos 119, 938 millones y actualmente la cifra rebasa los 125 millones de mexicanos (INEGI)
e) El Reino Unido –por citar un ejemplo de país desarrollado con orden demográfico- contaba en 1980 con 56, 28 millones de ingleses y al 2019 sumaron 67, 025 millones de ciudadanos.(6)
d) Al crecimiento desmedido añadamos la desatención continua a las clases sociales empobrecidas y ubicadas en regiones de donde se extraen recursos con incidencia directa en el Producto Interno Bruto (PIB) sin que se devuelvan beneficios.
Hay un sureste aportador de recursos naturales (petróleo, gas, agua, turismo, pesca, petroquímicos, sector agropecuario, amplia variedad selvática y de bosques tropicales) frente a un bajío y norte industrializados con amplios nexos culturales, de negocios y trabajo manufacturero con Estados Unidos.
La imposición del modelo Neoliberal a partir del sexenio de Miguel de la Madrid Hurtado (1982-1988) y su continuidad hasta el cierre del sexenio de Enrique Peña Nieto (2012-2018) marca una línea clave para entender –desde el fracaso de esta política macroeconómica del Estado Mexicano- una parte de la guerra social con niveles de violencia sin precedentes.
Ahora bien, el Neoliberalismo no es la causa de todo.
Hemos citado la ausencia de democracia…
Al respecto la llamada “caída del sistema” en 1988, el surgimiento del Instituto Federal Electoral (IFE) -hoy INE- como árbitro comicial y guardián de la democracia...
El fin de “la dictadura perfecta” (Mario Vargas Llosa dixit) del PRI en el año 2000...
Las Reformas Estructurales del 2013...
Suman un conjunto que también abona a la conformación del México actual.
Es decir, en resumen:
- A lo largo de 40 años avanzamos ligeramente en el factor democrático y fracasamos en el resto de elementos del Estado: no hay desarrollo económico; nuestro crecimiento demográfico es sinónimo de reto sin posibilidad de éxito; polarizamos nuestras diferencias sociales; la concentración de la mayor parte de la riqueza en pocas manos y la existencia de más de 54 millones de pobres; el fracaso del modelo neoliberal y la evidentemente equívoca vuelta al estatismo; el fracaso en el campo; la discriminación de las culturas originarias; nuestra confusión de identidad, son algunos de los elementos sociales, políticos, culturales que subyacen detrás del crimen organizado del cual todos somos cómplices: gobierno y sociedad civil.
Uno tras otro –incluyendo al de Andrés Manuel López Obrador- la atención a la pobreza en México se ha solventado en políticas estatistas, asistencialistas que otorgan dinero –sin más- a los pobres sexenio tras sexenio sin generar las mejoras a las estructuras educativas, de salud, de empleos, de mayor eficacia al momento de combatir los profundos rezagos sociales.
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Remito a este estudio autoría de Carlos Tello (7), sobre Economía publicado en una editorial de la UNAM:
Estancamiento económico, desigualdad y pobreza: 1982-2009*
Resumen
“Desde 1982, la estrategia de desarrollo de México ha cambiado desde un Estado promotor del proceso de crecimiento económico a un proceso orientado hacia el mercado. El cambio no logró los resultados que se esperaban en términos de crecimiento económico y distribución del ingreso. En los casi 30 años desde 1982, el PIB per cápita en México prácticamente se ha estancado, la distribución de los ingresos no ha mejorado y las condiciones de vida de la mayoría de la población se han deteriorado.” (Economía UNAM vol.7 no.19 México ene./abr. 2010)
Otra cita de la misma obra:
“A partir de diciembre de 1982, con la crisis de la deuda externa encima, se inicia en México un largo proceso de transición, promovido por el Ejecutivo Federal, hacia nuevos modos de organizar y promover la producción y el intercambio así como de relacionar la economía del país con el resto del mundo.
Durante muchos años, de 1933 a 1982, la expansión de la economía nacional se asoció y recibió su mayor y más fuerte impulso de la creciente y muy variada participación del Estado, y de la protección frente a la competencia del exterior de la producción nacional (un modelo de crecimiento económico a base de la industrialización promovida por el Estado, que en la de las manufacturas se orientó, en buena medida, a la sustitución de importaciones). En esos cincuenta años, la tasa de crecimiento del PIB fue, en promedio, de alrededor de 6.5% al año en términos reales. El crecimiento fue sostenido. En ninguno de esos años dejó de crecer la economía y en muchos se pudo combinar con la estabilidad de los precios y del tipo de cambio. En otros, mejoró la distribución del ingreso.
El programa neoliberal y sus resultados
El programa neoliberal puesto en práctica en México a partir de 1983, y la política económica y social asociada a él, fue en parte promovido y ampliamente respaldado por el gobierno de Estados Unidos, el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la comunidad financiera internacional. Se caracterizó por un conjunto de reformas, destinadas a alterar de manera significativa la estructura de la economía, que cubren muchas áreas relacionadas entre sí y todas tienen el declarado propósito de mejorar la eficiencia del sistema económico. La magnitud y profundidad de las reformas entraña un período de transición, en el que se modifican las instituciones, se redefinen las relaciones entre los factores de la producción y entre las clases sociales y en el que hay un reacomodo del poder.
El programa neoliberal1 que compartieron y que con entusiasmo adoptan los gobiernos mexicanos –y que en la actualidad prevalece– promete mejorar la competitividad, estimular el libre acceso a los recursos de capital y a los tecnológicos así como promover una estructura económica más flexible. Todo ello, a fin de desarrollar un ambiente más favorable para los inversionistas nacionales y extranjeros y así lograr un crecimiento económico sostenido, estabilidad en los precios y los más altos niveles de bienestar para la población.
Se abandona, progresivamente, el proyecto de desarrollo que México siguió durante décadas por otro, distinto y de profundas reformas estructurales, que busca descansar en el libre juego de las fuerzas del mercado para asignar y utilizar los recursos, mercado no regulado, abierto a la competencia con el exterior y con cada vez menor participación del Estado.”
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La pregunta:
¿Por qué no existe un cártel de Veracruz? no constituye el objetivo de esta serie de artículos.
Será, apenas, una variable.
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(3 )
http://catarina.udlap.mx/u_dl_a/tales/documentos/lri/loreto_navarro_em/capitulo1.pdf
(4)
https://es.slideshare.net/ALEGART/metodologa-de-la-investigacin-en-ciencias-sociales
(5)Autores: Adelaido García Andrés**, Noé Arón Fuentes*** y Olga Montes García****
** Estudiante del Doctorado en Ciencias Económicas, Facultad de Economía, Universidad Autónoma de Nuevo León, México [adelgaran@hotmail.com].
*** Profesor-investigador. Director del Departamento de Estudios Económicos, El Colegio de la Frontera Norte, México [afuentes@colef.mx].
**** Profesora-investigadora. Instituto de Investigaciones Sociológicas, Universidad Autónoma Benito Juárez de Oaxaca, México [olgamontes_2000@yahoo.com].
http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0188-77422012000100014
(6)(https://datosmacro.expansion.com/demografia/poblacion/uk)
(7) Profesor de la Facultad de Economía, UNAM <tellocarlos@aol.com> |