De acuerdo al seguimiento que le lleva la encuestadora, su bajo nivel de porcentaje lo mantiene casi igual desde hace un año, aunque en octubre de 2019 estuvo ligeramente mejor al alcanzar 38.2% de calificación.
Pero en los últimos 12 meses no pudo rebasar el rango de los 30, pues la última vez que pasó de 40 fue en septiembre del año pasado cuando alcanzó una aprobación de 40.6%. En junio pasado bajó drásticamente a 28.9%. De entre los 32 gobernadores del país está entre los seis últimos.
La de Mitofsky no es la única encuesta que le es desfavorable en las vísperas de las fechas importantes, pues otra, de Massive Caller, del 8 de noviembre, arroja que solo 24.3% de los veracruzanos le tienen confianza mientras que Veracruz está entre los seis últimos estados del país con mayor índice de inseguridad con 47.7%, muy alto si se compara con Yucatán que tiene un índice de solo 13.6%.
Independientemente de lo que diga el domingo, queda claro que 24 meses después de su mandato no logra posicionarse bien entre los veracruzanos y los porcentajes que obtiene muestran que la población no está contenta, menos satisfecha, con los resultados de su gobierno.
Lo que llama la atención es que de todos los gobernadores que ha tenido el Estado, es el que más respaldo presencial ha recibido, al grado de que en su primer año de gobierno Andrés Manuel López Obrador vino casi una vez por mes a Veracruz y en la mayoría de los casos lo exaltó, no bajándolo, una y otra vez, de honesto.
Pero queda claro que además de eso, los veracruzanos quieren y esperan mejores resultados en obras y servicios, en seguridad, en creación de empleos, en atracción de inversiones que reactiven la economía, en el abastecimiento de medicamentos para los hospitales públicos, en que cesen los feminicidios, entre muchas otras cosas.
A todo ello tiene que sumársele la falta de experiencia política y administrativa que los tiene cometiendo todavía serios errores, así como casos que se han convertido en escándalo como el de la presidencia del Poder Judicial, que dejó la percepción de que no hay quien meta orden en el Estado, una serie de factores que, sin duda, se suman y gravitan en su contra.
Si en los dos primeros años de gobierno ha habido subejercicio presupuestal y se han tenido que devolver recursos, para el tercero la situación no pinta mejor a partir de que para el presupuesto de 2021 se contempla un recorte de mil 563 millones de pesos con respecto al que se ejerció este año, por lo que se afectarán casi todos los programas.
Toda esta carga negativa puede influir en los resultados electorales de junio próximo y los bajos porcentajes de aprobación pueden traducirse en una votación desfavorable para Morena y todos sus candidatos.
Y la oposición se une mientras los morenos se dividen
Nada, nadita bien le va a caer al presidente la noticia de que la organización civil “Sí por México”, encabezada por los magnates mexicanos Claudio X. González Guajardo y Gustavo de Hoyos, decidió ayer ir junto con el PAN, el PRI y el PRD para postular candidatos en una amplia coalición a fin de quitar la mayoría en la Cámara de Diputados a Morena y a Andrés Manuel López Obrador.
La idea, según dijeron durante la primera Convención Ciudadana de Sí por Mexico, es que los partidos postulen candidatos de la organización civil, aparte de los militantes de sus partidos. Jesús Zambrano, del PRD, recordó que incluso su partido ya está en pláticas bilaterales o multilaterales con el PAN y el PRI para llevan candidatos comunes.
Si concretan candidaturas, entonces Morena tendrá una elección muy complicada, pues a la coalición se sumarán el descontento en los diez estados que se han rebelado contra el presidente, el control del PRI en Coahuila e Hidalgo así como el descontento popular por la forma en que está gobernando López Obrador.
Hay un detalle más que, aprentemente ajeno al país, podría ser secuela de la inercia ganadora de Joe Biden en Estados Unidos y consecuencia del rechazo de AMLO a reconocer su triunfo, además de que lo fue a apoyar en su campaña.
El domingo, un día después de que se confirmó la victoria del demócrata, el nuevo presidente fue a misa de la mañana como católico practicante que es.
No es ningún secreto la mala relación entre la Iglesia católica y el tabasqueño, como tampoco lo es, en el caso concreto de Veracruz, entre la jerarquía eclesiástica y el gobierno cuitlahuista. Los católicos mexicanos querrán derrotar al Trump mexicano.
En Morena sus propios opositores son ellos mismos pues no priva el entendimiento entre las tribus.
En el caso de Veracruz todo se complicará cuando la dirigencia nacional de Morena no le dé al gobernador Cuitláhuac García Jiménez la dirigencia estatal y cuando no avale la candidatura de Dorheny García Escalante para la alcaldía de Xalapa por la baja aprobación con que sale en las encuestas.
Las posiciones están muy marcadas, pero hasta donde se sabe Mario Delgado ya tiene tomada su decisión con respecto a la dirigencia estatal, pues designaría a una mujer diputada federal del sur de Veracruz.
Lo que trasciende en los pasillos del Palacio es que el gobernador ha amenazado que si no le aprueban a sus alfiles entonces no se hará responsable del resultado del proceso. El choque se ve venir.
En la Ciudad de México no dudan del total respaldo del presidente a Delgado y que este no hace ni hará nada no que sea de común acuerdo con AMLO, por lo que el comentario allá es que va a llegar el momento en que desde el Palacio Nacional van a tener que disciplinar al gobernador de Veracruz.
Se da por hecho que el palomeo final de las candidaturas de Morena se hará en la capital del país. La división se ve venir. Y mientras unos mantienen sus pleitos internos, otros se unen para enfrentarlos.
Mejora crediticia
De lo poco bueno que tiene la administración estatal, que es fundamental pero que no ha impactado entre la población porque no se ha traducido en algún beneficio palpable, si bien ayuda a un mejor control presupuestal, es el manejo de las finanzas, a cargo de José Luis Lima Franco.
En la columna “Capitanes” que publica el diario Reforma se publicó ayer:
“Nos adelantan algunas consideraciones de Moody's para determinar la perspectiva estable en las calificaciones de riesgo (B1/Baa2.mx, estable) de Veracruz, que encabeza Cuitláhuac García.
La calificación refleja niveles de deuda manejables, una posición de liquidez sólida y resultados operativos positivos, además de la expectativa de que el estado continuará registrando déficits financieros moderados.
Moody's señala que los esfuerzos recaudatorios permitirán a Veracruz mantener sus ingresos propios en un rango de entre 15.4 y 15.7 por ciento de los ingresos operativos durante 2020 y 2021.
La entidad enfrenta presiones relacionadas con la recesión derivada de la pandemia y los resultados operativos se deteriorarían moderadamente, pues se considera que enfrentará una caída de 6 por ciento en sus participaciones federales, las cuales son equivalentes a 85 por ciento de los ingresos operativos.” |